Con tantas cosas en la agenda, la situación de los ferrocarriles ha sido desplazada del centro de la escena. Por eso queremos rescatar algunos hechos que confirman el rumbo encarado por el gobierno, un rumbo que perpetúa el modelo heredado del menemismo.
El 23 de mayo, la presidenta y el ministro Florencio Randazzo, presentaron los 72 coches nuevos para incorporar a la Línea Sarmiento. Luego de recordar que se van a gastar unos 300 millones y asegurar que a mitad de año habrá más coches como esos, Cristina dijo “Acá está lo que prometimos: los nuevos ferrocarriles para todos los argentinos. Se trata de la renovación absoluta del Sarmiento”.
No vamos a dejar pasar el hecho de que, a pesar de tener infraestructura y trabajadores calificados (como los de ENFER) para fabricar esos coches, seguramente por mucho menos y dar trabajo en momento difíciles, se los compraron a China. Pero además queremos resaltar otros hechos que sirven para entender porqué la crisis ferroviaria no terminó, sino todo lo contrario.
…voy en avión
En medio de la presentación, la jefa de estado cargó contra los trabajadores que habían realizado medidas de fuerza. “Los trabajadores que prestan servicio no son dueños de los trenes. Simplemente son trabajadores que deben cumplir ayudando a sus compañeros”, dijo. Con los trabajadores ferroviarios dura, como antes con los docentes. ¡Qué distinta es la actitud con los empresarios chupasangre que se llenaron los bolsillos mientras viajábamos como ganado…o peor!
Después continuó, “Quiero ser sincera, yo no viajo en tren, Florencio [Randazzo] no viaja en tren. El tren es para el pueblo”. En criollo, el tren es para los pobres. Más sincero (y humillante) imposible. Por eso nos siguen mintiendo y prometiendo el oro y el moro, ellos no viajan todos los días como nosotros, ni tienen pensado hacerlo jamás.
“Subsidios al salario”
Justo cuando se realiza el juicio por la masacre de Once, CFK defendió los subsidios a las empresas. “Estamos subsidiando el transporte de la fuerza laboral de los que viajan a sus trabajos. Si el pasaje costara 5 o 6 pesos, seguramente el trabajador pediría un aumento a su empleador…subsidios indirectos al salario”, dijo. Una mentira. Porque los subsidios son para asegurarle la ganancia a las empresas, que se quedan con la plata de los pasajes y no invierten un peso, como ya hemos visto. Si esa plata se utilizara completamente para el transporte público no se viajaría como se viaja.
La única salida: FF.CC 100% estatales con control social
Con la preocupación por el 2015 que tienen los de arriba, seguramente veremos aparecer otros coches nuevos o pintados para que parezcan nuevos. Pero la crisis estructural del transporte no se va a terminar si no toman medidas de fondo. En lugar de reprivatizar y entregarle los trenes al Grupo Roggio (el mismo que tiene el subte en Capital y miles de millones en contratos con el estado) hay que quitarles la concesión a todas las empresas que nos vienen haciendo viajar como animales mientras se quedan con los subsidios. También hay que recuperar el ferrocarril de cargas que es el que debe sostener al de pasajeros.
Todo el sistema debe pasar a manos del estado, pero con fuerte control social por parte de usuarios y trabajadores, para evitar que el ferrocarril pase de ser botín de las empresas a ser botín de los gobiernos. Y hacer que los que se proponen para administrar el estado tengan que viajar en el transporte público, de la misma manera que lo hacemos todos. Con esas medidas podremos pensar en tener un ferrocarril seguro, barato y extendido nuevamente a todo el país.
Ignacio Tedesco