Hace pocos días, el gobierno envió el proyecto de Presupuesto nacional 2016 al Congreso. La oposición tradicional planteó que debería discutirse y votarse luego del 25 de octubre, para que se sepa qué presidente debe llevarlo a cabo.
Pero el gobierno quiere usar el debate del Presupuesto al servicio de su campaña electoral, ya que el mismo no plantea ni mega-devaluación frente al dólar ni ajuste de tarifas y mantiene los subsidios. Pretenden mostrar que la economía anda más o menos bien y que, de ganar Scioli, no sería necesario aplicar un ajuste como el que plantean Macri o Massa.
Otro presupuesto dibujado
Al igual que en los últimos años, el Presupuesto nacional tiene mucho dibujo y poca realidad:
Contempla un crecimiento del 3%, mientras todas las estimaciones lo dan más bajo. Lo cierto es que en nuestro país hace dos años que no crece el empleo, sino las suspensiones y despidos.
Plantea que habrá equilibrio fiscal e incluso un leve superávit, cuando en los últimos años el déficit supera los 200 mil millones de pesos y se calcula que en 2016 supere los 300 mil millones.
Sostiene que la inflación será del 14.5%, cuando todos sabemos que en estos años no bajó del 25 al 30% y ninguna señal indica que pueda bajar tanto en un año.
Prevé un aumento del 25.5% en la recaudación total. Si ambos datos fueran ciertos (14.5% de inflación y 25.5% más de ingresos) sería o por un fuerte tarifazo o por un gran crecimiento de la economía real. Pero de tarifazo, el Presupuesto obviamente no dice nada. Y de gran crecimiento, tampoco: ni siquiera se atreven a plantearlo porque está fuera de la realidad. Por eso es todo verso.
Otras dos previsiones también son más que dudosas: 1) que el dólar ronde los 10.6 pesos y 2) que la soja se comercialice un 13% más alta que este año, cuando los precios de todos los commodities vienen bajando en el mundo.
También es un dibujo afirmar que Brasil crecerá; que la economía mundial se estabilizará e incluso repuntará a fines de 2016, y que gastaremos menos en importar combustibles y energía…
La verdad tras el dibujo
En 2016, la inflación seguirá siendo el mayor problema para el bolsillo popular.
Y como el Presupuesto la esconde, tampoco prevé un aumento a los estatales. Ese es el principal mecanismo de ajuste. A su vez Macri y Massa no dicen nada sobre esto, porque coinciden con Scioli en que la variable de ajuste sean los salarios y las jubilaciones.
Otro aspecto central que se plantea es un Fondo de Desendeudamiento para pagar más de 11.000 millones de dólares. Y como reservas líquidas no hay es evidente que, sin decirlo, apuntan a volver a endeudarse para pagar la deuda vieja.
Es el mecanismo que ya usaron Menem y De la Rúa, y que ahora Scioli y Cristina critican de sus contrincantes.
El presupuesto que necesita el pueblo trabajador
Como ya explicamos, el Presupuesto K 2016 es otro ajuste al pueblo y aunque no lo reconozcan prepara nuevos tarifazos. Además está al servicio de las corporaciones, porque no cambia ni un pelo la estructura tributaria regresiva. El IVA, impuesto que pagamos ricos y pobres por igual, sigue siendo la principal recaudación. Y otro recurso fiscal importante es el de las “Ganancias” que pagan muchos trabajadores.
Lo que los trabajadores, sectores medios y populares necesitamos es un Presupuesto en donde paguen más impuestos los que más tienen, se asignen mayores fondos a salud, educación y atención de la violencia de género, no paguemos ni un peso más por la deuda externa fraudulenta y se eliminen el IVA a la canasta familiar y el impuesto al salario.
Gerardo Uceda