En 1910, en el II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca, Clara Zetkin y Kathy Duncker, representantes del Partido Socialista Alemán, presentaron ante más de 100 delegadas la propuesta de celebrar el 8 de Marzo el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en solidaridad con la delegación de EE.UU. que conmemoró la huelga de las obreras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en 1908. En esa huelga, 146 mujeres murieron calcinadas debido a las bombas incendiarias que la patronal hizo lanzar para que abandonaran la toma de la fábrica en su reclamo por salario y condiciones de trabajo. Siete años más tarde, al conmemorarse ese día en Rusia -febrero de 1917, para el calendario ortodoxo-, las obreras textiles tomaron las calles reclamando “pan, paz y trabajo” y realizaron la heroica huelga que encendió la mecha de la revolución más grande del siglo XX, la revolución socialista de Octubre.
Durante las décadas siguientes, al perfil netamente obrero y clasista con que nació la fecha del 8 de Marzo se le fueron sumando las reivindicaciones propias del género, contra la opresión y la discriminación machistas. Esto fue el reflejo de la fuerza que fue cobrando el feminismo en todo el mundo, reforzando el carácter combativo de la fecha. Con avances y retrocesos, los movimientos de mujeres bregaron por hacer de cada 8 de Marzo una jornada de lucha en la que se reclaman los derechos de las mujeres en todos los ámbitos.
Reafirmar este impulso primigenio se vuelve imprescindible, ahora más que nunca. Porque contra nosotras se dirigen una serie de estrategias de mercado, gobierno y control para disciplinar nuestra fuerza de trabajo y el potencial de nuestros cuerpos.
- Contra nosotras se dirigen los documentos del BID y otros organismos internacionales, que llaman a la mujer a “participar de la economía local” para que asumamos las tareas de cuidado hogareño-social y así suplamos el desentendimiento del Estado en las mismas.
- Contra nosotras, el Estado y las patronales privadas aplican mayor flexibilización laboral, precarización y desigualdad salarial.
- Contra nosotras, el gobierno macrista y los gobiernos provinciales ahogan el presupuesto para prevenir y combatir la violencia de género, mientras en este país sigue muriendo una mujer cada 30 horas por femicidio.
- Contra nosotras, el PRO-Cambiemos, el FPV y otros bloques patronales votaron los retrocesos clericales en el nuevo Código Civil y los subsidios multimillonarios a la educación religiosa y, en la Legislatura porteña, el escandaloso regalo de 17 inmuebles públicos a la Iglesia Católica.
- Contra nosotras, el Papa habló de “perdonar” el aborto durante un año si nos “arrepentimos”, privándonos de poder decidir sobre nuestros cuerpos. En sintonía, el Congreso sigue cajoneando la ley del derecho al aborto.
- Contra nosotras, los sucesivos gobiernos se niegan a desmantelar realmente las redes de trata y explotación sexual y tampoco sancionan a las provincias que no aplican la Ley de Educación Sexual Integral o la guía nacional de aborto no punible.
Por todos estos motivos, te invitamos a marchar este 8 de Marzo en todo el país.
¡Marchemos Juntas!
Luego de la jornada nacional del pasado 3J por Ni Una Menos, la lucha por nuestros derechos está mucho más fuerte. Y en todo el mundo las mujeres estamos avanzando en nuestros reclamos: en España, México y Brasil se levantan contra la violencia machista. En Kurdistán las mujeres protagonizan una gran lucha por la emancipación nacional y social. En India y Turquía surgieron grandes movilizaciones contra las violaciones. En Arabia Saudita por el voto por primera vez.
Desde Juntas y a la Izquierda y el MST nos consideramos parte activa de este nuevo despertar. Por eso venimos participando activamente en el conjunto de reclamos que recorren lo largo y ancho del país. Y lo hacemos siempre con una perspectiva socialista, porque este sistema capitalista y patriarcal es el que se beneficia de la opresión de las mujeres, de la apropiación de nuestro trabajo doméstico gratuito y del comercio, explotación y control de nuestros cuerpos.
Compañeras: somos las mujeres trabajadoras y luchadoras las que mejor comprendemos que “lo personal es político”, que nuestra realidad es producto de las relaciones de poder, imposibles de combatir individualmente y que nuestros derechos los defendemos mejor y únicamente juntas.
Te invitamos entonces a que te organices con nosotras, para empezar a preparar en común una gran movilización para este 8 de Marzo y seguirla por Ni Una Menos y por todo lo que nos falta.