Este martes pasado, a las 7:30 de la mañana, mientras se congregaban a una gran matea-da los sobrevivientes de la dictadura, los familiares y amigos de los compañeros de desaparecidos, las organizaciones de derechos humanos, nuestras madres del Alto Valle y compañeros y compañeras de distintas organizaciones sindicales y políticas, los jueces comenzaban con la lectura de la sentencia de este juicio que se llevó a cabo durante largos 8 meses.
En un fallo inédito de 21 procesados, 8 fueron absueltos. La mayoría de ellos del personal de la policía de río negro; y de los 13 condenados las penas van de entre 23 a 4 años de prisión… domiciliaria. Ninguno de ellos condenado por genocidio. Con un Guglielmineti, que por tener en este juicio “pocos casos” por los cuales se lo acusa, fue condenado solo a 12 años de prisión! Cómo si los años que le dan no tengan relación al hecho de haber sido parte de un plan sistemático de desaparición y tortura de personas. Y que existen 30.000 compañeros y compañeras que con su desaparición, son la muestra cabal de la existencia de ese plan.
Mientras algunos sostienen que estamos en el momento de “sanar las heridas” y de hacer un “cierre con el pasado”, como secretaria de Derechos Humanos de la CTA, creo que hoy más que nunca queda demostrado que en este país solo conseguiremos justicia verdadera en la calle y movilizados y que un velo de impunidad sigue protegiendo a estos genocidas.
Por supuesto que ahora quedan las instancias de apelación en la cual participarán todas las querellas. Pero lo más importante es que acompañemos desde la más amplia movilización este nuevo momento.
Por cárcel, común, perpetua y efectiva…30.000 desaparecidos, Presentes!
Priscila Otton Sec. de DDHH de la CTA Neuquén