Durante los días 4 y 5 de abril se realizó el congreso nacional de la CTA en Mar del Plata. Adelantamos nuestras principales impresiones y una síntesis de los debates.

En el evento participaron 1200 concurrentes y nuestra corriente sindical intervino con una delegación compuesta por docentes, estatales de ATE, trabajadores de la salud de CICOP y Fesprosa, judiciales, del SUTNA, UCRA, telefónicos, vigiladores y otros gremios privados, así como territoriales provenientes de diversos puntos del país.
Durante el primer día además de la formalidad estatutaria del Congreso Ordinario que votó la Junta electoral se realizó una actividad internacional con delegaciones de diversas centrales y sindicatos. El compañero Stalin Pérez Borges, de Marea Socialista de Venezuela, hizo parte de la misma.
Durante el segundo día se realizó el Congreso Extraordinario con un informe de Pablo Micheli que complementó el texto presentado y que compartimos en lo general en cuanto a la caracterización de la situación del gobierno, la ausencia de salida alternativa por medio de la oposición tradicional, el ajuste de corte ortodoxo en curso y la respuesta de lucha que colocó a los trabajadores en el centro del protagonismo nacional. Asimismo en su llamado a construir una central clasista y anticapitalista.
El debate que predominó en el plenario posterior, se centró en el paro nacional del 10, la modalidad a adoptarse y el rol que debería jugar la CTA en el mismo. Nuestra corriente, hizo llegar nuestro aporte y posiciones a través de un volante que abordaba otros debates que siguen pendientes y no fueron parte de las discusiones del evento. Tales como la estrategia y tácticas de construcción de la CTA y cómo ir hacia una «central de masas», la postulación en los conflictos y las iniciativas, el modelo sindical, la construcción en el sector privado y la disputa en el resto del movimiento obrero y por supuesto cómo abonar al movimiento político que hace falta.
Respecto del paro, creemos que nuestra delegación, a través de cerca de 15 intervenciones hizo de disparador de un debate necesario.
Nuestro planteo fue concreto: cómo además de la correcta unidad de acción con las CGTs, se articulaba con el conjunto de la izquierda, los movimientos sociales y las nuevas direcciones combativas para garantizar el paro, fijar su programa y fortalecerlo desplegando centenares de acciones callejeras y piquetes a lo largo del país. Más aún, nuestro planteo había ido más allá. Habíamos planteado un Congreso abierto a todos estos sectores, para fijar entre todos la realización de asambleas y consultas en todos los sectores para que la base decida por qué y cómo parar, el programa por el que se paraba y la metodología activa del mismo. Lamentablemente el congreso fue acotado y se limitó a ratificar el paro que ya estaba lanzado. Las intervenciones de los dirigentes de la agrupación mayoritaria de CTA, fueron casi exclusivamente para respondernos que «se contraponía» el paro con las acciones callejeras que nosotros propusimos. Una afirmación que, además de errónea, no tiene nada que ver con la historia de los paros generales que se acompañaban siempre de acciones o piquetes para garantizarlos. Los paros domingueros, fueron una creación y patrimonio de la burocracia sindical.
Luego de nuestro debate, el congreso «habilitó» a acciones en el interior del país, pero explícitamente fueron vedadas en Capital y Buenos Aires, por lo cual nuestra delegación se abstuvo en la votación de ese punto.
Lamentablemente, lo demostró la realidad de la jornada del 10, se perdió una oportunidad. No solamente para que la CTA sume su potencial de movilización para fortalecer el paro, sino para que aparezca en las calles como un actor protagónico, dándole visibilidad al programa de 33 puntos y marcando un norte concreto para miles de trabajadores que necesitan una central «clasista y anticapitalista» y que están hartos de la vieja burocracia sindical.

Guillermo Pacagnini Coordinador de la Corriente Sindical del MST