Ana María Martínez era militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST). Tenía 31 años y estaba embarazada. Había venido de la regional Mar del Plata del PST, duramente golpeada por la dictadura. Una patota había ingresado a su domicilio para secuestrarla. En Mar del Plata Ana había trabajado de operaria en un laboratorio y en la fábrica de alfajores Havanna.
Cuando llegó a la zona norte del Gran Bs As comenzó a militar en los barrios y en fábricas. Trabajó de operaria en Sylvania de Virreyes, en la autopartista Dunit y en DEA. El 4 de febrero de 1982, un Grupo de Tareas de la dictadura, en un Falcon verde, la siguió hasta su domicilio en Villa de Mayo y la secuestraron antes de llegar a su casa, cuando volvía de hacer las compras. El cuerpo sin vida de Ana María fue encontrado el 11 de febrero, en un zanjón en la zona llamada Punta Querandí, en un descampado entre Tigre y Escobar.
Fue uno de los últimos secuestros y asesinatos de la dictadura, en un intento de golpear una vez más al PST y al activismo obrero en la zona norte. Matando a Ana María quisieron matar la lucha contra la dictadura y las voces que en todo el país, gritaban que se vayan. Pero no lo lograron. Ana María sigue viva junto a los más de 100 compañeras y compañeros asesinados y secuestrados del PST, y junto a los 30.000 desaparecidos. Su lucha y su memoria no podrán borrarla nunca. No lo logró la dictadura, no lo lograron los gobiernos de la democracia que quisieron hacernos olvidar, y mucho menos ahora el gobierno de Macri y su funcionario Lopérfido que declaró “que nunca hubo 30.000 desaparecidos”.
La lucha por justicia para Ana María dio origen a una comisión de familiares, amigos y compañeros de Ana María Martínez, encabezada por Carmen Metrovich, su cuñada. Con la organización, la presentación de pruebas y el inicio de los juicios, logramos que tres represores del ejército sean llamados a declaración indagatoria y sean procesados por delitos de lesa humanidad. Raúl Guillermo Pascual Muñoz, Teniente Coronel y Jefe del Departamento Personal de Campo de Mayo, Jorge Norberto Apa, General de Brigada y Héctor Río Ereñú, Jefe de Operaciones del G3 del Estado Mayor de Comandos de Institutos Militares, están procesados y esperan el juicio oral.
Pasaron 34 años y Ana María sigue viva en la lucha de los trabajadores y el pueblo por el juicio y castigo a sus asesinos y a todos los responsables de la dictadura, de la Triple A y los políticos y burócratas sindicales que los acompañaron: Ana María Martínez, ¡más presente que nunca!.
Ana Urruti
