Ferrocarriles 100% estatales, con control social

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Para tener un transporte al servicio del pueblo y del país

Al igual que en la cuestión de los recursos hidrocarburíferos, la políticas para el sistema ferroviario son muestra concreta del proyecto de país que se pretende llevar adelante. Este modelo de entrega y saqueo tiene el ferrocarril como lo vemos hoy. La lucha por un ferrocarril 100% estatal y con control social es parte de la batalla por dar vuelta la historia en Argentina.

En otras ediciones de Alternativa Socialista hemos detallado el proceso de entrega de nuestro sistema ferroviario. En esta ocasión queremos reafirmar definiciones centrales a la hora de pensar en recuperar nuestro transporte.

¿Gasto público o servicio esencial?

El transporte público de pasajeros es un servicio esencial en cualquier país. Nada podría funcionar si las personas no pudieran llegar a sus lugares de trabajo, estudio, atención médica, etc. Por el contrario, mientras mejor funcione un sistema de transporte, más contribuirá al funcionamiento general de la actividad de la sociedad. Mantenerlo y mejorarlo debería ser una de las prioridades de cualquier estado. Pero en Argentina no pasa eso.

‘El ferrocarril da pérdidas’. Aquella idea neoliberal, impulsada por Menem y Alsogaray, difundida efusivamente por Neustadt y otros canallas por el estilo todavía se mantiene en la boca de los funcionarios nac&pop. Desde aquellos momentos hasta la fecha, el discurso que propone empresarios que inviertan y hagan negocio con el transporte de pasajeros sigue intacto. Por eso, aún cuando se demuestra que son un desastre, desde el gobierno se traspasa a otro grupo y las cosas siguen como están…o peor.

Trenes y proyecto de país

Argentina tiene una extensión bastante importante. También variedad de climas y actividades económicas regionales. La política de concentración económica, impuesta por este modelo capitalista de saqueo, llevó a millones a abandonar sus lugares y apretujarse en los cordones que rodean las principales ciudades. La destrucción del sistema ferroviario llevó a un irracional crecimiento del circulante de camiones por las rutas, a la vez que obligo a muchos a garantizarse algún auto o motocicleta para poder llegar a sus trabajos o viajar. El resultado son enormes cordones de pobreza, un verdadero genocidio vial con miles de muertos en las rutas y las economías regionales -salvo la soja- con niveles de desarrollo muy bajos. Junto con esto, los costos de traslado hacen imposible para muchísima gente poder trasladarse a encontrarse con sus familias, visitar enfermos, etc. Un país así, para pocos, mantiene un ferrocarril destruido, que solo utilizan en la zona metropolitana y unas pocas ciudades más.
Para terminar con todas estas cosas, es fundamental reconstruir el sistema de transporte ferroviario nacional.

Vamos por Ferrocarriles 100% estatales, con control social

Han pasado muchos años de la privatización de nuestro sistema ferroviario. También van casi nueve con el kirchnerismo gobernando. Y las empresas siguen a cargo del sistema, llevándose millonarios subsidios, mientras millones viajan en pésimas condiciones.

No hay ninguna razón para aceptar esta situación. Es fundamental reconstruir un sistema de transporte ferroviario 100% estatal y, para que no sea botín de guerra de los gobiernos de turno, organizar un fuerte control social de usuarios y trabajadores. Así habrá un servicio seguro, barato y eficiente para el pueblo trabajador y un ferrocarril al servicio de un nuevo modelo de país.

G.P.

 


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