Caracas, 19 de febrero de 2014
Manifestaciones y contramanifestaciones. Asesinatos y heridos en las calles de las grandes ciudades. La detención de uno de los líderes de las “protestas”. Un espiral de violencia creciente en los estados fronterizos con Colombia, en especial Táchira. Una campaña internacional de desinformación que se refleja en todos los grandes medios internacionales. Señales de desorientación aguda en el alto gobierno. Malestar en el pueblo chavista por una situación de desabastecimiento e inflación que empeora día a día. Lucha en defensa de una gran variedad de conquistas obtenidas durante los últimos quince años. Y hoy amenazadas por el despliegue de un proceso de contrarreformas. Una campaña gubernamental de llamado a la “Paz” al menos extemporánea y fallida. El sostenimiento de un rumbo equivocado al buscar un interlocutor en la burguesía para la conciliación, en lugar de buscar la participación democrática del pueblo que vive de su trabajo hacia medidas anticapitalistas. Son los síntomas salientes de que en las semanas o meses próximos se decidirá, con un fuerte peso de acciones de calle, el futuro inmediato de lo que el mundo conoce como Proceso Bolivariano.
La disputa por el control del país en el centro de la escena El período abierto con las manifestaciones y los hechos de violencia que se desarrollan desde el 12 de febrero, son la puesta en marcha de un plan integral de recuperación del país por parte de la derecha pro imperialista venezolana. Fracasado el objetivo de desatarlo con la forma de “plebiscito” en diciembre pasado, por el contundente resultado electoral favorable al chavismo, encontró su momento oportuno al recular el gobierno en las medidas económicas que le dieron aquel triunfo electoral, aplicando un duro ajuste devaluatorio.
No se trata sólo de la presencia de un sector violento y fascistoide de la burguesía local con fuertes conexiones con el uribismo y los sectores extremos de la derecha gringa, cuya cara visible serían el ayer detenido Leopoldo López y María Corina Machado, que lo es.
Se trata de una operación en tijeras, acordada o no, pero simultánea, donde a las acciones violentas, fascistas, se le debe sumar, el anestésico llamado a las formas pacíficas para una salida “constitucional” del gobierno de Nicolás Maduro, impulsado desde el departamento de Estado, la iglesia venezolana y los supuestos políticos democráticos de la derecha del país. Argumento, este último, que lamentablemente se alienta también desde el gobierno.
Lo que estamos presenciando es la disputa abierta por el control del país y la renta petrolera, que toda la oposición de derecha cree poder recuperar sobre la base de la debilidad política generada por el fallecimiento del Comandante Chávez y la “ingenuidad” de la política conciliadora del gobierno.
Movilizar al pueblo trabajador en defensa de las conquistas del Proceso y por medidas anticapitalistas
La amenaza al gobierno del presidente Nicolás Maduro es, sobre todo, la búsqueda de desmontar radicalmente las conquistas sociales, económicas y políticas del Proceso Bolivariano. Por eso es que el primer paso de una respuesta contundente a la ofensiva de la derecha es desatar la movilización del pueblo que vive de su trabajo en la defensa de esas conquistas.
Hay que impulsar y alentar la lucha de los que defienden la recuperación del poder adquisitivo del salario. Los que defienden los puestos de trabajo. Defender y hacer aplicar las conquistas de la LOTTT, reimpulsar el funcionamiento de las Misiones apelando al control y la decisión del pueblo trabajador. Apoyarse en la movilización masiva de la población para aplicar medidas de freno al desquicio económico capitalista como el Monopolio del Comercio Exterior, la nacionalización de la Banca y el control central de todos los fondos del Estado Venezolano en el Exterior.
El pueblo que vive de su trabajo debe sentir que se retoma el camino de las medidas de noviembre pasado. La intervención de los comercios que venden a precios usurarios, las sanciones a los empresarios que acaparaban, especulan o concentran el contrabando de extracción. La instalación de mercados populares en todas las ciudades donde se consigan los productos básicos. Sólo activando esta movilización popular desde las bases se podrá detener la ofensiva de la derecha. Llamamos a todos los movimientos, sindicatos y organizaciones del pueblo que vive de su trabajo a impulsar la movilización autónoma para defender nuestras conquistas y exigir medidas anticapitalistas.
Desarrollar la democracia para el pueblo bolivariano
Pero la acción revolucionaria del pueblo chavista no puede llevarse a la práctica sin desplegar una gran participación democrática. La confusión instalada en el chavismo por las oscilaciones del gobierno en el rumbo económico, solo se resuelve con su participación directa en las decisiones fundamentales. El respeto al debate crítico en nuestras filas. No poner obstáculos administrativos para el desarrollo de las movilizaciones de los trabajadores revolucionarios. El apoyo al trabajo de nuestros medios comunitarios y alternativos para informar acertadamente a nuestro pueblo. La apertura de los medios públicos a los que denuncian, reclaman y hacen propuestas de solución a los problemas que vivimos. Son la clave para desarrollar la movilización y frenar a la derecha. La tentación burocrática del ordeno y mando es el peligro más serio en estos momentos. La gravedad de la crisis actual puede ser resuelta de la manera en que triunfamos contra el golpe de abril y el sabotaje petrolero, activando decisivamente al poder constituyente, al pueblo bolivariano.
La búsqueda de la conciliación con sectores supuestamente “democráticos” de la derecha pro imperialista local nos lleva a perder el Proceso. Es un momento histórico para este proyecto de emancipación. La hora de la verdad ha llegado.
Carlos Carcione,Marea Socialista