El gobierno con el apoyo del PJ y los gobernadores logró votar en el congreso una reforma previsional que contiene un duro ajuste para jubilados y beneficiarios de la AUH.
Con una brutal represión como marco y mucha crisis política, el macrismo dejó de lado su careta y sufrió un fuerte desgaste frente al movimiento de masas.
La reforma previsional, negada hasta el cansancio durante la campaña electoral de hace pocos meses, incluye una serie de puntos que es fundamental aclarar para poder entender lo que se puso en juego en los últimos días.
En primer lugar un recorte de los haberes de los jubilados que supera los $6.000 anuales y los $3.500 a los beneficiarios de la AUH. Esto se suma al retiro de la cobertura de medicamentos en el PAMI y el deterioro general de la atención en la obra social de los jubilados.
La ley también establece que solo aquellos que tengan 30 años de aportes ininterrumpidos tienen “asegurado” no cobrar menos que el 82% del salario mínimo vital y móvil, el resto (cerca de 6 millones de jubilados) ni eso.
El nuevo modo de calcular las jubilaciones y otros beneficios implica que 11 millones de beneficiarios cobrarán menos en el 2018 de lo que hubieran cobrado si esta ley no se votaba, esto le permitirá al gobierno capturar cerca de $100.000 millones anuales para destinarlos a la coparticipación con las provincias, en especial la de Buenos Aires.
Otra perlita de la ley es la extensión de la edad jubilatoria de hecho hasta los 70 años, teniendo en cuenta que “permite” a las patronales extender el tiempo hasta esa edad para notificar al empleado. Además que vivir de una jubilación se va a tornar prácticamente imposible.
Este asalto a los derechos de millones de trabajadores y trabajadoras de nuestro país se realiza al mismo tiempo que son exentos de impuestos los bingos, las mineras, la renta financiera entre otras actividades, es decir una verdadera declaración de principios del gobierno y de sus aliados, roban a los jubilados y premian a los empresarios corruptos, esta segunda parte, conocida como “reforma tributaria” está atada al pacto fiscal firmado por casi todos los gobernadores y transformada en ley en la continuación de la sesión. El choreo continúa.
Movilización de masas, sesión fallida y crisis política
El gobierno intentó realizar un tratamiento exprés del tema, para que los contenidos fundamentales no sean conocidos por el pueblo que vive de su trabajo. Por eso, luego de votarla en el Senado (con amplio apoyo pejotista) rápidamente trasladaron la votación a diputados, violando los propios reglamentos parlamentarios.
Pero irrumpió la movilización y la información del verdadero alcance de la norma disparó la indignación de masivos sectores de la sociedad. Muchos que, incluso, habían acompañado a Cambiemos en las últimas elecciones.
Así la votación tranquila imaginada por el macrismo se cayó producto de la enorme movilización del jueves 14, reprimida brutalmente durante horas por la Gendarmería y la Federal. Primer round con derrota para Cambiemos que ni con diputruchos pudo concretar la estafa. El impulso de sacar esa misma noche un DNU, profundizó la crisis interna, obligó a lanzar un “bono” y expuso en todos los medios la verdad de la reforma, las brutalidades del gobierno y su intensión de avanzar si o si. Nuevamente en diciembre había olor a 2001 en el aire y la movilización se multiplicó y hasta la podrida burocracia de la CGT se vio obligada a anunciar un paro nacional.
Así llegamos al lunes 18 de Diciembre, con un gobierno mostrando los dientes para ocultar sus flaquezas, una oposición timorata, enroscada en un juego parlamentario que no podía ganar y amplios sectores de trabajadores, jubilados, desocupados y estudiantes que nos lanzamos a las calles para impedir por nuestras propias fuerzas que se concrete la estafa. La respuesta, una vez más y a pesar de los montajes, fue una violenta represión, superior a la del jueves 14, durante horas en la Plaza de los dos Congresos y hasta entrada la tarde en la avenida 9 de julio.
Cuando todavía estaban montando la campaña contra los “violentos de la izquierda” comenzaron a sonar las cacerolas y de a poco y en todo el país, fuimos de nuevo ocupando las calles. Volvimos a marchar como en aquel diciembre, al grito de “que se vayan todos” y “unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”
La reforma se aprobó a las 7:05hs de la mañana, en un horario acorde a la cueva donde se realizaba el debate, a espaldas de miles que ya no tenían ninguna expectativa de lo que allí sucediera ya que, como lo señalan Mariano Rosa y Sergio Garcia en una nota reciente “Un aspecto esencial del balance de estas semanas es que el país de la coyuntura electoral con un Cambiemos ascendente y triunfador, se acaba de terminar. En este fin de año se produjo un cambio político de magnitud. ”
Unidad y organización por un plan alternativo
El gobierno y la oposición mostraron sus cartas, lejos de anteponer proyectos (lo que es difícil debido a los lazos que los unen) jugaron el juego parlamentario. Como bien lo expresó el diputado Rossi al salir del recinto “hicimos todo lo que pudimos y perdimos” lejos de eso, desde el MST creemos que mucho más se puede hacer para enfrentar el ajuste, que la pelea no está cerrada y que lo fundamental es continuar movilizados, anteponiendo al plan de miseria de cambiemos un plan alternativo. Un plan que se sustente en colocar fuertes impuestos a los ricos, a la renta financiera, las mineras y al campo. Un plan que incluya no pagar un peso de la deuda externa y destinar esos recursos a jubilaciones dignas, con 82% móvil, con asistencia de medicamentos y salud garantizada 100%, un control del PAMI en manos de los jubilados, una baja en la edad jubilatoria y una generalización de los beneficios de la AUH a todos los trabajadores y trabajadoras de nuestro país. Se puede pelear por esos puntos, con organización, lucha y unidad, podemos pararle la mano a Macri.
Martín Carcione