Que los jóvenes de todo el mundo son vanguardia en las movilizaciones y luchas contra el sistema capitalista que los oprime, margina y superexplota ya no es novedad para nadie. Tampoco que en nuestro país, luego de la «década ganada» al decir del gobierno, haya más de un millón de jóvenes que no consiguen empleo o cuando lo encuentran son tercerizados o directamente trabajan en negro y que cientos de miles ni trabajan ni estudian.
Quizás por el temor ante su bronca creciente y ante la debacle económica de los últimos días, Cristina haya decidido lanzar el Plan Progresar. Intentando aparecer con alguna iniciativa ante la crisis o aplacar en algo la bronca de millones de jóvenes.
Los alcances, límites y mentiras del Progresar:
Según Cristina, el plan es porque «Queremos que los jóvenes estudien, aprendan, tengan un oficio». Consiste en $ 600 otorgados a través de fondos del tesoro, vehiculizado por la Anses, para jóvenes de 18-24 años que certifiquen que están estudiando, que no tengan trabajo o estén en negro o ganen menos del mínimo de $ 3.600.
Más allá de la burla que significa un subsidio de $ 600, mientras Echegaray de la AFIP gasta 2 millones en sus vacaciones o los diputados ganan $ 50.000. Lo que no dice el gobierno es que no lo cobrarían los jóvenes cuyos padres (cualquiera de los dos) ganen más del mínimo de $3.600, ni aquellos que estudien en un colegio o instituto privado. El supuesto éxito del lanzamiento del Plan, que según el gobierno ya lleva más de 125 mil inscriptos, lo único que manifiesta es la tremenda situación de desesperación de cientos de miles de jóvenes que se aferran a la limosna del gobierno porque ni el estado ni la economía en su conjunto les ofrece salida digna alguna.
Es claro que con la tremenda devaluación y sus consecuencias inflacionarias el Plan Progresar arranca ya devaluado en por lo menos un 20-30% y ni siquiera cobrarán todos juntos los $ 600 mensuales, ya que el decreto fija que se descontará un 20% (es decir cobrarán mensualmente $ 480), y que se les otorgará ese 20% en 3 cuotas anuales. Para cuando las reciban ya se las habrá comido la inflación.
Lo que se necesita es un plan económico distinto y trabajo digno:
La lógica de este subsidio es la misma de siempre bajo el kirchnerismo: Repartir un poco de plata (anualmente lo destinado al plan no supera el 3% de lo destinado a pagar la deuda externa y sus intereses) con fines clientelistas, demagógicos y sin atacar los problemas de fondo.
Desde el MST-Nueva Izquierda decimos que la única solución para que los jóvenes puedan estudiar y posteriormente tener una salida laboral digna es cambiar rotundamente este plan económico que beneficia a los ricos, poderosos y al capital más concentrado, por otro al servicio de los trabajadores y el pueblo. Sólo de esa manera habrá educación, salud y trabajo digno para todos, de lo contrario seguiremos sujetos a los caprichos y subsidios devaluados que decida otorgar Cristina.