La Comisión por el Centenario de la Revolución Rusa, que integra nuestro partido, como parte de las actividades de homenaje al octubre rojo, ha realizado la edición de varias publicaciones. Esta vez se trata de un clásico de Lenin, El Estado y la Revolución, con prólogos a varias manos. Por parte de nuestra corriente han prologado el libro Alejandro Bodart, Vilma Ripoll, Héctor Bidonde y Guillermo Pacagnini. El viernes 22 a las 18.30 hs en el Auditorio de Diputados se realizará la presentación del libro. Reproducimos el prólogo de Alejandro Bodart.
A un siglo del Octubre ruso, la vigencia del leninismo
Lenin publicó este texto unos meses después del Febrero revolucionario ruso de 1917. Aquí actualiza la teoría del Estado de Marx y Engels a la luz de la experiencia de la Comuna de París y de las revoluciones rusas de 1905 y febrero de 1917, y analiza la transición del capitalismo al socialismo y luego de éste al comunismo. Asimismo, Lenin polemiza a fondo con las posturas del anarquismo y del oportunismo reformista, dos obstáculos ante la tarea concreta que estaba planteada en aquel momento en Rusia: la toma del poder. Esta obra sin duda ayudó a preparar el inminente triunfo de Octubre, cuyo centenario conmemoramos precisamente este año.
En nuestros días, cuando la crisis económica y la inestabilidad política global del capitalismo imperialista ya resultan inocultables, creemos que recobra toda su vigencia el ejemplo de aquella revolución formidable que encabezaron Lenin, Trotsky y los bolcheviques. Por primera vez en la historia, en la atrasada Rusia el pueblo trabajador tomó el cielo por asalto, derrotó al zarismo y a las clases dominantes y se hizo del poder político, económico y social para abrir una perspectiva inédita de progreso. Después de las importantes conquistas de los primeros años, la revolución retrocedió bajo el régimen estalinista, pero esa circunstancia no invalida su enorme significación histórica y presente.
Para millones y millones de personas en todo el mundo hoy el capitalismo es sinónimo de miseria, ajustes, guerras, opresión de la mujer y destrucción de la naturaleza. Y entre el activismo obrero, juvenil, del movimiento de mujeres y popular crece la conciencia de que el sistema capitalista fracasó. Lo que no está tan claro, sin embargo, es la salida socialista ni tampoco la dirección política capaz de conducir ese cambio estructural. Ese sigue siendo entonces el principal desafío para las y los revolucionarios, tarea para la cual El Estado y la revolución y toda la obra de Lenin constituyen una referencia ineludible.