Aliándose con la UCR en el Frente Amplio Unen, el juecismo abandona una lucha de años contra el bipartidismo. Al bajar la bandera fundamental por la cual nuestros partidos confluyeran hace años, nuestro Congreso Provincial resolvió alejarnos del espacio para poder continuar la pelea contra el PJ y la UCR y construir una alternativa de izquierda unitaria y no sectaria.
Mientras la crisis se profundiza, los márgenes continúan estrechándose para los espacios políticos, que deben elegir entre dos bloques cada vez más enfrentados: los partidarios del ajuste y los que lo enfrentamos, pretendiendo que no seamos los trabajadores los que paguemos una crisis ajena.
En esta tensa situación, el establishment prepara sus contendientes para la pelea electoral post kirchnerista. Hace pocos días se sumó un nuevo espacio a la lista de candidatos poco entusiasmantes: El Frente Amplio Unen, encabezado por la UCR y el PS y al que equivocadamente se sumó el Frente Cívico de Luis Juez.
El juecismo en un curso radicalmente equivocado
Nacido bajo el signo del 2001, el juecismo expresó la ruptura con los viejos partidos y fue tomado por miles como herramienta de ruptura con el bipartidismo. De esta manera logró ponerlo contra las cuerdas en 2007, cuando De la Sota, la UCR y Kirchner debieron montar un escandaloso fraude para no perder el control de la provincia.
La coherencia a la hora de oponerse a las viejas estructuras fue lo que posibilitó que nuestros partidos confluyeran hace años. Y la entrega de esa bandera, indispensable para generar los cambios que necesitamos los trabajadores de Córdoba, es el motivo por el que hoy nos alejamos de este espacio.
La equivocada alianza con la UCR, aleja al Frente Cívico de su programa histórico, frustrando las esperanzas de miles que lo vieron como una alternativa. Este equivocado rumbo puede empeorar más aún, si ganan la pulseada interna los sectores de Unen que proponen sumar a Macri y sectores de la centro derecha.
El balance de nuestra experiencia en el juecismo
Toda experiencia que se acaba, impone un balance. Lo primero por precisar es que no renegamos de nuestra participación en el Frente Cívico. Hicimos una gran experiencia y nos fortalecimos mucho.
La política de abrirnos a trabajar con sectores provenientes de diferentes tradiciones que desplegó nuestro partido, en base a importantes acuerdos políticos, entusiasmó a un sector de jóvenes y luchadores y nos permitió empalmar con ellos. Nuestra fuerza militante creció de manera muy importantedurante este tiempo, hoy estamos en más ciudades, más lugares de trabajo, más facultades y colegios y nuestros referentes se han transformado en importantes figuras de la izquierda cordobesa.Esta es una primera muestra de lo acertado de la experiencia que definimos hacer hace casi 4 años.
Desde la más absoluta independencia política dimos cada uno de los debates que fue necesario, para fortalecer el perfil de ruptura con el régimen, de apoyo a las luchas y enfrentamiento a los planes de ajuste de los gobiernos provincial y municipal.
Junto a sectores de la militancia juecista, enfrentamos el equivocado rumbo que comenzó a operarse en las pasadas elecciones, con la conformación del Frente Progresista Cívico y Social y la candidatura de Ernesto Martínez, que no expresaba el proyecto originario del Frente.
En base a un balance muy crítico de las elecciones de 2013, encaramos debates internos y enfrentamos públicamente las equivocadas decisiones que inauguraron el curso que hoy termina en esta lamentable alianza, con una de las patas más hambreadoras y antiobreras del bipartidismo: la UCR.
Continuaremos las peleas que venimos dando hace años en la provincia, seguramente nos encontraremos en este camino con compañeras y compañeros que se alejaron del juecismo y seguirán haciéndolo si no se retoma la correcta senda inicial.
De la crisis se sale por la izquierda
El ajuste que vienen aplicando todos los gobiernos ha reavivado el conflicto social, en cada una de las luchas y movilizaciones crece el peso de la izquierda. Jornadas como las del 24 de marzo o las del paro nacional del 10 de abril, mostraron que la izquierda puede actuar unificada, incluso programáticamente.
Para avanzar, hay que plasmar en el terreno político y electoral la unidad alcanzada en las luchas. Para esto, es fundamental construir un gran frente o movimiento político unitario de toda la izquierda política y social, que aproveche las internas obligatorias presentándonos juntos, respetando los resultados y garantizando así que haya unidad. Las corrientes que conforman el FIT tienen que abrirse a esta propuesta dejando de lado las posiciones sectarias que hasta hoy las lleva a rechazar este método democrático.
Marcelo Maceira