Las últimas semanas distintos referentes del Frente Cívico, incluido Luis Juez, plantearon la posibilidad de conformar una alianza con la UCR de Mestre y Aguad, de cara a las elecciones a gobernador de 2015.
Que Binner y referentes de Libres del Sur festejaran estas declaraciones no sorprendió a nadie, ya que vienen trabajando hace mucho tiempo para conformar una alianza con los herederos de De la Rúa. Lo que sí cambió el mapa político provincial fue que el juecismo, principal referente en el enfrentamiento al bipartidismo provincial, se abriera a barajar esta posibilidad.
¿Transformar la provincia o ganar las elecciones?
Esta parece haberse transformado en una disyuntiva de hierro para el Frente Cívico. De la definición que se tome dependerá el futuro del espacio político que nació apadrinado por el argentinazo y que supo transformarse en una verdadera cuña frente al bipartidismo provincial, poniéndolo contra las cuerdas en 2007, el año del fraude.
Si se privilegiara una alianza con la UCR, por sobre las banderas históricas que dieron vida al espacio y que motivaron incluso la confluencia de nuestros partidos, la realidad plantearía rápidamente una serie de interrogantes: ¿Cómo el Frente Cívico podrá enfrentar los futuros ajustes del bipartidismo siendo socio de una de sus patas?¿Podrá representar una nueva forma de hacer política al aliarse con lo peor de la vieja política, socios históricos del delasotismo? ¿Cómo podrá combatir la corrupción y el narcotráfico uniéndose con el partido de los negociados y socio de los jefes narcos?¿Podrá seguir sosteniendo una política de derechos humanos coherente mientras integra un frente junto a amigos de Menéndez como Oscar Aguad?
Nada bueno puede venir de la mano de los que hundieron la provincia y el país en la crisis actual y que pretenden que seamos los trabajadores los que terminemos pagándola.
En un momento en el que el repudio hacia los viejos partidos crece cotidianamente y que se impone cada vez con más fuerza la necesidad de una alternativa que dé salidas de fondo en lo político, económico y social, aliarse con los verdugos de los sectores populares sería un gran error que liquidaría la experiencia más avanzada construida por los cordobeses para romper la loza del PJ y la UCR y generaría una nueva frustración a los miles que pelean cotidianamente por los cambios que necesitamos.
Por eso creemos que antes de operar cambios de rumbo tan bruscos, deberíamos darnos un debate profundo para analizar a fondo el momento político y discutir qué tipo de alternativa es la que hará falta en esta nueva etapa; sobre todo en momentos en donde cada vez serán más los que busquen espacios unitarios que se opongan a los viejos partidos. Por eso invitamos a todos aquellos quienes compartan esta visión a que trabajemos juntos para intentar frenar ese rumbo.
Del delasotismo se sale por izquierda
El gobierno provincial vive una crisis profunda, una crisis de fin de ciclo. Esto sin dudas abre nuevos desafíos y nos pone frente a una gran responsabilidad a todos los sectores que venimos peleando por transformar la realidad política cordobesa en favor del pueblo trabajador.
La crisis continúa poniendo a prueba todos los proyectos políticos, con el oficialismo y la oposición subidos al barco del ajuste. Cada vez queda más claro que la salida viene por la izquierda. A condición de que logremos construir una amplia unidad entre la izquierda política y social, junto a los miles de militantes honestos que rompen con el kirchnerismo y las distintas variantes de centro izquierda. Ese es el desafío planteado y el sentido en el cual seguiremos trabajando y aportando nuestros mejores esfuerzos. Compartiendo esta pelea con todos aquellos que también quieran darla.
Marcelo Maceira