El gobierno de Macri atraviesa la mayor crisis desde que asumió. Pretende descargar sobre nosotrxs más medidas de ajuste que él y el FMI deciden en forma autoritaria. Macri se tiene que ir y debe ser el pueblo trabajador quien decida democráticamente cuál es la mejor salida. Para eso hay que adelantar las elecciones, pero no hacerlas a presidente sino a una Constituyente para poder debatir y resolver cómo reorganizar nuestro país.
“¿Adónde vamos a parar?” es la pregunta del millón. La profundización del ajuste y el ascenso de las luchas marcan una disyuntiva de hierro: son ellos o nosotros. La bronca contra el gobierno crece y también la preocupación y los debates sobre qué hacer. Algunos, como el PJ y el kirchnerismo, nos dicen que esperemos hasta el 2019.
Nosotros, en cambio, opinamos que Macri se tiene que ir ya mismo porque cada minuto que siga nos trae más miseria y entrega. Es el pueblo quien debe decidir libremente su destino y el de la Argentina. Resolver un plan económico en beneficio de las mayorías, para sacar al país de la crisis, y también cambiar las reglas de juego de este régimen político tramposo y corrupto.
¿Qué es una Asamblea Constituyente?
Ante el actual panorama no alcanza con adelantar las elecciones. La crisis que nos agobia no se puede resolver a nuestro favor con un simple cambio de figuritas. Por eso creemos necesario que se convoque a elecciones para una Asamblea Constituyente, sin ataduras, para deliberar y decidir cómo salir de este desastre y avanzar hacia otro modelo. Es la salida más democrática.
La Constituyente es un mecanismo institucional para dar salida en tiempos de grave crisis económica y política, como lo es éste. Se convoca a elecciones nacionales para votar diputadxs, pero no para integrar el Congreso sino para reformar la Constitución en todo lo que haga falta y, al declarar a la Asamblea libre y soberana, para tomar también las medidas económicas y sociales de corto y mediano plazo necesarias.
Esta convocatoria abriría un amplio proceso de debate democrático, con protagonismo de la clase trabajadora, las mujeres, la juventud y los sectores populares. Para eso se debe garantizar la participación electoral sin PASO ni ninguna otra proscripción. Que todas las corrientes políticas tengamos acceso igualitario a los espacios gratuitos en los medios. El debate debe ser sin restricciones, para poder decidir sobre todo.
Para gobernar en beneficio de un puñado de privilegiados, Macri se apoya en un régimen político que impide la participación democrática. Veamos cómo funcionan las instituciones de esta democracia capitalista:
Macri promete, pero no cumple / Gobierna por decretazos / Impone leyes antipopulares con represión, como la reforma jubilatoria / Veta las leyes que no le gustan, como la de prohibición de los despidos / O no las cumple, dejándolas sin fondos / Pacta con el FMI sin pasar por el Congreso / Pacta con los gobernadores y el PJ a espaldas del pueblo / Diputados aprueba la ley de aborto, pero la frenan en el Senado, que no es proporcional a la población / La justicia es adicta al poder, con jueces puestos a dedo hasta en la Corte Suprema / A la Iglesia la banca el Estado, con la plata de todos / La cana es represiva y coimera / La casta política y empresarial se recicla entre privilegios y corrupción / Mienten y curran a lo loco, pero como no hay revocatoria siguen atornillados en sus cargos / Y todo para hambrear al puebo y entregar el país / ¿¿Qué clase de democracia es esta??
Otro plan económico…
La Asamblea Constituyente sería una herramienta para debatir cambios urgentes y también de fondo: una ruptura radical con este régimen político, económico y social.
Una salida de lxs trabajadorxs y el pueblo debería arrancar por romper con el FMI y no pagar la deuda externa, esa inmensa transferencia de riquezas hacia el capital financiero. Hay que cortar ese chorro y usar esos recursos para un plan económico alternativo que priorice el salario, el trabajo, la salud y la educación. Los bancos y especuladores financieros están haciendo fortunas: hay que nacionalizar la banca para evitar la fuga de capitales y terminar con la timba financiera. También nacionalizar el comercio exterior, para que el agronegocio y las exportadoras dejen de saquearnos, entre otras medidas.
…y otro modelo político
Además hay que cambiar de raíz el régimen institucional. Terminar con los privilegios de la casta política. Los funcionarios deben ganar igual que una directora de escuela y utilizar obligatoriamente la escuela y el hospital público. Revocatoria de mandatos para quienes incumplen. Que los jueces, fiscales y comisarios se elijan por voto popular y sean revocables en caso de mal desempeño.
El Senado es un resabio feudal, ya que no es proporcional a la población sino que todas las provincias tienen tres senadores por igual. Eso favorece a las más chicas y perjudica a las más pobladas, como la de Buenos Aires. Además, como van dos cargos al ganador y uno a la segunda fuerza, todo queda en manos de las poderosas familias feudales de las provincias. Debe ser disuelto, igual que los senados provinciales. Proponemos una cámara única de diputados, elegidos tomando el país como distrito único, sin pisos y con verdadera proporcionalidad según la cantidad de votantes.
También se debe separar la Iglesia Católica del Estado, eliminar todos los subsidios a los cultos y establecer el derecho al aborto.
Una Asamblea Constituyente como la que estamos proponiendo permitiría abrir todos estos debates e iniciar un cambio de rumbo. Y tiene que declararse libre y soberana, con los más amplios poderes para reorganizar y refundar el país.
Debates en la izquierda
En coyunturas como la actual es donde más se ponen a prueba las diversas políticas de la izquierda. De conjunto, el FIT no está a la altura de lo que hace falta. Lo demuestra el cruce público de cartas entre las fuerzas de ese frente y su inacción en medio de semejante crisis.
- Ante la crisis, el PTS propone un acto del FIT en noviembre: electoralismo puro. Habla de Constituyente, pero no dice que Macri se vaya. ¿Creerán que a esa Asamblea la auspiciará el PRO? La primera tarea de los luchadores y la izquierda hoy es derrotar el ajuste de Macri-FMI. Sólo así podemos abrir paso a una salida democrática y una Constituyente.
- El PO propone “fuera Macri y el régimen corrupto de kirchneristas, pejotistas y macristas” y también una Constituyente. Pero la plantea como una consigna de poder. En vez de ser la vía para abrir un gran debate democrático y desarrollar la lucha, sería una salida en sí misma. Es errado. La propuesta de Constituyente no debe reemplazar una salida de clase: un gobierno de lxs trabajadorxs, las mujeres, la juventud y la izquierda.
- Izquierda Socialista, el socio menor del FIT, cae en un sindicalismo conservador: critica el ajuste y sólo plantea paro y plan económico alternativo, sin dar ninguna salida política.
De este modo, el FIT revela estar muy por detrás de los cambios a partir de las jornadas de diciembre de 2017 y el agravamiento de la crisis desde mayo. Para nosotros, movilizar para que se vaya Macri e imponer elecciones a una Asamblea Constituyente es la tarea decisiva.
Pablo Vasco y Guillermo Pacagnini