Pasaron 30 días de las primarias y los viejos aparatos ya preparan sus campañas millonarias. El macrismo para consolidar su holgado triunfo y el PJ para remontar el papelón cosechado. Córdoba Ciudadana se entusiasma con mantener su tercera ubicación y en la izquierda, ante el retroceso del FIT, se consolida Izquierda al Frente y sus propuestas de renovación.
Lejos de quedar exento de las tendencias nacionales, el escenario cordobés muestra con crudeza muchas de las características que signan la coyuntura nacional postelectoral.
¿Territorio PRO?
En andas de un resultado abiertamente favorable, el macrismo y su candidato Héctor “La Coneja” Baldassi buscan mantener el rumbo que llevó a Cambiemos hasta el 45%: azuzar el “efecto grieta” y cuidarse de no hablar ni proponer nada concreto. Podría ser tildado de testimonial, pero para calificar debería haber dejado por lo menos algún testimonio. Para confirmar la ratificación del rumbo, el candidato de Macri anticipó que no participará de ningún debate. Esperanzados en el éxito de su táctica, el presidente ya anticipó que cerrará su campaña en Córdoba y que intentarán conquistar la sexta banca.
Sacudiéndose el polvo, para volverse a meter
A pesar de gobernar la provincia hace casi 20 años, la desorientación del PJ cordobés desconcertó a propios y extraños. Al oscilar del promacrismo al antimacrismo, incluso en un mismo día, Schiaretti no sólo perdió seriedad sino también votos. No pudiendo encontrar su espacio, intentarán forzar una -ridícula- nueva grieta, apelando a su ya tristemente célebre “cordobesismo”.
Los allanamientos a locales de organizaciones políticas y sociales se inscriben en esta desesperación por recuperar votos de manos del PRO. Coquetear con los sectores más conservadores, que aplauden la política represiva del macrismo, parece ser la nueva -fallida- táctica elegida.
A pesar de los millones que desembolsen, las chances de un éxito electoral son ínfimas y eso los condena a un seguro segundo lugar.
Nuestros derechos no se negocian
A pesar de la posibilidad concreta de conquistar una banca, el del 2017 fue el peor resultado del kirchnerismo cordobés en unas PASO. Con un candidato cuyo mayor mérito fue ser un desconocido y por lo tanto no ser un “sapo”, intentaron ocupar el espacio del peronismo anti ajuste. Algo que sin dudas complicó al errante PJ y a Liliana Olivero del FIT, que debió ceder el autoadjudicado tercer lugar y una vez más, la posibilidad de conquistar una banca.
Apoyos como el del también derrotado Rodríguez Saá y su futura pertenencia al bloque kirchnerista, que votó leyes clave del ajuste macrista, muestran que Carro traicionará a sus votantes y que lejos de frenarle la mano a Macri, se la levantará.
Unidad para enfrentar el ajuste y la represión
Los intentos por legitimar la represión, la justificación de lo injustificable y la intención de los gobiernos de profundizar el ajuste después de las elecciones, aumentan el debate de cómo enfrentarlos. Las acciones unitarias ante el caso Maldonado muestran que es necesario reagrupar fuerzas para frenar al gobierno. No abrirse siquiera a reflexionar sobre esta posibilidad -demandada en los barrios, lugares de trabajo y de estudio- demuestra la necedad y poca utilidad de espacios como el FIT.
Una nueva generación para renovar la izquierda
El exitoso debut de la lista de Izquierda al Frente que encabezó Luciana, marcó una redistribución del espacio de izquierda. El retroceso del FIT es una expresión concreta de la búsqueda de algo nuevo en la izquierda. Nuestro desafío entonces, es mantener una fuerte campaña de propuestas y de instalación de ideas y ejes de debate que impulsen cambios de fondo, como logramos hacerlo en las PASO. Para eso recorreremos cada barrio de la Capital e intentaremos llegar a más ciudades del interior provincial, donde achicamos distancia de manera considerable con el FIT, empardando y ganando incluso algunos departamentos.
Como lo reflejó el exitoso Encuentro Provincial que realizamos hace pocos días, el MST e Izquierda al Frente arrancan la campaña hacia octubre fortalecidos. Los casi 45.000 votos son una alegría y una responsabilidad que se traduce en un compromiso: batallar para ampliar la unidad lograda e intensificar los esfuerzos para seguir avanzando en la necesaria renovación política y cultural de la izquierda cordobesa.
Viki Caldera y Marcelo Maceira