Como pasó en Capital y otros distritos, Neuquén adelantó sus elecciones. Y es que hace tiempo el gobierno feudal de Sapag intenta sin éxito poner paños fríos a la situación de la provincia. Con una interminable campaña del MPN y con el bono de fin de año, trató de desviar la atención de las mayorías. Pero el sol no se tapa con un dedo y, apenas empezado el 2015, la crisis sigue entrando con fuerza. Por la caída del precio del barril de petróleo ya no se crearán nuevos puestos de trabajo y la multinacional Schlumberger acaba de anunciar el despido de 9.000 trabajadores. A eso se suma el conflicto de los trabajadores de salud, que ya llevan más de un año sin solución. Ante esto Sapag, para defender sus privilegios y los del MPN, adelantó de forma prepotente las elecciones al 26 de abril. La derecha ya juega sus cartas: el FPV, el PRO y Massa ya definieron sus candidatos, quienes pretenden a capa y espada defender el saqueo y la entrega de Vaca Muerta y nuestros recursos.
En Neuquén sobra derecha, y hace falta una alternativa para los miles de trabajadores y jóvenes que buscan un cambio. Lejos de esto está el FIT, que al no haber sacado conclusiones sobre las consecuencias que su sectarismo tuvo en la derrota de las elecciones de ATEN y el CEHUma, sigue con su cerrada cooperativa electoral. En el mismo sentido se lanzó el frente popular de UP, PTP y Emancipación sur, que abandonaron la construcción del Frente Progresista Sur que había sido una importante referencia en las últimas elecciones. Llamamos a los compañeros a reflexionar para no desaprovechar la oportunidad que se presenta.
Desde el MST-Nueva Izquierda lanzamos la candidatura de Priscila Ottón a gobernadora y Martín Carcione a primer diputado, para dar pelea contra los privilegios de los políticos y las multinacionales. Insistimos en la necesidad de una verdadera alternativa de izquierda, amplia, unitaria y con vocación de poder, para lograr los cambios necesarios en la provincia y el país.

Maximiliano Marino