El escándalo de aportantes y afiliadxs al PRO que empezó por la provincia de Buenos Aires se extiende al principal bastión del macrismo: La Capital Federal. En este caso, además de las sospechas de lavado de dinero se investiga un desfalco de fondos públicos.
Tachale la doble
Cambiemos llegó al gobierno mintiendo descaradamente sobre su plan y sobre la base del hundimiento del PJ y el kirchnerismo. No obstante, desplegaron una enorme, y muy costosa, campaña para terminar controlando el ejecutivo y dos de los principales distritos: Provincia de Buenos Aires y CABA.
Hace pocos días, una investigación del periodista Juan Amorin sacó a la luz que tanto aquella campaña, como la legislativa de 2017, fueron financiadas con millonadas de pesos, la mayor parte de los cuales no se sabe de dónde proviene, ya que más del 80% de las personas consultadas hasta ahora niegan haber aportado dinero alguno.
Como señalamos en el número anterior de Alternativa Socialista, incluso una parte importante (99 sobre 100 investigados) figuran también como afiliados al PRO, obvio que sin consulta alguna.
Esto significa, que no solo el programa presentado en la campaña era una estafa, sino que el financiamiento trucho de la misma era la condición necesaria para que el embuste no salga a la luz. Seguramente, esos millones aportados que fueron “blanqueados” mediante aportantes truchos, sean de grandes empresarios, banqueros, latifundistas, etc. es decir, los beneficiarios actuales de los gobiernos de Macri, Vidal y Larreta. Cada día, un nuevo argumento de cambiemos se va agotando como las posibilidades de “la generala”
El agua podrida llegó a la capital
Luego de que surgiera en Provincia de Buenos Aires, cuestionando fuertemente a Vidal y todo su gabinete y llevándose puesta a la contadora de la provincia y responsable contable de las campañas 2015 y 2017, el escándalo llegó ahora a la CABA.
En esta ocasión, lo que llama la atención es que un importe extraordinario pagado a un centenar de empleados de la Ciudad fuera “aportado” el mismo día, a la misma hora y por exactamente los mismos montos a la campaña de Cambiemos, campaña encabezada por la excéntrica Elisa Carrió, que ya muy lejos está de su barniz republicano y anti corrupción.
Esos movimientos representan un robo directo del patrimonio público en beneficio de la continuidad en el poder. El que pensaba que por ser ricos no iban a robar…
Terminar con los políticos parásitos
Para ello es necesario implementar la revocabilidad de todo político que estafe al pueblo con dineros espurios o públicos y/o no cumpla sus promesas de campaña. Y no solo eso, también deben ir presos y pagar con su patrimonio personal. Es necesaria una comisión investigadora independiente integrada por personalidades intachables. Una CONADEP de la corrupción. Que asumir cargos públicos deje de ser una fiesta y sea un servicio para el pueblo.
Martin Carcione