El Indek acaba de anunciar otra mentira: que bajó la pobreza y desapareció la indigencia. Pero a diario, los docentes comprobamos lo contrario.
Los datos del Observatorio de la Deuda Social de la UCA que monitorean hace años la situación de pobreza, indigencia y otros indicadores son por demas elocuentes (ver cuadro). Se trata de un estudio reconocido que analiza las variables sociales en la provincia y el país y no ha podido ser rebatido por el gobierno K.
Esa crisis social condiciona y determina la enseñanza. Por eso, a la par que reclamamos un aumento salarial de emergencia y otras demandas propias, los docentes debemos ser parte del debate y la lucha por otra politica social y educativa que priorice y garantice las condiciones materiales para poder desarrollar el proceso de ensenanza aprendizaje.
Los gobiernos como Scioli y Cristina o la oposicion de Binner, Massa o la UCR, asi como los sectores dominantes nos suelen decir que la educacion es la base para garantizar el desarrollo y progreso social. Incluso asi lo sostuvo recientemente la UNESCO. Pero, como evidencia el cuadro social y una pobreza que se extiende tras una “decada desaprovechada”, esto no lo asegura la educación sino la economía y un modelo social más justo, solidario y con un reparto igualitario de la riqueza, recursos y saberes producidos.
Nos hablan de “calidad” eductiva sin asegurar las bases materiales para poder abocarse a la producción y distribución de conocimiento, sin lo cual todo esfuerzo por una mejor educación chocan contra el muro de la ganancia capitalista.
De un modelo y “mercado” que considera a la educación un gasto y no una inversión social básica, que debe sustentarse en otro modelo de sociedad.
Que todos puedan acceder, permanecer y egresar de la escuela pública
Es preciso luchar junto al pueblo por medidas de emergencia que garanticen a todos poder acceder, cursar -sin abandono ni repitencia- y finalmente concluir la educación. Brindando tambien oportunidades de trabajo y realizacion.
Una organización social y económica que garantice a los padres y jóvenes tener un trabajo digno y estable, con salarios que cubran la canasta familiar, sin precarización laboral y con jornadas de 8hs. Que elimine el trabajo infantil, asegure a los niños y sus familias tener el alimento suficiente y nutritivo, vestimenta y calzado, vivienda y transporte; cosas elementales para aspirar a educarse. Además de material didáctico, establecimientos educativos en condiciones, vidrios en las ventanas, baños, techos que no se caigan, bancos y mesas, lugar de esparcimiento, aulas seguras y acondicionadas.
En ese contexto es preciso contar con docentes bien pagos y nombrar a los millones de trabajadores de la educación (no sólo maestros y profesores sino también auxiliares, porteros, preceptores, bibliotecarios, gabinetes psicopedagógicos y de computación, etc.) que demanda un sistema educativo único, público y estatal, con una enseñanza obligatoria, gratuita, laica y científica para todos.
Para revertir la crisis estructural de la educación es preciso además eliminar los subsidios estatales a la educación privada y combatir la creciente privatización educativa. Toda escuela privada que no quiera o no pueda seguir con su actividad, debe pasar al sistema estatal para que ningún docente quede sin empleo y ningún chico sin curso. Así recuperamos la ética de lo público.
Para lograrlo se debe luchar por triplicar los presupuestos educativos de los países y las provincias para que la docencia no se vea obligada a realizar huelgas nacionales y distritales como en estos meses en Grecia y España o en las grandes huelgas de México (brutalmente reprimidas), Paraguay, Panamá, Uruguay, Colombia, Venezuela y provincias argentinas como Chubut, Chaco, Bs. Aires o Capital.
Para tener los recursos se deben dejar de pagar las deudas externas fraudulentas que atan a los países y los obligan a aceptar los planes anti-educativos de organismos internacionales como el Banco Mundial y a los ajustes del FMI. Deben eliminarse los impuestos al salario o el IVA al pueblo y poner fuertes impuestos a las grandes empresas, multinacionales, terratenientes y bancos. Además de reestatizar los recursos naturales y de infraestructura para generar trabajo.
Esta la base para revalorizar lo pedagógico, formando jóvenes críticos y solidarios. En una lucha que debe tener una clara perspectiva anticapitalista y antiimperialista para lograr la unidad de los pueblos y su educación pública en base a un nuevo sistema educativo y social. Una sociedad socialista, plural, igualitaria y plenamente democrática y participativa.
F.T.