Luego de haber recibido el rechazo del estudio de impacto ambiental presentado, Monsanto, lejos de acatar los resultados, comenzó una campaña de maniobras para relativizar el hecho de que la movilización y el repudio generalizado de la población colocaron sus planes contra las cuerdas.
Acusando recibo de los golpes, los gobiernos de De la Sota y Arzani (intendente de Malvinas Argentinas) se echan culpas mutuamente, intentan despegarse de la multinacional y ahora hasta proponen hacer la consulta popular que durante meses exigió el pueblo de Córdoba. Lo proponen ahora porque están acorralados por una lucha que pronto cumplirá dos años.
Aún en esta situación, y de la mano del Grupo de los 6 (que nuclea a las entidades empresarias de la provincia) siguen jugando con fuego y luego de represiones y numerosas patoteadas, provocan al activismo hablando de paz social, democracia y diálogo.
La importante movilización se dirigió a Casa de Gobierno a exigir la partida definitiva de la multinacional y a repudiar todas estas maniobras de los gobiernos, destinadas a desgastar una lucha que pronto cumplirá dos años y que difícilmente cese sin lograr su objetivo principal: evitar que Monsanto construya su fábrica de muerte en Malvinas Argentinas.
El MST, como lo viene haciendo desde que comenzó el conflicto, participó con mucha fuerza con una gran y combativa columna de jóvenes y trabajadores que junto a Vilma Ripoll gritamos bien fuerte ¡Fuera Monsanto!