El gobierno en su conjunto perdió el primer round de esta pelea. Pretendió fijar una pauta nacional de ajuste a la baja mediante la paritaria nacional docente y se desencadenó el mayor paro conjunto de estatales y docentes de la década. Dejó sin márgenes a la propia burocracia sindical más afín, como la enrolada en las huestes de Yasky y Caló, que debió salir a ponerse al frente de una medida de fuerza que se estaba preparando desde abajo, desde la bronca de la base, motorizada por un numeroso activismo y las conducciones opositoras en docentes, por la FND y por los gremios de la CTA, ya que FeSProSa, CICOP, ATE, los Judiciales y Conaduh, venían llamando a medidas de fuerza y el miercoles 5 hubo una gran confluencia nacional. Fracasaron hasta las amenazas y los pedidos de la propia presidenta. Y la rebelión es un hecho en el país.
Este ha sido un duro golpe para Cristina y los gobernadores, que necesitan profundizar este ajuste con una rebaja salarial de hecho y ajuste en las plantas de personal y las condiciones de trabajo. Por ello ahora contraatacan desplegando una campaña para divorciar a los estatales y docentes de la simpatía evidente que tienen en los sectores medios y populares, para aislar y debilitar las medidas y tratar de cambiar la dinámica, con herramientas como la conciliación obligatoria, los aprietes y otras tropelías.
Los dirigentes de la CGT de Caló, del sector docente y estatal, salieron presurosos a aceptar el salvavidas de la conciliación para huir de la lucha y volver al pacto de gobernabilidad. Los pertenecientes al sector de Moyano están resolviendo al cierre de esta edición.
Los luchadores conocemos estas agachadas de siempre y debemos confiar sólo en nuestras propias fuerzas, a la par que exigimos que se mantengan las medidas, se rechacen las conciliaciones y aprietes de los gobiernos y se profundice la lucha. Se necesita un plan de lucha conjunto de los estatales y docentes. Con el nivel mayor de coordinación. Para lograr los aumentos que estamos reclamando. Pero hay que exigir y preparar un paro nacional y un plan de lucha general de todos los trabajadores.
El paro del miercoles 12 de la CTA es un primer paso a garantizar y darle continuidad. Hay que desplegar la mayor unidad de acción. En el camino del parazo del 20N de 2012, medida que si se convocara en el actual nivel de conflicto, puede ser decisivo para ganar esta pelea.
Hay que insistir a la CGT de Moyano que abandone su postura conciliatoria que abona a sostener al gobierno y su ajuste. Y embretar, sin un ápice de confianza, a los dirigentes de las demás centrales oficialistas.
Necesitamos el paro nacional, para pelear por un salario mínimo acorde a la canasta real que -según la junta del INDEC- se acerca a los $10.000, actualizado automáticamente y retroactivo al 1º de enero, como parte de un plan de emergencia.
Mientras lo exigimos, hay que prepararlo desde abajo. Con asambleas, reuniones de activistas y plenarios, fortaleciendo las luchas donde ya están instaladas y avanzando hacia el reclamo donde todavía no se salió. Es el camino para ganar.
Guillermo Pacagnini. Mesa Nacional CTA