Poco antes de que finalice 2015 el intendente de Unquillo, despidió cientos de trabajadores municipales. Escuelas de arte, programas, recolectores de residuos, hasta los dispensarios quedaron sin personal. Semanas más tarde, el recién asumido Schiaretti, mostrando su absoluto desinterés por los sectores que se perjudican, dispuso dejar sin trabajo a profesionales de las áreas de Trata de Personas, Violencia Familiar, el Complejo Esperanza y el refugio de jóvenes. También en teatros provinciales y municipales. El miércoles pasado, más de la mitad de los trabajadores del único Centro de Documentación Rápida que existe en Córdoba Capital no pudieron ingresar a trabajar porque les notificaron que estaban despedidos.
Son algunos ejemplos de los despidos que se vienen registrando en todos los niveles del estado y que todos los gobiernos planean aumentar.
Pacto social de hecho
Este tipo de medidas ya se veían venir cuando, entre fiestas, el gobernador instruyó a sus legisladores para que votaran la Ley 10.333 que baja de un plumazo las jubilaciones del 82% al 73%. Frente a eso, los sindicatos que venían mirando para otro lado tuvieron que llamar a una movilización. La respuesta de las bases fue clara: miles de trabajadores salieron a la calle el 29 de diciembre.
Luego de eso vino todo lo que se describe antes. Pero la CGT Córdoba sólo se declaró en “estado de alerta y movilización”. Y en el mismo estado se mantuvieron los gremios estatales que la integran mientras continuaban los despidos y se anunciaban propuestas salariales por debajo de la inflación.
Mientras el gobierno provincial ajusta, sólo han convocado a movilizar “los cuerpos orgánicos” contra los supermercados y la Caja de Jubilaciones.
Los gobernantes, súper tranquilos.
La movilización unitaria puede derrotar el ajuste
Quienes son injustamente despedidos se movilizan. Hoy, los trabajadores del diario La Mañana salieron a reclamar por el vaciamiento de la empresa. En algunos hospitales y establecimientos de salud pública, UTS ha hecho asambleas. Incluso logró reincorporar 8 despedidos. En el retorno a las escuelas, se comienzan a escuchar voces que plantean no dejar pasar la rebaja jubilatoria y los techos salariales. Incluso pudimos derrotar el intento de la conducción de UEPC de imponer la suma que piensa ofrecer el gobierno y obligarlos a llamar asambleas escolares.
Podrá haber confusión propia del cambio político que se dio a fin de año. Pero es seguro que los trabajadores, si pueden debatir y definir los pasos a seguir, no van a dejarse robar la dignidad.
El paro de ATE es una oportunidad para realizar una gran movilización provincial. Y debe servir para organizar un plan de lucha hasta frenar los despidos y conseguir aumentos salariales que nos permitan recuperar lo que hemos perdido.
Junto a mi partido pondremos todo el esfuerzo para que los trabajadores cordobeses le paren la mano a estos ajustadores.