En la noche del sábado 9 de junio, once días después del brutal femicidio, fueron detenidos Gabriel Guevara -pareja de Marcela- y su hermano Pablo, bajo las imputaciones de femicidio y partícipe primario respectivamente. Es un primer paso en el camino de lograr justicia. Aún falta mucho y por eso debemos seguir movilizados hasta lograrla.
El día que lo fueron a detener, Gabriel Guevara venía de jugar al fútbol con sus amigos. Una verdadera muestra de una mentalidad casi psicótica, incluso suponiendo que sea verdad su propia declaración post detención de que el asesino haya sido su hermano.
Sabiendo eso, habiendo perdido el contacto con su hija que fue abandonada en la vía pública y a once días de los sucesos, ¿es posible que su ocupación un sábado a la noche sea ir a jugar a la pelota como si nada? El hecho habla por sí solo.
Los imputados
Gabriel Guevara está imputado por homicidio agravado por el vínculo, por ensañamiento y alevosía y por ser una mujer la víctima. Esto es femicidio y le correspondería la condena a cadena perpetua. Su hermano Pablo Guevara, que fue comprobado que participó de los hechos y asumió la «tarea» de abandonar a una niña de 16 meses en la calle, está imputado como partícipe primario. Esto es que sin su participación el femicidio y su ocultamiento no hubiesen sido posibles y le correspondería prisión perpetua.
Luego de detenidos, ambos hermanos debieron declarar. Pablo sostiene que Gabriel mató a Marcela y le solicitó ayuda para limpiar la escena del crimen. En cambio Gabriel dice que Pablo mató a Marcela y que él no sabía nada. No llama la atención esta conducta: desde el primer día ambos están ocultando el crimen e intentando quedar impunes.
Familia de encubridores
A la luz de los hechos es claro que se intentó ocultar el femicidio y que hubo esfuerzos colectivos para implantar pistas y coartadas falsas. Recopilemos:
Una acción fue abandonar a la niñita. Con eso es evidente que se buscaba montar una virtual fuga de Marcela, con abandono de su hija.
Junto con ello se limpió el lugar en donde fue asesinada Marcela y se la ocultó envuelta en una frazada. De eso se infiere que existió la intención de eliminar el cuerpo o abandonarlo para que sea encontrado fuera de la escena del crimen.
También se buscó desordenar la casa para simular un robo. Es necesario recordar que la misma no había sido revisada por autoridad policial hasta las 17 horas, por lo cual miembros de la familia de Gabriel tuvieron libre acceso a la vivienda donde se hallaba el cadáver de Marcela. Antes de que se encontrara el cuerpo hicieron correr una versión de «posible secuestro».
Al otro día de aparecido el cuerpo de Marcela, el propio Gabriel en declaraciones mediáticas salió a decir que podía ser «un ajuste de cuentas narco» o «una entradera».
Luego de ser detenidos, el padre de los imputados sostuvo que el asesino fue Pablo, quien «había sido destituido de la policía por haberse robado una moto y ya le había robado a otros miembros de la familia».
Para lograr justicia, seguir movilizados
Este recuento de hechos nos infiere a pensar que, dado el avance de la investigación, lo que busca la familia de Guevara es intentar culpar a Pablo ya que sería más fácil bajarle la pena que a Gabriel. Además, de no quedar acusado por femicidio Gabriel, la familia paterna puede recuperar la responsabilidad parental de la niña, la cual hoy tienen denegada. Esto es lo que antes conocíamos como patria potestad, es decir tener a la niña bajo su «cuidado».
Todavía queda mucho camino por delante. Es claro que para llegar hasta aquí fue muy importante la presión que se fue haciendo con los familiares, amigos y compañeros de trabajo de Marcela del Hospital Italiano, su mamá y su hermana. Pero aún queda mucho pendiente. En este caso es muy probable que existan más personas involucradas y todo apuntaría a la familia del femicida. Tenemos que ir por todo, como única manera de que haya verdadera justicia.
César Latorre y Mariana Chiacchio