Presionados por vía doble, Macri y la oposición preparan una nueva estafa para la población: retoques a las subas tarifarias para pasar lo esencial del tarifazo sin el costo político de vetar la limitada ley votada en diputados el 9 de Mayo.
El brutal tarifazo aplicado por el gobierno nacional y convalidado por la oposición es uno de los grandes revulsivos sociales que erosionan a Macri y al establishmen en general. Las facturas de miles de pesos pegan de lleno en la economía familiar ya deteriorada por la suba de precios y las paritarias a la baja. El tarifazo se ha convertido en un ingrediente imposible de tragar y una papa caliente que nadie quiere agarrar.
Bronca social + oportunismo político = Ley de Tarifas
Ante la evidencia de las facturas de servicios con subas exorbitantes, el malhumor social se comenzó a hacer sentir: cacerolazos, marchas, manifestaciones, protestas. La reacción del gobierno fue la de ratificar el tarifazo, con la posibilidad de pagar en cuotas. ¡Una canallada! En consecuencia, lejos de planchar los reclamos, la respuesta del ejecutivo hizo que la bronca aumentara. La oposición, que había convalidado la política tarifaria hasta aquel momento, vio la oportunidad de distanciarse del gobierno en este punto y postularse. De esta manera empezaba a trabajarse el proyecto de ley que hoy está en el centro del debate parlamentario. Ley que es limitada y no resuelve, ni plantea, los problemas de fondo de los servicios público.
¡Luz, cámara, acción!
La ley votada el 9 en diputados le pone una graduación al aumento tarifario desde noviembre de 2017. Estableciendo otro aumento en base a coeficientes salariales o el índice de precios al por mayor; sea en el caso de las tarifas hacia residentes o pymes. Una estabilidad de 12 meses y un aplazo impositivo para pymes. En esencia, que aumente un poco menos por unos meses y nuevamente a la carga. En criollo, tratar de capitalizar hacia las elecciones la iniciativa y luego mazazo al bolsillo. Nada nuevo, que incluso en esta oportunidad, cuenta con el “voto crítico” de la izquierda parlamentaria (FIT) que cae en la lógica electoralista.
A los proyectos del régimen (siempre truchos y maniatados) hay que oponerle una salida de fondo.
Detrás de cámara
En medio de la crisis financiera, el Senado, en vez de aprobar la Ley de Tarifas le dio oxigeno puro al gobierno sin aire. El encargado fue Pichetto que, bajo pretexto de darle al ejecutivo una semana para que presente un proyecto alternativo, consumó la burda maniobra política. El sacudón de la crisis cambiaria (con olor a 2001) fue tal, que los disfraces políticos cayeron para darle lugar a la acción mancomunada de la clase dominante.
Más truchos que titanes en el ring
Al mejor estilo del viejo programa de lucha libre, Pichetto amenazaba que iba a avanzar con la ley que diputados le había dado media sanción ya que el gobierno no había presentado un proyecto alternativo. En la comisión le dieron mayoría (con el voto mudo de CFK) y se trataría en Senadores el 30. El oficialismo, por su lado, presentó en minoría otro proyecto con algunos puntos que reclamaba la oposición. Pero, por si quedaba alguna duda, otra vez nuestro amigo Pichetto dejó claro que estan pactando con el gobierno al decir “…Hemos estado siempre abiertos a buscar un camino de salida razonable y hay tiempo hasta el 30 de mayo, que es cuando se va a tratar en el recinto”.
Es decir, lo más probable es que el 30 consolide una nueva dilación.
¿Hacia dónde vamos?
Los últimos movimientos están condicionados por las presiones sociales, la debilidad del gobierno que tiene que incluir a la oposición, ésta que pretende no seguir “quemándose” con la población (pero como demuestran siempre, cuando las papas queman, lo sostiene para que no se desaten los demonios populares) y el FMI que exige el ajuste. Lo categórico es que nada bueno puede venir del oficialismo ni de la oposición parlamentaria, pero por la endeble debilidad del régimen son posibles dos escenarios: que se dilate con un nuevo proyecto más lavado o que se termine votando y el gobierno deba vetarlo.
En ambos casos, la salida vendrá por la movilización popular masiva y la organización política. Debemos exigirles a la centrales sindicales que concreten un paro general como inicio de un plan de lucha para derrotar el ajuste y anular los tarifazos en el camino de implantar un plan económico alternativo para que los platos rotos los paguen los ajustadores.
Lo que hace falta
Anular los aumentos tarifarios
El aumento de tarifas no tiene ningún sustento racional. Ninguno de los aumentos aplicados puede ser justificado en las audiencias públicas. Tan dibujado son los aumentos que algunos jueces le tuvieron que hacer lugar a amparos. Su único sustento es seguir garantizándoles a las empresas privadas utilidades extraordinarias. La realidad es que las empresas de servicios privadas se han hecho la américa con la Argentina. Sin invertir un peso, dando un servicio pésimo y sin ningún control pero con la garantía de los subsidios. Un verdadero saqueo.
Investigar a las empresas privatizadas que se enriquecieron a costa de subsidios sin invertir un peso
Es por ello que las empresas deben ser investigadas junto a los funcionarios implicados en este complot contra la población. Para garantizarlo debe crearse una comisión independiente integrada por lxs trabajadorxs y lxs usuarixs de los servicios públicos, únicxs garantes del bienestar común.
Reestatización de los Servicios bajo control de sus trabajadores y usuarios
El problema de los Servicios Públicos es una preocupación central de la política económica de un país. Para lograr un desarrollo económico y social sustentable no hay posibilidad de que esta planificación estratégica esté en manos privadas, que lo único que buscan es una rentabilidad garantizada sin costo alguno. Es necesario una planificación para promover el desarrollo económico, logrando la autonomía energética con fuentes limpias y renovables. La extensión de las vías de comunicación, etc. Pero, así como es necesaria la centralización, tampoco debe estar en manos del Estado sin control por parte de los trabajadores y los usuarios.
Por una verdadera Tarifa social que tenga por objeto el desarrollo social
La tarifa social debe ser ampliamente inclusiva y debe apuntar al desarrollo social. Para ello es fundamental la inversión en las redes de servicios en toda la extensión del país. En la búsqueda de un servicio digno y de calidad, con la extensión del agua potable, las redes cloacales, etc. El problema inmediato es la tarifa, pero en el corto plazo se deben desplegar políticas sanitarias básicas.
César Latorre