Una medida reaccionaria que no soluciona el problema

Tras el nombramiento de Granados como ministro de seguridad bonaerense, se lanzó la propuesta de bajar la edad de imputabilidad. Cristina compartió un acto con el ministro, respaldándolo. Desde estas páginas queremos polemizar con la propuesta, porque estigmatiza a los jóvenes y deja intactas las causas de la inseguridad.

El gobierno antes decía que la inseguridad era una sensación. Ahora Scioli puso al ex intendente de Ezeiza, un promotor de la “mano dura”, que dice que estamos en guerra con los delincuentes y defiende la baja en la edad de imputabilidad. Y aunque se escucharon críticas en el propio kirchnerismo, la presidenta estuvo en un acto al la do de Granados, mostrando respaldo oficial a la designación. Un cambio total, sin más explicación que la derrota electoral del oficialismo.

Marginación y miseria 

Si queremos definir una política para atacar la inseguridad hay que arrancar por tener un diagnóstico sobre el problema.
Son 900.000 los jóvenes que no estudian ni trabajan. Y muchos otros tienen trabajo en negro y/o precario. Si le sumamos el debilitamiento de la educación pública y el abandono de la salud pública, nos encontramos con enormes sectores de la juventud que no tienen acceso a cuestiones indispensables y a duras penas pueden sobrevivir. Y por si fuera poco, la represión y persecución policial, coronada por el “gatillo fácil”, que mata cientos de jóvenes año tras año.
Son estas condiciones de vida, sin posibilidades de estructurar un proyecto a largo plazo, ni de mejorar notoriamente sus condiciones de vida, las que empujan a muchos jóvenes al robo menor o a terminar reclutados por bandas criminales que los usan como “carne de cañón”.

El triángulo de impunidad 

Junto con la marginación y exclusión social, actúa un verdadero triángulo de impunidad, que le da cobertura a los distintos rubros del crimen organizado del país. Los gobiernos, las cúpulas policiales y de la justicia están íntimamente relacionadas con los casos de trata de personas, narcotráfico, desarmaderos. Así lo vimos en los casos de Marita Verón y Fernando Carreras, por sólo tomar algunos. O los narco-policías de Córdoba y antes de Santa Fe. Hay miembros de la policía bonaerense en bandas mafiosas, regenteando prostíbulos, en el contrabando y el narcotráfico.
Estos son los principales causantes de la inseguridad que vivimos. Si las políticas no atacan estos puntos, no va a haber cambios.

Medidas concretas 

Lejos de la demagogia y el oportunismo electoral, si se tiene el diagnóstico que hicimos antes, para atacar el problema de la inseguridad no hace falta perseguir y encarcelar desde más temprana edad a los jóvenes. Incluso, con las llamadas leyes “Blumberg”, el kirchnerismo ya ha tomado medidas en el mismo sentido y los problemas siguen y crecen.
Desde el MST Nueva Izquierda rechazamos las políticas represivas del kirchnerismo y de la oposición de derecha. Por el contrario, pensamos en propuestas que toquen las causas del problema. En lugar de pensar en celdas y garrotes, hay que garantizar trabajo, salud, educación y vivienda para los jóvenes. Junto con eso se debe destruir el triángulo de impunidad que garantiza la inseguridad y el crimen organizado en el país. Hay que desmantelar el aparato represivo que viene de la dictadura, proponiendo que los jueces y comisarios sean elegidos y puedan ser revocados por el voto popular, y que haya derecho a la sindicalización en las fuerzas policiales.
Con estas medidas se puede comenzar a dar respuesta al problema de la inseguridad.

Ignacio Tedesco