Nacida en el 2000 la Universidad Autónoma de Entre Ríos posee más de 90 carreras que se dictan en 18 localidades de la provincia, representa para muchos jóvenes la única posibilidad de cursar una carrera universitaria. Mientras los gobiernos se han dedicado a intentar desarticular nuestra universidad, la UADER se ha sostenido gracias a la lucha estudiantil. En los años 2004, 2007 y 2012 hemos resistido los intentos de cerrar licenciaturas, de una “nacionalización” que traía aparejado el cierre de carreras y la reducción del presupuesto, así como el intento de frenar los concursos ordinarios. También defendimos la autonomía universitaria poniendo fin a la intervención del gobierno provincial quien hasta 2012 designaba a dedo al rector. Esta vez tomamos las riendas para lograr nuestro edificio único y propio.
Edificio propio y condiciones dignas de cursado.
Actualmente cursamos en sedes que corresponden a escuelas secundarias y/o lugares alquilados que no cumplen con la capacidad adecuada para la cantidad de estudiantes, dictándose clases donde para poder escuchar al docente debemos sentarnos en el piso, quedarnos en los pasillos, etc. Las promesas del edificio propio por parte de Urribarri y la gestión se remiten al 2008 pero fue en 2011 cuando el gobernador anunció “a partir de hoy la UADER deja de ser nómade” mostrando el plano de lo que sería el campus universitario y anunciando la licitación que nunca se llevó a cabo. Han pasado ya 4 años de aquel anuncio sin que se ponga siquiera la piedra fundacional sobre el terreno.
La situación edilicia de la UADER es una expresión particularmente grave de una problemática general de infraestructura educativa en nuestra provincia. En las escuelas se caen los techos, llueve y se inundan, los vidrios están rotos y más de una vez las clases se suspenden por falta de agua. En los edificios se materializa una política educativa de fragmentación y abandono de lo público. Los políticos de turno se llenan la boca hablando de la importancia de la educación pero miran para otro lado ante nuestros reclamos, quizás sea porque sus hijos van a universidades privadas y no viven la realidad de la educación pública. La política oficial se completa al interior de la universidad con la complicidad de las autoridades universitarias, que se han transformado en profesionales de la administración de la miseria y el cuidado de sus privilegios.
Por eso los estudiantes tenemos que llevar adelante la defensa de la educación pública, contra el modelo educativo del gobierno y sus cómplices dentro de la universidad, por una educación pública, gratuita y de excelencia.
Nadia Burgos