Despidos en Atucha. Amenazas de anulación de contratos en INVAP. Recorte presupuestario del 30 % en estudio en CNEA. El significado profundo de estas medidas y su perspectiva. Nuestro planteo clasista y ecosocialista.
En primer lugar, es fundamental dar alguna información básica. INVAP es el nombre de una empresa argentina de alta tecnología dedicada al diseño, integración, y construcción de plantas, equipamientos y dispositivos en áreas de alta complejidad como energía nuclear, tecnología espacial, tecnología industrial, equipamiento médico y científico. Atucha I y II en la zona de Zárate en el norte de la provincia de Buenos Aires son parte del complejo nuclear que produce energía eléctrica para distintos fines domésticos e industriales. Hay también reactores de investigación para producción de radiofármacos de usos médicos. Los 250 despidos anunciados son un golpe al funcionamiento de ese enclave y se da en simultáneo a la cancelación de inversiones en el sector nuclear. CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), es el ente estatal creado en 1950 para la investigación y uso de la energía nuclear. Hizo parte de un proyecto limitado y episódico de un sector de la burguesía nacional, que imaginó cierto desarrollo independiente que rápidamente fue abortado por la combinación de la presión imperialista después de la II° Guerra y la defección del peronismo que no defendió consecuentemente el programa nacional independiente que proclamaba. Sería tema para otro artículo, pero evidenció el techo de todo proyecto político que no se apoye para la defensa de la soberanía económica en la movilización de la clase obrera y el pueblo, con la estrategia de tocar intereses capitalistas e imperiales. Por eso, desde la dictadura genocida el plan capitalista y colonizante consistió en desmantelar todo andamiaje de desarrollo propio que pudiera tener el país. El menemismo avanzó en recortar presupuesto y vaciamiento, aunque por la resistencia obrera y la enorme simpatía social, no pudo hacerlo en la medida que lo tenía previsto. Sí logró montar un esquema de descentralización de los eslabones del complejo tecnológico-industrial «tupacamarizando» de hecho el sistema. El kirchnerismo inyectó recursos, pero no modificó la matriz en la orientación global desarticulada del sector -y se explica porque tampoco modificó la matriz de orientación general del país- además deconsolidar un esquema laboral de precarización superior al 50 %. Por lo tanto, el macrismo encontró una estructura de desarrollo tecnológico desarticulada, dividida en nichos y un plantel laboral en estado de precariedad, junto a burocracias sindicales asociadas al manejo de fondos y otras inmovilizadas por un rutinarismo conservador y cortoplacista.
Desarrollo tecnológico y FMI: polos antagónicos
El plan del FMI para Argentina es un capítulo nacional de una orientación continental: en la crisis capitalista global, ese organismo es la representación del capital financiero y las corporaciones de la apropiación extractiva del país. Tiene como propósito garantizar tasa de beneficio creciente al capital de préstamo -deuda externa- y a las empresas imperialistas. Para lo segundo, plantea reforma laboral y previ-sional, y aumentar los niveles de explotación y plusvalía sobre la clase obrera. Para lo primero, se propone asegurar la transferencia de recursos sociales al pago de deuda reorientando el presupuesto estatal a ese rubro fundamentalmente. Es el debate que se viene en el Congreso. El «staff report» que el comité técnico del FMI elevó a Lagarde tiene recomendaciones / instrucciones tales como «prescindir de trabajadores estatales no prioritarios» -léase precarizados- y «recortar presupuesto en diversas áreas», entre ellas la tecnológica. La estrategia económica del FMI consiste en aumentar el ingreso de dólares al país fomentando la exportación de commodities, vale decir: promover el complejo exportador extractivo agro-minero. Por lo tanto, es fundamental diseñar una hoja de ruta que exprese los intereses sociales de lxs trabajadorxs del área tecnológica del país y una perspectiva opuesta de modelo social al que propone el FMI y la casta político-sindical que, con variaciones de estilo, lo sostiene.
Organizar la resistencia y trazar el mediano plazo
En lo inmediato, frente a la ofensiva de la fracción capitalista más directa y orgánica de los bancos, (capital financiero local) y el FMI, la primera tarea militante implica organizar un movimiento de lucha para enfrentar el ajuste. Nos ubicamos en la trinchera de lxs trabajadorxs de las Atucha, CNEA, INVAP, PIAP (planta industrial de agua pesada estatal, Neuquén) y todos los eslabones del maltratado complejo tecnológico de nuestro país. Rechazamos el punto de vista «ecologista» que antepone al derecho a la subsistencia, una visión ambientalista funcional al ajuste. Somos categóricxs: nos movilizamos en defensa de lxs trabajadorxs, exigimos ni un peso menos de presupuesto y emplazamos a todas las conducciones sindicales a organizar un serio plan de lucha en defensa de los puestos de trabajo con una apertura a la solidaridad social, que seguramente se expresaría de forma activa y multitudinaria. La conducción de UOCRA, del servicio de inteligencia Martínez, colabora con el plan de desguace. Y la conducción de ATE Nacional, reacciona conservadora, rutinaria e impotentemente frente al ataque. Exigimos asamblea general de todos los trabajadores del sector y denunciamos la total ineficacia de las medidas aisladas, sin continuidad. Es la profecía autocumplida de la derrota de los que exageran la fortaleza del macrismo y la derecha. En el orden estratégico, nuestra posición de clase y ecosocialista sostiene un punto de vista: todo el patrimonio de experiencia tecnológica y laboral acumulada en el sistema científico-técnico del país, es el piso para contribuir a un modelo social alternativo, sin FMI, sin negocios capitalistas y sin depredación ambiental. Nuestra apuesta es a una transición que reconvierta la matriz tecnológica a partir de una deliberación democrática y social con el excluyente protagonismo de lxs trabajadorxs y profesionales del sector: de INVAP, de CNEA, de Atucha. Ese es nuestro punto de vista: de clase y ecosocialista.
Ricardo Bruno, delegado ATE de CNEA
Mariano Rosa, Red Ecosocialista