Del 7 al 11 de septiembre se llevaran a cabo en la UBA las elecciones para renovar las representaciones estudiantiles en los Consejos Directivos y las conducciones de los Centros de Estudiantes en las 13 facultades. Con la asunción del Rector Barbieri a fines de 2013, los distintos sectores del radicalismo universitario fueron ganando más espacios de poder, al punto que sus principales referentes en el claustro estudiantil y sus agrupaciones Franja Morada y Nuevo Espacio controlan la estratégica Secretaría de Hacienda y han volcado millonarios recursos al fortalecimiento de sus listas en cada facultad. Pero también fueron innumerables los hechos de corrupción que se manifestaron y volvieron a poner de relieve la necesidad de terminar con el poder de estas camarillas. Denuncias comprobadas de sobreprecios en la contratación de proveedores del hospital de Clínicas en beneficio de empresas pertenecientes al Decano de Económicas forzaron su renuncia. Una investigación en curso a la Decana de Derecho por contrataciones fraudulentas de cursos de capacitación inexistentes en esa facultad. La renuncia del Vicerrector Richarte por sus vínculos con el espía Stiuso y con la ex Side son sólo una larga lista de la descomposición que atraviesa al gobierno de la UBA. Por otro lado, se sigue reduciendo el presupuesto de las facultades, que este año sólo aumentó un 12% poniendo a las mismas en serios riesgos para su funcionamiento. Todo esto manteniendo miles de docentes que trabajan gratis y otros tantos en condiciones absolutas de precariedad.
Por otro lado, el kirchnerismo universitario, que tiene cierto peso en los claustros de profesores y graduados y controla el decanato de tres facultades, más allá de alguna denuncia escandalizada a algunos de estos hechos de corrupción, viene dejando correr las políticas de ahogo presupuestario y aplicándolas al interior de sus facultades.
Lamentablemente, no viene habiendo una respuesta acorde a todo esto de parte del movimiento estudiantil, que ya desde hace varios años sufre de una pasividad alarmante vaciándose de contenido la participación en los Centros de Estudiantes, y las movilizaciones brillan por su ausencia. El ciclo abierto hace ya más de una década con la recuperación de los Centros y la FUBA por la izquierda comienza a cerrarse gradualmente. Como parte de esto se perdió el Centro de Medicina el año pasado y se encuentran en serio riesgo el de Veterinaria, Arquitectura y Sociales, así como la continuidad de la izquierda al frente de la FUBA. Una de las causas fundamentales de esto es la profunda división que se produce al interior de la izquierda, entre las agrupaciones que se referencian en el FIT y otras similares, que desarrollan un modelo de conducción esencialmente declarativo y sectario y que no alientan la amplia participación de los estudiantes en las organizaciones gremiales y otras independientes y no tanto que si bien critican correctamente este modelo de conducción, no apuestan a la unidad y priorizan sólo la construcción de sus organizaciones. Ante esta realidad, una parte importante de los estudiantes que siente como ajenas estas divisiones opta por volcarse a las agrupaciones que le ofrecen mejores servicios y respuestas a sus demandas más inmediatas, debilitando a la izquierda y dándole quizá de esta manera la posibilidad a la Franja Morada (Nuevo Espacio) y a las agrupaciones kirchneristas de recuperar, después de muchos años, la conducción de varios Centros de Estudiantes y la FUBA.
En las últimas semanas hemos desarrollado un amplio llamado a la unidad para empezar a revertir este proceso, pero lamentablemente, a días de presentarse las listas en las distintas facultades todo parece indicar que va a continuar la dispersión de las fuerzas independientes del gobierno y el Rectorado. Desde el MST-Nueva Izquierda vamos a presentar listas y llamamos a apoyarlas para fortalecer la perspectiva de volver a reconstruir el movimiento estudiantil construyendo Centros de Estudiantes abiertos y participativos que vuelvan a poner el eje en la pelea por nuestras reivindicaciones y por una democratización real al interior de la UBA. Esto sólo es posible superando la dispersión, y poniendo el centro en lo que nos une, aprendiendo a contener la diversidad de matices y perfiles de las distintas agrupaciones, única garantía de construir la síntesis necesaria para lograr las transformaciones que hacen falta.
Juventud Socialista del MST
