No es un secreto para nadie que el gobierno de Macri pasó sus peores semanas, casi al borde de un descalabro económico total, un posible corralito e imposibilidad de pago y tras eso una tensión social y callejera que se hubiera multiplicado en horas. Apenas pudo salirse de esa encerrona pateando 35 días la crisis millonaria de las Lebac, dándole una nueva y enorme ganancia en intereses a los especuladores financieros y yendo hacia el FMI a endeudarnos y someternos perdiendo toda soberanía económica y política.
El reflejo de esos tensos momentos del país todavía se ve, se respira en el aire y puede volver a concretizarse en cualquier momento con nuevas corridas, devaluaciones e inflación imparable. También con más luchas sociales y represión, como vimos estos días en CI5, Cresta Roja, el Inti, el Subte y ante las nuevas amenazas de descuento de días de paro, que Vidal le hace a los docentes en medio de la Marcha Federal.
Sin duda la irrupción de la crisis y el regreso del FMI recolocan con fuerza la necesidad de la mayor unidad de acción en la calle contra el plan macrista. La dirigencia sindical que hace la plancha traiciona esta lucha. Los que convocan medidas aisladas no están a la altura de lo que hace falta. Los que dividen con sectarismo le hacen el juego a este plan siniestro. Hace falta una enorme movilización nacional ahora, y un paro nacional para frenar y derrotar todo el plan de Macri y el FMI, incluyendo el tarifazo y el miserable techo salarial. La marcha contra el FMI a Plaza de Mayo que hicimos en unidad la semana pasada fue un buen paso. Pero hace falta mucho más. La Marcha Federal que el 1º de junio llega a la Capital, puede transformarse en una gran jornada que abra paso a nuevas medias durante ese mes.
En este país que profundiza su crisis en todos los terrenos, el viejo PJ, acostumbrado a garantizarle la gobernabilidad a Macri y dejándolo avanzar con el ajuste, ahora se tensiona. Las viejas estructuras dirigenciales del peronismo se debaten entre seguir apoyando y dándole tiempo al macrismo o, pensando en sus posibilidades de 2019, posar de mayor oposición. Tal vez sectores del PJ hagan una cosa y otros otra, lo que es evidente es que desde dentro de ese viejo partido no vendrá la solución. Hay que salir del macrismo y luchar fuerte para lograrlo. Pero hacerlo hacia un proyecto superador y realmente progresivo. No hacia viejas recetas que ya mostraron su indecisión e incapacidad de producir cambios profundos.
El FMI o nosotrxs. ¿Qué alternativa? ¿Con quiénes?
El acuerdo con el FMI y sus consecuencias de ajuste y represión, nos pone también ante nuevos desafíos políticos. Nuestra idea es muy concreta y abierta al intercambio y al debate con muchas fuerzas populares y de izquierda: proponemos conformar una nueva y gran alternativa política, de unidad de la izquierda anticapitalista, antiimperialista y distintos sectores populares. Una fuerza que frente al macrismo y el viejo PJ se plante en serio como tercer espacio alternativo.
Una unidad política que parta de proponer romper con el FMI y todos sus ajustes. Que sobre esa definición programática proponga un plan de emergencia que privilegie la solución a las necesidades obreras, populares, de las mujeres y de la juventud. Que entre sus banderas políticas tenga el no al robo de la deuda externa, el sí a la reestatización de los servicios esenciales bajo control social, y jerarquice la necesidad de nacionalizar la banca y el comercio exterior. Un plan que garantice aumentos salariales acordes a la inflación y paritarias libres y sin techo. Que prohíba los aumentos de precios y le ponga fuertes impuestos a las grandes corporaciones empresarias. Que prohíba por ley los despidos y la precarización laboral. Que priorice la salud y educación pública y corte el curro de los negocios privados en esas áreas. Y que tenga entre sus prioridades la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito en el hospital, así como otras justas demandas del movimiento de mujeres.
Esta unidad que hace falta tiene que ser abierta a distintas expresiones ideológicas del campo de la izquierda y el movimiento popular. La única forma de hacerla grande y potente, es precisamente que tenga la capacidad y sabiduría para contener dentro de acuerdos programáticos importantes, la suficiente diversidad para llegar a franjas del movimiento de masas con una propuesta sólida y ascendente.
Algo muy importante de esta herramienta política, si queremos que avance positivamente, es que verdaderamente sea algo nuevo. Que refleje las más avanzadas tendencias de lucha del movimiento de mujeres, de las y los trabajadores y la juventud. De la intelectualidad, la lucha ambiental, de los movimientos sociales y de los derechos humanos.
Del MST a las demás fuerzas políticas
Entramos en meses decisivos del país. Se avizora en el horizonte mayor crisis del gobierno y un desenlace impredecible. Se vienen mayores luchas sociales y en algún punto del camino la lucha política y electoral también se llevará a cabo. Nuestro partido siempre se propuso unir lo más ampliamente posible para dar estas batallas. Así lo hicimos años atrás con Izquierda Unida, luego con el Movimiento Proyecto Sur, después con las listas unitarias y tricolores de Nueva Izquierda, y en las últimas elecciones con Izquierda al Frente. Con el mismo objetivo apoyamos al PSOL en Brasil, que expresa también la unidad de diversas tendencias populares y de izquierda. Todas son experiencias parciales y positivas, con sus puntos similares y sus diferencias, y siempre el servicio de -en unidad en la diversidad- ir buscando la mejor manera de disputarle a fondo a todos los partidos del régimen.
Ahora que se vislumbran profundos cambios políticos, se abren también nuevos desafíos en este terreno. Toda nuestra experiencia política acumulada la ponemos a disposición de forjar nuevas y más grandes alternativas. Desde el espacio político en el que participamos hoy, vamos a proponer avanzar a más unidad política convencidos que desde la izquierda debemos aportar a disputarle en serio a todos los viejos partidos responsables del ajuste. En el mismo sentido algunas fuerzas populares están reuniéndose, otras intentan poner en pie nuevos agrupamientos. Otras y otros compañeros evalúan qué hacer aún sin tomar nuevas decisiones. De una u otra forma diversos sectores populares y de izquierda nos debatimos cómo mejor aportar a este tiempo que viene. Es un momento de realineamientos, de grandes debates y tensiones políticas y sociales.
Tenemos que salir a dar esta batalla política. Es nuestra hora o la del FMI. Terminamos con el plan de Macri o ellos terminan con nuestros derechos. Nos animamos a construir una nueva y gran alternativa o solo se debatirá entre el PRO y el PJ. Esas son las diversas disyuntivas que enfrentamos. Y desde la izquierda no podemos estar al margen de esta lucha política sino que debemos ser grandes protagonistas de la misma. Por eso invitamos a diversas organizaciones, referentes, sectores en lucha, a impulsar este debate con el objetivo de avanzar en un camino de unidad para una real y profunda transformación política, económica y social contra los poderes económicos, financieros y corporativos, multinacionales y nacionales, que quieren saquear nuestro país y el continente.
Sergio García