El dia 7 de mayo comenzó en la ciudad de Rawson el juicio por la masacre de Trelew con una gran columna de mas de 200 personas llegó “Trelew un pueblo que lucha” entre cánticos y gritos recordando a nuestros héroes de Trelew. Organizaciones sociales, sindicales y compañeros de lucha encabezaron una gran movilización hacia el cine teatro de la ciudad.
Como era de esperarse la Cámpora se hizo presentes, con una gran pantomima hicieron alarde de la bandera de los derechos humanos pero no lograron tener una gran convocatoria.
Es un gran orgullo que en el marco de tan importante hecho el pueblo de Trelew siga de pie, y con gran esfuerzo estamos trabajando para seguir construyendo una herramienta de lucha cada vez mas sòlida. A dos semanas del comienzo del juicio se presento uno de los testimonios mas duros, el de la esposa de Rubén Pedro Bonet, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores quien estaba en el grupo de 19 presos que fueron fusilados en la madrugada del 22 de agosto de 1972 en la Base Aeronaval de Trelew, Alicia Lelchuck quien atestiguo por mas de cuatro horas dijo: «Mi esposo fue asesinado dos veces. A las 3:30 (momento de los disparos en los calabozos) y a las 12:55», dijo Lelchuck. «Quiero saber quién lo mató definitivamente», agregó, y quedó en silencio por varios segundos como esperando alguna respuesta mientras miraba al Tribunal.
Aseguró “es imposible que los presos políticos fusilados hayan pensado en fugarse de la Base Almirante Zar”, y dijo que deja en manos de los jueces la justicia que espera desde hace 40 años.
Explicó que los militantes detenidos «tenían una buena formación política, habían sido todos torturados en cada lugar que fueron detenidos, que en el lugar que estaban era imposible esconderse atrás de un árbol, únicamente abajo de una piedra, no era posible que a ninguno de ellos se le pudiera ocurrir hacer ese acto».
Lelchuck, quien vivía en Buenos Aires con sus dos pequeños hijos de dos y tres años cuando ocurrieron los hechos, relató que escuchó por radio ese mismo día que los presos políticos se habían querido fugar y que su esposo estaba en la lista de los heridos.
Comenzó allí su trajinar por distintos lugares para poder recuperar el cuerpo de Bonet.
De Buenos Aires a Puerto Belgrano, de nuevo a Buenos Aires y de allí a Pergamino -lugar de origen de Bonet- donde finalmente pudo velar a su esposo, previa promesa a las autoridades de darle inmediata sepultura.
Una semana después inició la causa judicial que le permitió la posterior autopsia.
Pedido de justicia
En 1974 Lelchuck pasó a vivir en la clandestinidad porque era buscada por la Triple A, y en 1977 logró llegar a Brasil con su segundo marido y ya con tres hijos. Mediante las Naciones Unidas llegó a Francia como refugiada política y allí vive actualmente.
«Dejo en sus manos lo que esperé durante 40 años», dijo Lelchuck dirigiéndose a los integrantes del Tribunal Oral Federal. Y les recordó que «van a quedar en la historia, cualquiera sea la sentencia».
Bonet fue rematado 9 horas después de los fusilamientos “El último tiro fue efectuado a corta distancia para rematarlo”, concluyeron los médicos que realizaron la autopsia al cuerpo del compañero por pedido de su esposa.
Laura, J.S del MST Trelew