A pesar de los intentos del gobierno de desmontar la causa Ciccone, ésta continúa adelante y está poniendo contra las cuerdas al vicepresidente de Cristina. No se trata de un mérito de la justicia sino de la grosera actuación del funcionario, que no tiene nada que envidiarle al menemismo.
¿Ataque contra Boudou o corrupción estructural?
Cuando comenzó la investigación contra el ex ministro de economía y actual vice de Cristina, el gobierno salió con fuerza a respaldar al funcionario denunciando un supuesto ataque de la empresa Bolt y otros grupos, supuestamente afectados por el más rocker de los kirchneristas.
Destituyeron al jefe de fiscales y al fiscal que seguía la investigación, pero la cantidad de pruebas que existen de la intervención de Boudou para quedarse, a través de un testaferro, con la única imprenta con capacidad para imprimir billetes del país es tan abrumadora que no quedó otra que seguir adelante.
Con los últimos testimonios de la familia Ciccone y las escuchas telefónicas que relacionan al socio del vice con funcionarios de la AFIP, la causa va preocupando cada vez más a los miembros del gobierno.
Sin defender a la familia Ciccone, que realizó todo tipo de negocios con los gobiernos de turno para enriquecerse, hay que decir que la causa contra Boudou no tiene nada que ver con un ataque hacia el funcionario sino con la salida a la luz de un entramado de corrupción donde un puñado de funcionarios aprovechan sus cargos para realizar negocios personales y enriquecerse.
La jefa le suelta la mano
La situación del gobierno nacional, crítica en lo económico y político, no deja lugar para la defensa de los caídos en desgracia. Por eso la decisión de designar un nuevo vicepresidente del senado, que garantice la gober-nabilidad en el caso de desbarranque, y el bajo perfil del otrora mediático vice que en todas las encuestas figura como el funcionario con peor imagen del gobierno.
Hasta Mariotto que salió a decir que pone las manos en el fuego por Amado, tiene que reconocer que es muy posible que se queme.
Boudou no es otra cosa que la verdad detrás de los discursos, es la continuidad de todos los hechos de corrupción conocidos o no del kirchnerismo, como la bolsa de dólares de Felisa Micheli o los millonarios desvíos de fondos de la fundación Sueños Compartidos. Como lo decíamos en una nota anterior, no se trata de una anomalía, sino de una regla de esta democracia capitalista, donde los funcionarios son privilegiados que se enriquecen aprovechando su ubicación en la gestión del gobierno.
Avanzar contra los privilegios y garantizar una justicia real
La justicia a demostrado en numerosas oportunidades su parcialidad y liviandad con los funcionarios, por eso en primer lugar es fundamental la creación de una comisión investigadora independiente, que vaya hasta las ultimas consecuencias en la investigación haciendo públicos todos los aspectos del caso, también es fundamental suspender en su cargo a Boudou y embargarle todos sus bienes hasta que se resuelva la causa. Junto con esto es necesario avanzar contra toda la estructura de privilegios de los funcionarios políticos, recortándoles sus beneficios y exigiendo una completa publicidad y control social de su accionar. Pelear por mecanismos de participación y control directo de los trabajadores y el pueblo también debe ser parte fundamental de la construcción de una forma distinta de democracia. Esa perspectiva impulsamos desde el MST Nueva Izquierda.
Martín Carcione