El jueves 28 de agosto, el mismo día del paro general, el Consejo de las Américas organizó un foro llamado «Argentina: perspectivas económicas y políticas». Fue en el distinguido Alvear Palace Hotel, en el barrio porteño de Recoleta. Ante un público de grandes empresarios, disertaron ministros del gobierno nacional y «presidenciables» del sistema. Frente a la entrada de esa convención capitalista, el MST-Nueva Izquierda organizó una ruidosa protesta que encabezó nuestro diputado y candidato a presidente Alejandro Bodart.
El Council of the Americas o Consejo de las Américas es una institución empresarial internacional fundada en 1965 por el multimillonario norteamericano David Rockefeller, dueño de la petrolera Standard Oil, el Chase Manhattan Bank y otras corporaciones.
Su función es proteger los intereses de las grandes empresas que actúan en el continente americano.
Sponsors y presencias empresarias
Los que esponsorearon este foro son bancos y multinacionales promotoras de la megaminería, el fracking, los transgénicos y los agrotóxicos, junto a otras compañías locales y extranjeras.
Bancos: Citibank, J. P. Morgan, HSBC, Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Minería, petróleo y energía: Barrick, Chevron Corporation, Pan American Energy (PAE), Andes Energía y AES.
Otras corporaciones: Monsanto (tecnología agrícola), NEC (comunicaciones), Microsoft (tecnología), Pepsico (alimentación), Panedile (constructora).
La reunión la encabezó la presidenta del Consejo de las Américas, Susan Segal, junto a Richard Peach y Terrence Checki, de la Reserva Federal de Nueva York. Asistieron unos mil empresarios y ejecutivos de primera línea(1).
Estos grandes capitalistas son los mismos que vienen ganando fortunas todos estos años y que ahora, ante el agravamiento de la crisis, promueven más ajuste, despidos y baja salarial.
Desfile de ministros y candidatos
El primero en exponer fue Mauricio Macri: «Esta vez no creo que la crisis que vivimos sea culpa de lo que pasa en el mundo, como fue en 2009. Hoy se debe a un mal manejo de nuestro gobierno», dijo. Y se quejó de las «medidas ilógicas e irracionales. Nuevas iniciativas como la ley de abastecimiento o el proyecto de mover los pagos de la deuda solo ahondarán los problemas».
Es decir, el candidato del PRO rechaza hasta el más mínimo control a las grandes formadoras de precios y propone arrodillarse ante los buitres. Fue muy aplaudido.
Luego Jorge Capitanich repasó los supuestos «logros» del modelo K: inclusión social, distribución de la riqueza, caída del desempleo, desendeudamiento soberano. Fue casi como sus conferencias de prensa diarias, que muchos compañeros y compañeras que en su momento confiaron en el gobierno ya no se bancan porque mientras crecen la inflación y los despidos él habla del País de las Maravillas.
Después Capitanich elogió el pacto Chevron-YPF e informó que a la explotación en Vaca Muerta se sumará la petrolera malaya Petronas. O sea, más fracking contaminante.
Siguió el radical Ernesto Sanz, precandidato por UNEN y preferido del Grupo Techint. Para «dejar atrás a la decadencia», propuso tres claves: «La cultural, para cambiar la cultura de la decadencia y el no respeto a la ley; la del asistencia-lismo, para volver a inculcar la cultura del trabajo en vez de depender de los programas sociales, y la de la impunidad, para desplazarla por la de la honestidad.»
Entre toda esa cháchara, criticó al gobierno K por derecha: «Se está yendo la época de los extremos», «el facilismo y el populismo». Música para los oídos patronales que piden achicar el «gasto público», es decir todas las áreas sociales.
Axel Kicillof pateó la pelota afuera: «La economía mundial no arranca, las exportaciones argentinas y de todo el mundo se ven afectadas y ante esa coyuntura no hay remedio. Cuando la demanda externa no ayuda, no hay política activa que se pueda aplicar». También culpó a las «usinas de malhumor y pesimismo»: «Si todo el mundo piensa que la cosa va a ir mal probablemente vaya mal, aunque no haya motivos para eso».
«Puede haber viento de cola o de punta, pero lo que importa es el piloto», agregó. Pero reafirmó que el «piloto» quiere pagarle a los buitres, eso sí, «soberanamente».
Entretanto, en privado, Susan Segal le pedía a la ministra de Industria, Débora Giorgi: «Estoy tratando de convencer a Cristina, si me podés ayudar, de hacer una mesa con empresarios cuando esté en Nueva York». Giorgi se comprometió a hacerlo.
Daniel Scioli arrancó contra el paro: «Hoy es un día triste porque se ha hecho un esfuerzo muy grande estos años para poner en movimiento a la Argentina como para ahora llamar a un paro». A los empresarios les pidió que «la variable de ajuste no sea echar gente» y a los sindicatos, sobre todo a los «radicalizados», les pidió «prudencia». Admitió problemas como la inflación, pero los consideró coyunturales. Y dijo que en 2015 hay que elegir «entre alguien de confianza, estable, que continúe con el desarrollo, o dar un salto a la improvisación o el vacío».
En síntesis: trabajadores no luchen, patrones por favor no despidan, que Scioli les garantiza estabilidad para que sigan ganando. Cosechó no pocos aplausos.
Sergio Massa, el sonriente candidato presidenciable por el Frente Renovador, estaba anunciado como expositor del foro pero se pegó un faltazo por problemas de cartel. Es que, a diferencia del año pasado, esta vez el cierre se lo dieron al ministro Kicillof y no a él. Igualmente, para que nadie tenga dudas sobre su vocación proimpe-rialista, al día siguiente Massa se reunió con Segal, quien lo invitó a disertar en Nueva York.
Según los voceros de Hermes Binner (PS-UNEN), no fue «debido a la conflictividad social» y para «evitar una situación no deseada» (?). Pero la burguesía está tranquila. Días atrás, al hablar contra la Ley de Abastecimiento, Binner se sinceró: «Creemos en la mano invisible del mercado porque es la que en definitiva sigue la historia… Estamos hablando de valores que defendimos y que tenemos que ayudar a desarrollar.» Un «socialista» defensor del mercado capitalista: lamentable.
En resumen, los ministros del gobierno kirchnerista y los principales «presidenciables» del sistema desfilaron ante el gran empresariado nacional e internacional reunido en el Consejo de las Américas. A su vez el lunes 1º los candidatos ausentes y presentes en dicho foro, más Julio Cobos y Elisa Carrió, rindieron cuentas ante la CAME (Cámara Argentina de la Mediana Empresa). En ambos eventos todos ellos ratificaron que, gane quien gane en el 2015, van a seguir gobernando para los capitalistas.
Bodart: «Que se ajusten ellos»
A diferencia del resto de la izquierda, que frente a semejante foro capitalista no hizo nada, el MST-Nueva Izquierda resolvió convocar a una acción de protesta. En el día del paro nacional y después del corte en Corrientes y Callao, nuestra columna marchó hasta la Avenida Alvear al 1.800, a la entrada misma de la reunión del Consejo de las Américas. La movida tuvo bastante repercusión mediática.
Con el diputado Alejandro Bodart al frente, más de 300 compañeros cantaban al sonar de los bombos y levantaban banderas y pancartas. Participaron también algunos activistas del grupo «Todos los 25 hasta que se vaya Monsanto».
Tal como lo contó una periodista, «el escrache en plena Recoleta obligó al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y a los ministros Axel Kicillof (Economía) y Débora Giorgi (Industria) a entrar por una puerta trasera para evitar el mal trago» (Clarín, 29/8). También La Nación, Página 12 y otros diarios mencionaron la protesta, en la que nuestro dirigente fue reporteado por varias radios, canales de TV y agencias nacionales e internacionales.
Bodart fue categórico: «Este foro lo auspician las corporaciones como Chevron y Monsanto, que de la mano del gobierno saquean y contaminan nuestro país. Kicillof, Capitanich, Scioli, Macri y Sanz vienen al Consejo de las Américas a rendirles cuentas a las multinacionales y los grandes empresarios, a garantizarles que van a seguir gobernando en beneficio de los capitalistas.»
«Mientras el gobierno K y la ‘oposición’ coinciden en ese modelo de entrega y ajuste -siguió Bodart, nosotros proponemos un plan económico opuesto: prohibir por ley los despidos y suspensiones, nacionalizar bajo control obrero toda empresa que cierre o despida, recuperar los recursos estratégicos del país, suspender todo pago de la deuda externa y reorganizar toda la economía nacional al servicio del pueblo trabajador para asegurar trabajo, salarios y jubilaciones, salud, educación y vivienda.»
Pablo Vasco
(1) Entre otros, Alejandro Bulgheroni (Bridas), Héctor Méndez e Ignacio de Mendiguren (Unión Industrial Argentina), Gustavo Weiss (Cámara de la Construcción), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), José Luis Manzano (Andes), Carlos de la Vega y Eduardo Eurnekian (presidente y vice de la Cámara Argentina de Comercio), Cristiano Rattazzi (FIAT), Gabriel Martino (HSBC), José Urtubey (Celulosa y vicepresidente de la UIA), Diego Pérez Santiesteban (presidente de la Cámara de Importadores), Federico Braun (supermercado La Anónima) y Facundo Gómez Minujín (JP Morgan).