El PJ se encuentra atravesando una de sus crisis más profundas de los últimos tiempos. Un sin fin de sectores, tribus y corrientes debaten en una situación política muy dinámica que golpea al Gobierno de Cambiemos. Sin conducción clara, con múltiples candidatos y estrategias lo único que parece unificarlos es la necesidad de garantizar la «gobernabilidad» y apostar a que no explote todo antes del 2019.
De la derrota a la crisis
Luego de las elecciones del 2015, que terminaron con un ciclo de más de 12 años de gobiernos peronistas y con el nuevo golpe de las elecciones del 2017 que profundizaron la crisis y las divisiones internas el peronismo se preparaba para una recuperación lenta y la mayor parte de los sectores apostaban al horizonte del 2023. La estrategia predominante estaba guiada por el acompañamiento al pan del macrismo, apostando todo a que éste hiciera la tarea sucia y la realidad volviera a colocarlos en el timón del país con tiempo para «reorganizar» el revoltijo de tendencias y fracciones internas.
Pero a realidad de nuestro país, atravesado por las experiencias de diciembre de 2001, volvió a colarse con fuerza y fue otra vez diciembre el mes elegido. El enfrentamiento a la reforma previsional y la ruptura que empezó a generarse con el macrismo prendió las luces del peronismo.
La oportunidad se adelantaba, y la consigna «hay 2019» empezó a correr por el tumultuoso mar del PJ. Sindicalistas y políticos, diputados y senadores, gobernadores e intendentes, los de adentro y los de afuera empezaron a intentar costurar una línea que los vuelva depositar en el poder. Pero no se trata de una tarea sencilla, porque al mismo tiempo que se debilita el macrismo, más necesita del PJ para hacer pasar el ajuste.
Sin una voz de mando clara y con la «presión» de sostener la gobernabilidad, buscan a contrarreloj una salida a la crisis interna.
El camino de la unidad
En su búsqueda de retornar al poder, los sectores en pugna ensayan distintas posibilidades. En principio son conscientes que sin la mayoría de los sectores unidos, muy difícilmente les alcance para derrotar en las elecciones al macrismo, sin embargo hay un escenario que los preocupa aún más que el electoral: ¿Qué pasa si Cambiemos no logra completar su mandato? En ese caso, ¿está el PJ en condiciones de conducir una crisis? La respuesta es categórica y unitaria, todos los sectores coinciden en que no. Por eso apuestan el todo por el todo a planchar las luchas sociales, discuten y discuten como garantizar apoyo al plan económico y la vuelta al FMI sin prenderse fuego y reducen su actividad a las campañas parlamentarias como la de la ley anti tarifazos. Son minoritarios los sectores que apuestan a algún tipo de movilización. Qué otra explicación existe para la inmovilidad de la CGT, cómo se explican sino los esfuerzos de los Gobernadores para encaminar la votación por las tarifas.
El único acuerdo que existe hasta ahora en el PJ es que no se puede desmadrar el país y hay que llegar a las elecciones.
El otro acuerdo, más dificultoso de lograr aún, es la necesidad de generar una lista unitaria o al menos una interna que incluya a todos los sectores pero no termine en una sorpresa. En ese sentido las declaraciones de Cristina negando su posible candidatura, pareciera ser un mensaje interno para facilitar esa línea aunque imponiendo algunas condiciones, como por ejemplo lugares en las listas, etc.
Son varios los gobernadores apuntados en la carrera, Duhalde se propuso y hasta reapareció Menem pidiendo por Bichette. En las provincias el panorama no es diferente y se replican las disputas.
Lejos de las «causas fundantes» y al servicio de los patrones
El juego interno del PJ, su crisis sin salida tiene que ver fundamentalmente por su rol de sostén del gobierno de Macri y con la experiencia de años que viene haciendo el pueblo trabajador con este aparato que ya nada tiene que ver con el «movimiento histórico» de otros tiempos.
En el gobierno y en la oposición el PJ es un aparato al servicio de los grandes grupos económicos que solo puede representar nuevas frustraciones. Los trabajadores tenemos la tarea de superar esa construcción y tener nuestras propias herramientas políticas, en ese sentido sería progresivo que su crisis se profundice y haya sectores que rompan, perspectiva que es aún difusa, pero para nada imposible.
Desde el MST Nueva Izquierda llamamos a los trabajadores peronistas a que hagan una experiencia con la izquierda, dejando de lado a los que son socios del ajuste de Macri.
Martín Carcione