El recorte aplicado: Un ajuste estructural

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Gustavo Giménez
Gustavo Giménez

El próximo año el aumento del presupuesto para la Gendarmería sería del 2% y para la Prefectura un 10,5%, ambos muy por debajo de la inflación. No había ningún interés de beneficiar a los afectados con del “blanqueo” de sus sueldos, ya que el resultado de la aplicación del decreto 1307 significó en la práctica rebajas del 20,30 y hasta 60% en algunos casos. Tampoco se puede hablar de improvisación o mala aplicación del decreto. Antes de llegar a la firma de Cristina, el decreto pasó por la Comisión Asesora de Política Salarial, la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Seguridad y la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia. Los técnicos afirman que no se podía aplicar de otra forma de la que se lo hizo.
Tanto la Gendarmería como la Prefectura tienen una escala salarial similar que contempla para las categorías más bajas de gendarmes y marineros, los suboficiales. Sueldos que estriban en poco más de $ 5.000 de bolsillo y pegan un  salto grande en la oficialidad que arranca de $ 11.000 hasta los más de $ 20.000 de los comandantes generales.
La mayoría de estos sueldos están compuestos por sumas “no remunerativas”. O sea que están en negro. Sobre ellas no se hacen descuentos previsionales, ni de Obras Sociales, ni intervienen en los cálculos para pagar el impuesto a las Ganancias o cobrar las asignaciones familiares. En esto no son originales, ATE calcula en  40.000 los empleados estatales en situaciones similares. El Estado se ahorra mucha plata, llegándose al colmo de que cuando ofrecen “blanquear” a un trabajador este empieza perdiendo arriba de $ 1.500 de su sueldo real.
Parece que la gran ola de juicios laborales con fallos favorables, fundamentalmente de los estratos superiores, creó una anarquía salarial en la cual había oficiales que cobraban hasta tres veces más que otro que no tenía el juicio ganado. Llegando a extremos como el del recientemente removido Jefe de Gendarmería -Schenone- que cobraba $ 100.000 por mes.
La “normalización” no buscaba afectar centralmente a las cúpulas, sino ajustar a la base de suboficiales, parar los juicios, y seguir ninguneando a los jubilados, entre los que existen gendarmes con 35 años de carrera cobrando apenas $ 3.500 por mes. Si bien el decreto de blanqueo contemplaba algunas otros ítems no remunerativos para compensar los desajustes, igualmente la parte blanqueada sufría descuentos que antes no tenía. La rebaja era inevitable.
La contraoferta del gobierno a un sueldo de $ 7.000 de básico reclamado por gendarmes y prefectos… es de $ 2.697. Con lo cual son uno de los sectores con peor convenio de todos los asalariados. Para poder regularizar el salario el  gobierno tendría que conseguir $ 4.000 millones extras (que era lo que se estaba ahorrando). Y estas son épocas de ajuste. De allí la dureza de la posición oficial.
Capítulo aparte son los oficiales que habían logrado cobrar sueldos de 70, 80 y hasta 100.000 pesos. El gobierno no puede hacerse el distraído. La administración de Cristina y su Ministra de Defensa son los responsables de esta situación.


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