La autopartista Gestamp hace el estampado de chapa de las puertas, capots y baúl para la Ford, Volswagen y otras terminales. Es una multinacional española con fábricas en 20 países. En abril suspendieron a 70 compañeros por un mes. La empresa y la dirección del gremio SMATA hicieron una lista negra como en la peor de las dictaduras. El 5 de mayo los trabajadores volvieron a la fábrica y la patronal les dijo que se tenían que retirar nuevamente. Se paró la producción para hacer asambleas. El 6 de mayo la fábrica amaneció cerrada por lock-out patronal y totalmente militarizada. La empresa volvió a trabajar con policías de la bonaerense adentro y la Gendar-mería afuera, con una patota del SMATA vigilando y amenazando a los obreros y con 69 compañeros despedidos. Desde ese día, una lucha heroica conmovió a todos los trabajadores y mostró la férrea unidad de la patronal con los gobiernos nacional y provincial, y la complicidad de la conducción del SMATA. ¡Esa lucha sigue!
Pasaron 36 días desde que la patronal de Gestamp en complicidad con la dirección del SMATA, despidió a los compañeros. En este tiempo, los trabajadores despedidos hicieron de todo. Un acampe pacífico en la puerta de la empresa rodeados de la policía, actos, marchas, cortes en Panamericana y en la Capital, recorridas para buscar solidaridad y apoyo. Entre la persecución y las amenazas de la patronal, la policía y la patota del SMATA no les permitían el contacto con los trabajadores de adentro.
Nueve compañeros despedidos ingresaron a la planta y se subieron a un puente grúa, a varios metros de altura y estuvieron varios días sin que la policía los pueda desalojar. Jamás pusieron en riesgo la integridad física ni el trabajo del resto de los compañeros, como dicen la patronal y Pignanelli. Les pusieron reflectores para bajarlos, música a todo volumen e impidieron que reciban agua y comida y les cortaron la luz para dejarlos sin celular. Con esta medida y el acampe, los trabajadores lograron instalar la lucha de Gestamp en todo el país. Las multinacionales automotrices y el gobierno quisieron echarle la culpa a la lucha de Gestamp por la crisis de la industria. Parecía que hasta la Ford de Detroit iba a suspender por culpa de los obreros de Gestamp.
La repercusión fue tan grande que Cristina lo «apretó» a Scioli en cadena nacional para que intervenga. Mientras Pignanelli y la conducción del SMATA, fieles sucesores de José Rodríguez que entregó activistas y delegados a la dictadura militar, pedían represión y amenazaban con «ir ellos a sacar a los trabajadores», a través de una solicitada y en todos los medios.
Entre la presión del gobierno nacional, las patronales y el SMATA por un lado, y la lucha de los trabajadores por el otro, el Ministerio de Trabajo de Bs. As. decretó la «conciliación obligatoria» por 15 días, con los 67 despedidos adentro. Pero la ministra Giorgi, por orden de Cristina, puso el grito en el cielo. El SMATA amenazó con cortar ellos la Panamericana y la patronal no acató la conciliación. Primero cerró la fábrica con el verso de que era «para acondicionarla». Después envió a los despedidos al servicio médico «para ver cómo estaban de salud». Y ya pasó más de una semana y se niega a reincorporarlos. El Ministerio de Trabajo de Scioli, en un hecho inédito, anuló su propia resolución y levantó la conciliación obligatoria, cerrando filas con la patronal y la burocracia y mostrando que intereses defienden.
Algunos de los compañeros despedidos, acosados por el hambre y la desesperación, arreglaron su retiro de la empresa. Pero la mayoría de los despedidos siguen firmes y exigen volver a trabajar. Son mentiras todos los cargos en contra de ellos. Es mentira que son «peligrosos» y que no pueden convivir con los trabajadores de adentro. Lo que no acepta la patronal y el SMATA es que los trabajadores enfrenten con la lucha los despidos y suspensiones. Que se organicen y que hagan medidas por fuera de la burocracia.
El acampe se va a mantener, el próximo sábado se hará un festival en la puerta y los despedidos estrechan la relación con los trabajadores de adentro. El 6/6 un masivo acto de luchadores en la puerta de Gestamp rodeó de solidaridad a los despedidos y exigió su reincorporación. El 10/6 una importante delegación de los despedidos acompañada por sindicatos, comisiones internas y delegados combativos junto a dirigentes de los partidos de izquierda cortamos Callao y Corrientes durante varias horas. Los trabajadores querían instalar una carpa frente a la Casa de Provincia de Bs As para exigir que se cumpla la conciliación con los despedidos adentro. La policía y la gendarmería, con tanquetas, hidrantes y perros, impedían llegar hasta allí. Por eso se decidió marchar unas cuadras y fundirse en un abrazo con los trabajadores y delegados de la línea 60 que exigían la reinstalación del compañero «Tortuga» Lema. El grito de «unidad de los trabajadores» volvió a recorrer las calles de la capital. La lucha de Gestamp no terminó, a pesar de la patronal, los gobiernos, el SMATA y las fuerzas de represión. Sigamos luchando para que entren todos los despedidos!
Daniel Taborda, Sec. Gremial CTA Escobar
Habla Arturo Bressano, obrero de Gestamp
En el acampe frente a Gestamp, hablamos con Arturo Bressano, uno de los trabajadores en lucha, que junto a otros 8 compañeros, en un acto que desorientó totalmente a la em-presa, a las fuerzas represivas y a la conducción del SMATA, ingresaron valientemente y tomaron posición en las alturas de uno de los puentes grúa que hay en la planta donde trabajan. Allí estuvieron 4 días hasta que el Ministerio de Trabajo dictara la conciliación obligatoria, que suponía retrotraer todo el conflicto al inicio con el ingreso de los des-pedidos y que luego en una manio-bra inusitada, decidió levantar.
¿Cómo fué el ingreso a la planta y la subida al puente grúa?
Lo del puente grúa fue una medida desesperada para darle una salida al conflicto. Era una situación crítica, y había que hacer algo para darle una resolución a esta lucha, o se mejoraba o se pudría todo. Después de haber pasado varios días sufriendo ahí arriba, cuando salió la conciliación obligatoria nos esperanzamos, pero después la empresa no cumplió y encima Scioli la revocó.
Ahí queda todo de vuelta en cero, con el gobierno habiendo revocado la conciliación e incumpliendo todas las leyes. Por eso ahora empezamos una campaña de denuncia a Pignanelli con la actitud patoteril que tiene, y eso de no levantar ni un dedo por un trabajador. Solamente usa sus manos para reprimirlos o insultarlos o acusarlos de ladrones, y también a Scioli que es el que avaló que se tirara para atrás lo de la conciliación.
¿Cómo sigue la lucha?
El 10 junio cortamos Callao y Corrientes, y después la idea es levantar un acampe en la Casa de la Provincia de Buenos Aires. La empresa está haciendo la maniobra de negociar uno por uno, pero los compañeros estamos firmes. Vamos a ver los pasos a seguir, la carpa frente a la fábrica la queremos mantener, es un símbolo de los compañeros.
La idea es tener relación con los compañeros de adentro. Con volantes, estar en la hora de entrada y salida de los turnos, hablar con ellos. Tratar de romper el cerco que intentó poner la empresa, la policía y los dirigentes del SMATA. Si bien sacaron varios policías, todavía quedan unos 100 efectivos dentro de la planta.