Primero en una aparición televisiva lo expresó Altamira. Luego en su prensa escrita el PO desarrolla una línea categórica: estaríamos frente a una dinámica golpista de parte de la fracción más reaccionaria de la burguesía. Dejamos nuestra opinión política sobre esta equivocada caracterización del PO que es funcional al gobierno y al régimen.
Dice el editorial de PO:”En tanto que el golpe blanco en Italia se fraguó en lugares tan exclusivos como Saint Tropez, las asonadas en Argentina tienen lugares menos rutilantes, como el casino Sasso del hotel de gastronómicos en Mar del Plata o el comedor de la Rural donde los empresarios de AEA y la UIA, entre otros, se reúnen con los de la Cámara Americana, Alemana y de España, para discutir ‘acercamientos institucionales” y “todo obrero consciente se está preparando, en Argentina, para luchar contra el ajuste de Kicillof-Capitanich-CFK, pero sin olvidar, siquiera por un momento, que los Scioli, Massa, Binner, De la Sota y Macri preparan una salida anticipada para dar mayor fuerza y coherencia al ataque contra los trabajadores” (Prensa Obrera, 13/02/2014).
Es decir: estamos ante una línea inequívoca de forzar una salida del gobierno. La realidad es distinta: ni el kirchnerismo es víctima de una asonada, ni la burguesía hoy quiere “voltear” a CFK. En rigor de verdad, el kirchnerismo giró a la derecha haciéndose cargo de las propuestas de la derecha tradicional y lo hace en acuerdo con sectores de la gran burguesía. Lo cual no quita que ésta los presione y desgaste para que apliquen el ajuste y hagan el trabajo sucio previo a un cambio de gobierno, pero sin querer que caiga. Ya que su caída abriría una dinámica de movilización independiente de difícil contención.
Desde ya, la dinámica de la lucha de clases puede hacer caer a CFK o generar una salida anticipada de gobierno y si fuera así la gran burguesía se acomodará a esa situación. Si sucediera, seguramente la propia CFK dirá que fue “un golpe de mercado”. No olvidemos que tanto Alfonsín como De la Rúa también dijeron lo mismo cuando cayeron en el 89 y el 2001. Siempre los políticos burgueses intentan en las crisis que las masas no saquen conclusiones de que su propia fuerza los hizo caer. Lo trágico en este caso, es que una fuerza de izquierda como el PO ya esté –anticipadamente- ayudando a instalar ese argumento del régimen.
Carta Abierta y PO coinciden: ”La patria en peligro”
En simultáneo con la difusión de la tesis “golpista” de PO, el colectivo de intelectuales K “Carta Abierta” publicó otro documento titulado precisamente “La patria en peligro” donde dicen que “en este momento de agudo peligro para las esperanzas y el futuro de millones de compatriotas, sentimos la necesidad de este llamado que recoge los ecos de muchas de las luchas encarnadas por variadas tradiciones políticas del país. Escuchemos todos, escuchémonos a tiempo”. Al igual que PO, alerta sobre el peligro de golpe. El objetivo de esta devaluada asamblea de intelectuales K es notorio: victimizar al kirchnerismo frente a las corporaciones y mostrar una difícil “correlación de fuerzas que no da para más”. Objetivamente, el PO hace lo propio por izquierda y su tesis del presunto golpe desarma a los luchadores con una orientación defensiva.
Hacia un nuevo Argentinazo
Si una dinámica posible tuviéramos que arriesgar, diríamos que a la ofensiva está el movimiento de masas, en múltiples acciones todavía dispersas por el rol nefasto de la burocracia sindical. Ánimo de paro general y plan de lucha sobran. Por eso, más que a la burguesía al acecho vemos a la clase obrera y el pueblo calentando motores para la disputa salarial y contra la carestía en un 2014 que arrancó con una brutal confiscación de ingresos a partir de la devaluación trasladada a los precios. Más que ponerse en guardia para enfrentar un golpe, creemos que hay que multiplicar la intervención militante en apoyo a todas las luchas para fortalecer las tendencias hacia una respuesta unificada del conjunto de los sectores populares.
Por todo lo dicho vamos a un desenlace político y, más allá de las coyunturas, el gobierno y la oposición coinciden en que la crisis la paguen los de abajo, por eso se impone una salida distinta: antiimperialista y anticapitalista con la unidad de toda la izquierda. Ése es el desafío de la hora. Si para la burguesía “la patria está en peligro” es porque se abren grandes oportunidades para la izquierda. Las aprovecharemos si comprendemos el momento presente y la perspectiva, construyendo una gran alternativa unitaria que responda a la altura de las circunstancias.