21 de mayo de 2012
Este domingo part
icipé de la reunión del comité central de Synaspismos, el partido que lidera la alianza Syriza. La reunión fue realizada en un hotel del centro de Atenas y su inicio fue abierto a la participación de la prensa. Cuando llegué ya pude sentir el clima de victoria que ronda a Syriza, pues la prensa de todo el país – y de buena parte del mundo – estaba presente. La llegada de Alexis Tsipras, posible futuro Primer Ministro, fue un momento de furor. Rodeado por la prensa, tuve la oportunidad de felicitarlo y entregarle una bandera del PSOL. Su discurso duró cerca de 30 minutos, que pasaron tan rápido como un parpadeo, era tan grande su magnetismo e interacción con el público. Yo, obviamente, no entiendo griego, pero con la ayuda de un traductor de inglés pude comprender su mensaje. Él habla de forma tranquila y firme, no se exalta en ningún momento, pero transmite la seguridad de quien sabe que tiene la responsabilidad de liderar no sólo un partido que puede gobernar a Grecia, sino también un partido que puede transformarse en un paradigma para la izquierda europea y mundial.
Comenzó diciendo que la derrota de los partidos del memorándum no fue todavía completada. Es necesario trabajar mucho porque toda la clase dominante europea actúa para derrotar a Syriza. Una batalla fue vencida, dijo, pero la guerra de clases sigue. Y es más dura que nunca. Grecia funciona hoy como un laboratorio a través del cual el imperialismo quiere demostrar que la izquierda no puede gobernar, o que si quiere hacerlo tiene que someterse al sistema. Sin embargo, afirmó Tsipras, las elecciones llevaron una vez más el memorándum al tacho de basura.
Después de su intervención, interrumpida varias veces por aplausos entusiasmados, fui llamada a decir unas palabras. Les llevé la resolución política de la Dirección Nacional del PSOL, la cual manifiesta su apoyo integral a Syriza y hace un llamado a todas las fuerzas de izquierda a unirse en este apoyo. Después de mi intervención la reunión fue cerrada al público, para que los dirigentes del Comité Central pudiesen debatir las estrategias para la elección del 17 de junio y también diseñar las primeras medidas de un futuro gobierno de Syriza. Me sentí realmente privilegiada, pues participé de un momento histórico. Aunque que Syriza no llegara al gobierno de Grecia, seguro que este país, Europa y la izquierda no serán más los mismos después de la fuerza adquirida por una coalición política que se define de izquierda radical.
Ya estoy a punto de retornar a Brasil, pero mi corazón de socialista revolucionaria permanecerá latiendo intensamente por Grecia soberana y por su pueblo libre del capital financiero.