Se cumple un aniversario más de aquel 3J de 2015, que abrió una nueva etapa en la lucha feminista en nuestro país y en el mundo. En un contexto atravesado por el debate aborto legal versus aborto clandestino y por la crisis económica y la vuelta al FMI, tomaremos otra vez las calles.

Sin duda alguna, este año la movilización por Ni Una Menos va tener una característica particular. Hoy la tarea decisiva del movimiento de mujeres es conquistar el aborto legal, seguro y gratuito. Los sucesivos gobiernos nos negaron a las personas con capacidad de gestar el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos. En este sentido, el Estado capitalista juega un papel fundamental en la reproducción de la opresión patriarcal, criminalizando el aborto y sometiendo a la clandestinidad a las mujeres que deciden abortar.
De ese modo, son responsables de las consecuencias que caen sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Seguir negando el acceso a un aborto seguro, y restringirlo a quienes pueden pagar la práctica en la clandestinidad generando injusticia social, muestra el carácter más disciplinador del Estado. Por eso es fundamental que podamos desnudar esta realidad y el lunes 4J expresar que las mujeres y la disidencia organizadas tomamos las calles para exigir ¡Ni Una Menos por aborto clandestino!

No al FMI: la deuda es con las mujeres y la disidencia

El carácter disciplinador del Estado y los gobiernos, ahora el del derechista Mauricio Macri, nosotras lo conocemos muy bien. A raíz de la crisis económica mundial vivimos un proceso de feminización de la pobreza, proceso que pegó un salto de calidad en nuestro país en estos últimos años. La profundización del ajuste y la represión en la era macrista han generado cientos de despidos, paritarias a la baja, desocupación, recortes en programas sociales y de salud sexual y reproductiva. Todo esto golpea principalmente a los empleos con salarios más bajos y donde las trabajadoras somos mayoritariamente mujeres.
La crisis económica no tiene salida si interfieren organismos internacionales como el FMI. Al revés: vamos a empeorar. Dado que los condicionamientos que impone el Fondo son para seguir profundizando el ajuste, la entrega y la precarización, y eso va a llevar a que nosotras sigamos siendo las más golpeadas.
Por todo esto, la movilización del 4J también tiene que servir para dar una respuesta clara, no solo a los gobernantes ajustadores sino también a la burocracia sindical, que sigue tomando el té mientras debería estar a la cabeza de convocar al paro general y un plan de lucha que frene los planes de ajustes. ¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!

Unidad en la diversidad para potenciar la movilización

Las concurridas asambleas organizativas para la marcha del 4J ya están debatiendo los detalles para que las marchas sean masivas en todo el país.
Nuestra propuesta es clara: en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, movilizar desde la Plaza de Mayo hasta la Plaza Congreso para fortalecer nuestra lucha feminista colectiva por el aborto legal y contra todas las violencias. La unidad en la diversidad que fortaleció esta batalla se podrá mantener si se cumplen acuerdos claros, como respetar el sorteo del orden para marchar. No ocurrió así el 8M, donde la CGT y las CTA se cortaron solas y se adelantaron al conjunto.
Por supuesto, el documento conjunto debe expresar en síntesis lo que nos une en esta lucha contra el sistema capitalista y patriarcal, empezando por el aborto legal y fuera el FMI. Sumate a construir en cada lugar grandes columnas de Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y el MST para multiplicar un feminismo anticapitalista, antipatriarcal, anticlerical, disidente e internacionalista.

Nadia Burgos