No al pacto PRO-K contra los derechos humanos
El Instituto Espacio para la Memoria es el único ente estatal y autónomo de derechos humanos. Integran su conducción organismos de derechos humanos, personalidades y representantes de la Legislatura porteña. Tras un intento fallido en la sesión del 24 de abril por líos internos del bloque K, ese sector y el PRO pactaron votar la disolución el jueves 8 de mayo. Unamos fuerzas para impedirlo.
El IEM fue creado a fin de 2002 por la Ley porteña 961 y se puso en marcha en 2006. Su función central es «el resguardo y transmisión de la memoria e historia de los hechos ocurridos durante el Terrorismo de Estado de los años ’70 e inicios de los ’80 hasta la recuperación del Estado de Derecho».
Aparte de publicaciones e investigaciones, el IEM tiene a su cargo preservar y administrar los sitios de memoria que pertenecen a la Ciudad: seis predios de la ex ESMA (ex Casino de Oficiales, Pabellón Central, Imprenta, Taller Mecánico, Pabellón Coy y Enfermería) y cuatro ex centros clandestinos de detención (Automotores Orletti, el Atlético, el Olimpo y Virrey Cevallos).
En enero pasado, los gobiernos de Mauricio Macri y de Cristina Kirchner firmaron un convenio por el cual la Ciudad le traspasa a la Nación dichos predios y el personal del IEM. Los bloques del PRO y los K pactaron votar en la Legislatura dos proyectos: uno para aprobar ese convenio y otro para disolver y liquidar el IEM. No obstante, algunos diputados del interbloque K son reticentes a levantar su mano para votar esa barbaridad.
Cabe recordar que la ley del IEM nació de un acuerdo cuando Néstor Kirchner era presidente y Aníbal Ibarra jefe de gobierno. En aquel entonces la secretaria porteña de Derechos Humanos era Gabriela Alegre, actual presidenta del bloque K que impulsa la disolución…
Un ataque a los derechos humanos
El traspaso es un grave retroceso porque el Estado porteño se desprende de sus sitios de memoria, puntal en toda política pública de derechos humanos. Si a Macri jamás le importaron mucho, el gobierno K quiere los predios para seguir con su utilización política de la bandera de los derechos humanos. En la ESMA, en vez de recordar y homenajear a los compañeros detenidos-desaparecidos y su lucha, con la excusa de «resignificar» esos sitios los K hacen actos partidarios, clases de cocina, murga y hasta vergonzosos «asaditos» oficialistas. ¡Es como si hicieran lo mismo en los ex campos de concentración nazis!
Para peor, el pacto PRO-K quiere disolver el IEM: un organismo público que por ser autónomo, autárquico y con una conducción pluralista no depende de los vaivenes de los gobiernos de turno. Esa independencia política molesta a ambos gobiernos. Y a los K, en especial, les molesta toda referencia al «terrorismo de Estado de los ’70″, que es el que ejerció la Triple A, una banda parapolicial de ultraderecha que al amparo de los gobiernos de Perón e Isabel secuestró y asesinó a cientos de luchadores populares.
Defender al IEM y a sus trabajadores
Junto con rechazar la disolución del IEM, el diputado Alejandro Bodart presentó un proyecto de ley para defender la estabilidad y los derechos de los 127 trabajadores. Como los compañeros que se oponen al traslado son perseguidos por Martín Fresneda, secretario de Derechos Humanos de la Nación, entre otras garantías laborales Bodart propone que tengan derecho a optar por seguir en la Ciudad.
A la disolución del IEM se oponen el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel -quien estuvo presente en la sesión del 24-; Madres de Plaza de Mayo como Norita Cortiñas, Mirta Baravalle, Elia Espen y Nair Amuedo; la Asociación de Ex Detenidos Desparecidos y otros organismos de derechos humanos; personalidades como el jurista Beinusz Szmukler, la cineasta Lita Stantic y el sociólogo Atilio Borón, y organizaciones sociales y políticas, entre ellas el MST. Junto a los trabajadores del IEM, el jueves 8 volveremos a estar contra el pacto PRO-K y en defensa de los derechos humanos.
Pablo Vasco
