Luego de la sentencia definitiva de la Justicia de Córdoba entramos de lleno en una nueva etapa del conflicto, que ya lleva 18 meses en la localidad de Malvinas Argentinas, contando los últimos 4 de bloqueo permanente al predio de la planta que intenta construir Monsanto.
Nos corresponde hacer un balance de la situación para poder explorar las perspectivas posibles y, con esos elementos, ir preparándonos para lo que vendrá.
Un gran triunfo parcial
La sentencia obtenida es un triunfo parcial de la Asamblea de Vecinos. La Justicia de Córdoba nos dio la razón, con lo que convalida la acción del Bloqueo que impidió que se siga construyendo la planta. Nunca tenemos que olvidar que SI NO HUBIESE SIDO POR EL BLOQUEO, la empresa hubiera continuado construyendo INCONSTITUCIONALMENTE, como lo dijo la Justicia. Y eso es un primer y enorme triunfo.
La sentencia ha servido para evidenciar una realidad que todos, de una u otra manera, conocemos o nos imaginamos: las grandes empresas se mueven con una gran impunidad en un terreno preparado por los gobiernos. Pudimos arrancarle esta sentencia a la Justicia porque logramos construir un amplísimo abanico de unidad alrededor de la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida y de su táctica de “Consulta Popular”. A esto se le sumó el Bloqueo permanente, que terminó de configurar una situación muy delicada, poniendo al conflicto en el escenario nacional e internacional y convirtiéndose en uno de los principales problemas para los gobiernos implicados.
Este gran abanico de unidad ha sido indispensable para aguantar el bloqueo, enfrentar los reiterados intentos de represión policial y los ataques de la patota de la UOCRA (cuya investigación se encuentra paralizada a pesar de estar identificados los patoteros), y creemos que es fundamental sostenerla, ampliarla y extenderla a nivel nacional.
Ante los nuevos hechos se abren algunas perspectivas
Ante esta situación abierta con el fallo judicial, tenemos que hacer un análisis político de la situación, e intentar entrever qué se esconde detrás de la decisión de detener la construcción de Monsanto.
En ese sentido, afirmamos que sería una ingenuidad pensar que “la Justicia se ha dado cuenta” y ha hecho lo que tenía que hacer. No debemos olvidar que ya habíamos conseguido detener la obra y fue esta misma Justicia la que autorizó nuevamente la construcción, lo que desembocó en el Bloqueo permanente como el último recurso que nos quedó a la Asamblea.
Como condiciones para volver a construir, la Justicia le exige a Monsanto presentar el Estudio de Impacto Ambiental, y al gobierno una instancia de participación popular como la Audiencia Pública. Podemos pensar, entonces, que lo que vendrá será un intento de normalizar la situación por parte de la empresa, un intento de “hacer bien los papeles” para poder presentarse de cara a la sociedad como “cumplidora de leyes” al mismo tiempo que criminaliza a los vecinos llamándonos “extremistas”.
En el juego común que llevan adelante la empresa y los gobiernos, seguro intentarán que nos conformemos con una Audiencia Pública en lugar de una Consulta Popular, por lo que el reclamo de la Asamblea por la Consulta deberá estar más presente que nunca.
Un marco de crisis generalizada y una coyuntura favorable
Detrás de una sentencia que nos resulta favorable se esconde, en realidad, la profunda impotencia de los gobiernos para llevar adelante sus planes de “progreso” y “desarrollo” capitalistas.
No hay manera de entender esta sentencia si no es en el marco de una coyuntura en la que la movilización en la provincia y en el país no deja de subir y la credibilidad de los gobiernos no deja de bajar. El fin de ciclo K y la crisis del gobierno de De la Sota son dos de las principales causas donde debemos buscar la explicación del fallo judicial favorable a los vecinos. Sabemos que cuando enfrentamos a la Justicia llevamos las de perder. Nunca basta tener razón. Siempre son más importantes otras razones más injustas, mas privadas.
Este conflicto también ha hecho aflorar con fuerza la crisis del régimen, la crisis de la democracia burguesa representativa tal y como la conocemos. Es la movilización popular, sustentada en la más amplia unidad y los procedimientos democráticos de la Asamblea de Malvinas, la que nos trajo hasta acá.
Es importante señalar que, a pesar de ordenar detener la construcción de la planta, el fallo no dice una palabra sobre la Consulta Popular.
La Consulta Popular es la cuestión que nadie quiere tocar. Ni empresa ni gobierno quieren saber nada con hacer participar al pueblo en la decisión de la instalación de Monsanto. La enfática y explícita negativa del titular de Monsanto a una consulta popular en sus declaraciones cuando se conoció el fallo, deja claro que es a la voluntad del pueblo a quien le temen las multinacionales de la muerte y el saqueo.
Para lograr la victoria es imprescindible avanzar tanto en la profundización del apoyo y participación democrática de los vecinos de Malvinas como en la nacionalización de la pelea; es claro que hoy los vecinos de Malvinas Argentinas y su lucha se ha convertido en una referencia de los pueblos que enfrentan a la contaminación y el saqueo.