Cristina quiere romper el cerrojo por tercera vez. Había jurado que no se le pagaría nunca más a los bonistas de los fondos buitres, pero una vez más el gobierno K, abandona el doble discurso y muestra su verdadera esencia. Siguiendo el dicho popular, no hay dos sin tres. Vergonzantemente cede a los aprietes del imperialismo y acepta el rol de felpudo al someterse a los designios de los tribunales yanquis.
No contenta con demostrar buenas intenciones de pago les pretende dar una garantía a los bonistas ofreciéndoles cambiar la jurisdicción de sus bonos en el caso que tuvieran algún inconveniente para cobrar en Nueva York. Después de años de verba nac & pop va quedando al descubierto la mentira del “desendeudamiento”.
Efectivamente, este gobierno es “pagador serial”, en palabras de la propia presidenta y en discurso oficial. Desde 2003, los K pagaron 173.733 millones de dólares a los usureros externos de diferente pelaje. Para mostrar que su servilismo tiene visos de seriedad, aclaró que siempre se pagó y se pagará con “fondos genuinos”. De eso no hay dudas. La caída en picada de las reservas lo certifica. La deuda social, seguirá esperando.

Guillermo Pacagnini