En las últimas horas se comprobó que el kirchnerismo organizaba el traslado de personas detenidas para llevarlas a sus actos. La denuncia salió a luz cuando se vio al ex baterista de Callejeros, Eduardo Vázquez, condenado por quemar y asesinar a su esposa Wanda Taddei, en un acto de la organización Vatayón Militante. El senador Aníbal Fernández justificó la cuestión, diciendo que es “un mecanismo de reinserción social”.
Desde ya, resulta más que dudoso que un gobierno que ha acompañado la baja en la edad de imputabilidad y las leyes Blumberg, entre otras medidas represivas, se preocupe por la reinserción social de los detenidos. Para reinsertarlos, lo que haría falta es darles tareas comunitarias en los clubes de barrio, comedores, sociedades de fomento, centros culturales y tanta otra organización popular que hay en este país, apostando a lograr la mayor recuperación posible. Llevar presos a los actos oficialistas no es reinserción, sino lisa y llanamente clientelismo político de cuarta.