MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Créditos hipotecarios. Con aroma a verso electoral

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Macri anunció un plan de créditos para la vivienda. ¿Qué hay detrás de la noticia? ¿Qué medidas se necesitan para solucionar el problema de la vivienda?

Que la Argentina tiene un déficit habitacional crónico, es una realidad. Como también lo es que cientos de miles de personas tienen la expectativa de poder lograr alguna vez tener su casa propia y así poder zafar del alquiler, con los abusos y dificultades que conlleva. Es una realidad también que desde hace décadas no existen créditos hipotecarios dirigidos a sectores medios.
El Gobierno, tomando nota de la bronca creciente de los trabajadores y el pueblo, que se expresó con fuerza durante todo el mes de marzo con paros y movilizaciones en todo el país, anunció en las vísperas del paro del 6 de abril un plan de viviendas a través de créditos hipotecarios dirigidos a la clase media. El objetivo, no demasiado oculto de esta medida, es intentar recuperar algo de la imagen del gobierno que venía cayendo mes tras mes desde que asumió Macri.
Por más bombos y platillos que usen en su lanzamiento, el plan no solucionará los problemas de los trabajadores y los sectores más necesitados, tampoco logrará como pretende hacernos creer el gobierno, una reactivación de la economía. Y está por verse si logra mínimamente el objetivo electoral primitivo, de evitar una derrota en las elecciones de octubre.

Una medida ineficiente

Descontando que todo plan de construcción de viviendas va a ser bienvenido por quienes puedan acceder al mismo y que sirve para descomprimir algo la demanda y penurias de un sector, decimos que este plan hipotecario es una aspirina para el cáncer del problema de viviendas en el país.
En primer lugar porque el plan está previsto para la construcción de 100.000 viviendas, cuando el déficit en la Argentina supera largamente el millón y medio de casas, esto medido a 2010, con lo que hoy debe ser mucho mayor aún, habida cuenta que durante la década previa, luego de los primeros siete años de gobierno K el déficit aumentó un 26%. Hoy sin dudas el problema sigue creciendo.
En segundo lugar porque los créditos están pensados solamente para la clase media joven, ya que por cada millón de pesos que se pide, hay que pagar $ 6.000 por mes, tener ingresos por encima de $ 23.000 y $ 250.000 en efectivo por adelantado, lo cual excluye al 80% de los trabajadores asalariados y en negro que ganan por debajo de eso.
En tercer lugar porque los intereses del préstamo son usurarios, sin contar las actualizaciones por el UVA (inflación minorista) que los rige, ¡en 30 años el costo financiero es del 116%! Esa ganancia desmesurada no se da en ningún otro país de los que Macri utiliza como ejemplos a seguir, y es la que se embolsan desde hace años los banqueros en la Argentina. Que tengan menos intereses que los del mercado sólo habla del nivel de especulación y usura de la banca en el país.

Por un verdadero plan de viviendas

Para enfrentar de verdad el problema de la vivienda en la Argentina, necesitamos un plan de construcción de viviendas populares que llegue en pocos años al millón y medio de familias que lo necesitan, con cuotas subsidiadas y accesibles para el verdadero nivel de ingresos de los trabajadores. Los fondos para ese plan deben salir en primer lugar del no pago de la fraudulenta deuda externa que hoy Macri vuelve a incrementar en más de U$S 40.000 millones en poco más de un año de gobierno. Con sólo dejar de pagar dos años los intereses de la misma, ya existirían fondos para la construcción de un millón de viviendas populares a U$S 30.000 cada una. También si se aplicara un impuesto progresivo a las ganancias de los ricos, y sobre todo gravando progresivamente las viviendas ociosas o desocupadas como hacen otros países como Francia o Alemania, para que bajen los alquileres o se pongan en venta.
Mientras no se implementen medidas como éstas, no habrá solución al problema de la vivienda. El plan de Macri apenas cubriría el 7% del déficit y sólo para un mínimo sector de la población.

Gerardo Uceda