Una de las principales fábricas estatales del país vuelve a ser atacada por el gobierno de Cambiemos. Hay que estar junto a sus trabajadorxs y ponerse al servicio de la lucha por su defensa.
El Astillero Río Santiago (ARS) es el más grande del país y uno de los mayores de Latinoamérica. Ubicado en Ensenada, su predio es de 229 hectáreas. Supo emplear 5.500 trabajadorxs y casi 3.000 contratadxs. Hoy tiene 3.300 empleadxs y fue un bastión de la resistencia obrera a las privatizaciones de los ’90 y todos los ataques posteriores.
Emblema de industria y soberanía
El Astillero tiene una enorme capacidad operativa y de producción para fabricar, reparar y mantener todo tipo de embarcaciones (buques graneleros, pesqueros, factoría o naves militares) y para distintas tareas. Así lo demostró al construir el techo del estadio único, la marquesina del Teatro Argentino, piezas para Yacyretá o YPF, puentes. Hoy enfrentan la decisión de Macri y Vidal de no construir más naves para la Armada ni buques y comprar en el extranjero. El ARS inicia su actividad en 1953 al crear Perón AFNE (Astilleros y Fábricas Navales del Estado), integrada por el Astillero y FANAZUL. Entre sus mayores emprendimientos está la construcción de naves insignias como la Fragata Libertad. Además del bautizo y botadura de fragatas como la Azopardo y Santísima Trinidad o el Destructor Piedrabuena que participó en Malvinas. Con la dictadura del ‘55 decae. En 1969 pasa a ser Sociedad Anónima del Estado. Del ’70 al ’76 contrata y construye numerosos buques cargueros y graneleros para ELMA. También construyó motores diésel, además de locotractores y boggies ferroviarios, elementos para turbinas hidráulicas y componentes nucleares. Sufre una de sus peores crisis en los ’90 cuando Menem casi la privatiza y termina pasando a depender de la Provincia. En 2003 estuvo a punto de cerrar. Entre 2008 y 2015 se construyen el «Eva Perón», uno de los dos petroleros contratados por PDVSA, que junto al Juana Azurduy son los buques de doble casco más grandes construidos en Argentina en 30 años. Pese a los acuerdos con Venezuela, durante la gobernación de Scioli y los gobiernos K sufrió falta de inversiones y desinterés en promover la producción, llegando a una virtual paralización. Esta política sigue: desde el gobierno Macri-Vidal, junto a empresarios del sector y con una campaña mediática encabezada por Lanata, se intenta mostrarlo dando pérdida, que no sirve y donde nadie quiere trabajar, bajo la intervención decretada por Vidal.
Una historia de lucha
Sus trabajadorxs vienen denunciando hace años el vaciamiento, abandono, falta de inversión y de proyectos. Y de nuevo están en pie de lucha por su fuente de trabajo, incluso antes de la intervención, ya que la gerencia anterior era cómplice de la crisis del ARS. La intervención del PRO arranca en mayo con el ingeniero Capdevila, ex funcionario del Ministerio de Modernización y Autopistas Urbanas SA. Él trajo la amenaza de despidos y ajuste. Esto causó la reacción de los laburantes, con asambleas por sector y generales, en donde se decidió marchar a pie desde la fábrica a La Plata, yendo al Ministerio de Trabajo para exigir el destrabe de las cartas de crédito, inversión en tecnología y seguridad, y el pago de las horas extras adeudadas hace dos años. Las primeras medidas de la intervención fueron frenar todos los pedidos de compra, desfinanciar las obras y frenar el cumplimiento de las entregas de trabajo metalmecánicas. Luego atacaron a lxs becadxs de la escuela, les sacan el subsidio y se amenaza con pasar la escuela a Educación y que deje de funcionar como Escuela Técnica Naval en el ARS. A la vez Macri se reúne con el empresario naviero Contessi, que le aconseja «dinamitar» el Astillero. Y se conoce que el gobierno compró 4 buques a Francia por 330 mil euros ($11,3 millones), los que habían sido rechazados en 5 países incluida Francia, y el ARS los había presupuestado en 220 mil dólares ($6,5 millones). También se compraron lanchas patrulleras a Israel por U$S 49 millones, que se pueden hacer por menos de la mitad. Estos negociados apuntan a vaciarlo para justificar su achique, despidos, rebaja de sueldos, ataque a las conquistas obreras y su posterior privatización, cuando quede «rentable» desde el punto capitalista. Insisten con que es deficitario y resuena en la tele el consejo de Lanata de dónde ajustar, por ejemplo liquidar una conquista de los jubilados, que en el año previo a serlo cobran su salario mientras hacen los trámites ante el IPS, o quitar el premio a la eficiencia. Esto último lo hicieron y ahora quieren que los laburantes devuelvan las vacaciones, que se descontarían en 4 cuotas y que van desde un 75% del salario a un sueldo y medio, según la antigüedad y el cargo. La intervención metió unos 30 funcionarios que cobran $ 100 mil o más, pero dicen que no hay plata para generar trabajo. Esto generó la bronca de los laburantes del ARS y de toda la comunidad de la región que sabe bien que el Astillero es fuente de laburo para miles de familias. La burocracia sindical de ATE Ensenada trata de meter paños fríos, les dice a lxscompañerxs que «hay que bancarse los descuentos porque hay que resguardar la fuente de trabajo» y sólo actúa empujada por la bronca de las bases que le arranca asambleas generales y marchas. Incluso ante la amenaza de una intervención militar, motivada por denuncias contra el gremio de parte de la intervención y el fiscal Condomí Alcorta, que le piden al ministro de Seguridad Ritondo que «salvaguarde los bienes e instalaciones de la empresa», ATE Ensenada realizó una guardia simbólica, sin escuchar a lxs trabajadorxs que en asamblea exigían una guardia real y permanente para defender la empresa y su trabajo. Llegaron a proponer la toma del Astillero, pero los manejos burocráticos hacen oídos sordos a los reclamos de la base.
Que el Astillero funcione a pleno
Se han hecho varias marchas a Economía, Producción y Trabajo. Se cortó la autopista, el centro platense, se participó del paro general del 25J -donde se reconoció a nuestro compañero Sergio Escobar por su trayectoria en un multitudinario acto-, marchas de antorchas por Ensenada, actos y masivas asambleas generales y por sección. El Astillero fue vanguardia de la lucha obrera en muchas oportunidades, desde la dictadura hasta hoy, pasando por Menem que intentó cerrarlo en 1992, Duhalde y la Alianza. Hubo jornadas históricas, como el Ensenadazo del 90. Sus trabajadorxs no van a dejar que se reviente la fuente de trabajo, como pretende este gobierno neoliberal. Una salida era la ley aprobada para financiar la actividad a través de impuestos a los alquileres de las flotas para flete, pero Macri la vetó. Es necesaria esa plata para concluir los trabajos pendientes, producir para la defensa nacional, la marina mercante y la flota pesquera. El 90% del intercambio comercial del país se trasporta por barco. Pero al igual que en el gobierno K, el negocio de los fletes es de empresas extranjeras. Se calcula que se llevan entre U$S 5.000 y 7.000 millones por año, ya que no hay buques cerealeros de bandera argentina. En el caso de la marina mercante, desde el 2000 hubo 130 muertes en la actividad pesquera por la antigüedad de los barcos. Familiares de las víctimas dicen que el 70% de la flota pesquera tiene de 40 a 70 años. Se necesita construir nuevas embarcaciones para evitar estos siniestros. Por eso debemos acompañar la lucha del ARS, rodearlo de solidaridad, apoyar a lxs laburantes y sus familias para que sigan haciendo asambleas y movilizando, exigiéndole a la burocracia, sindicatos y centrales obreras que se pongan al frente y respeten la voluntad de las bases o den paso a una nueva conducción combativa y democrática que no transe con los gobiernos ni con los vaciadores del Estado y sus cómplices. La única garantía de que no toquen al Astillero ni a ningún trabajador es la unidad y la movilización. Desde el MST y ANCLA nos ponemos al servicio de esta lucha y de lxs trabajadorxs del Astillero.
Juan Bonatto / Yamila Almeida