El sistema electoral va para atrás. Se burlan de la voluntad popular. Los cambios deben ser profundos.
La fraudulenta elección de Tucumán abrió la Caja de Pandora de las instituciones del régimen político. Y afloraron los «males» practicados por los partidos patronales: clientelismo, compra de votos y fiscales, robo de boletas, violencia, padrones adulterados, violación de urnas y bolsines, manipulación de actas, ausencia de fuerzas públicas de custodia y eliminación de videos de control. Alperovich y Manzur hicieron que detrás del «Jardín de la República» apareciera un baldío con escombros.
Las acusaciones apuntan al Frente para la Victoria. No es casual. El PJ en sus variantes políticas y sindicales es el «maestro de maestros» de las trampas. Pero las responsabilidades no están sólo en el ámbito provincial: también se enquistan en lo más alto del poder central. A vos que quizás aún simpatizas con algunas posiciones K, ¿no te hace ruido que Aníbal Fernández diga «No sé lo que pasó porque estaba durmiendo»? ¿O que Cristina exija «reconozcan nuestro triunfo» como si no hubiera pasado nada? La disputa por encaminar el escándalo puede derivar en distintas variantes. Pero finalmente se pondrán de acuerdo para bajarle el tono y evitar que haya consecuencias peores para los de arriba.
El andamiaje de lo trucho
Señores feudales y barones del conurbano forman parte del Clan del régimen. Son especialistas en cambiar fechas electorales a su antojo, gastar fondos millonarios ilegítimos, reelegirse indefinidamente, imponer boletas sábana y entregar mayorías automáticas a los que ganan por un voto. No obstante, el abanico de la trampa no sólo se compone de punteros y dirigentes inescrupulosos: hay un andamiaje que respalda las maniobras. Lo integran las instituciones del régimen que sostienen y retroalimentan al corrupto sistema capitalista.
Los ejemplos sobran. El FpV de Cristina y Scioli tiene a Boudou, con su enriquecimiento ilícito. El PRO de Macri tiene a Niembro lavando dinero y otros escándalos. Todos son discípulos de Menem, el gran corrupto. Estos son los que al asumir se enriquecen y empobrecen a la población pagando una ilegítima y fraudulenta deuda externa.
Un fantasma movilizado
El pueblo tucumano es el único héroe en este lío. Ganó las calles e impuso que la Cámara en lo Contencioso Administrativo decida anular las elecciones y una nueva convocatoria. En la dirección opuesta, la Corte Suprema provincial ya dio marcha atrás y reconoció a Manzur como gobernador electo. Macri ya lo aceptó. Sabe que a los poderosos no les conviene que sigan saliendo los trapitos al sol.
Más allá de cómo cierre esta historia, quedó a la vista la falta de transparencia de los procesos electorales. Y el fantasma del Argentinazo movilizado volvió a plantear ¡que se vayan todos!, dejando una gran enseñanza: hay que protestar para que salte la podredumbre y se impulsen cambios.
La burguesía no quiere que el hartazgo se generalice y derive en grandes movilizaciones en los principales centros del país. Por eso, la Cámara Nacional Electoral estableció medidas para las elecciones de Octubre: habilitar un cuarto oscuro extra por escuela, controlar las boletas cada diez votantes, confeccionar actas por duplicado, controlar la carga de datos, etc. Son medidas necesarias, pero no alcanzan para el cambio de fondo que se necesita.
Democratizar la democracia
Hoy estamos más o menos como en el siglo XIX cuando los candidatos llegaban a la presidencia con fraude escandalosos y violencia política. Por eso, hay que hacer cambios profundos e integrales. Nosotros proponemos:
Basta de maniobras legales. Abajo las PASO restrictivas para las fuerzas emergentes, derogación de esta antidemocrática ley electoral, sistema electoral único nacional con representación proporcional de acuerdo a los votos obtenidos, eliminación de las listas sábanas, las reelecciones, los sistemas de acoples y las leyes de lemas. Que se habilite la presentación de agrupamientos comunales.
Función pública sí, negocios privados no. Que los políticos ganen como una docente y usen el hospital y la escuela pública. Revocatoria del cargo a los funcionarios públicos corruptos, cuyos delitos deben ser imprescriptibles.
Elección de jueces y comisarios. Deben ser electos por votación de la población e investigados en forma independiente del Estado. Hay que instaurar jurados populares y aplicar castigos ejemplares a todos los corruptos.
Democracia directa. Es necesario incorporar mecanismos de participación como Consultas Populares y Referéndums vinculantes para decidir sobre los grandes temas que afectan a los trabajadores y el pueblo.
A decidir sobre lo democrático y lo social. Por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana para discutir todo y reorganizar el país, con una profunda reforma política para democratizar la democracia y aplicar medidas anticapi-talistas, en el camino del socialismo y un gobierno de los trabajadores y el pueblo.
Rubén Tzanoff