MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Debates para un país sin Macri. Unir a la izquierda o favorecer al PJ

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Macri pierde apoyo social y la crisis se profundiza. El PJ debate y CFK se rearma para disputar. Movimientos sociales y la Iglesia intervienen. Hay realineamientos, nuevas alianzas y rupturas. El FIT encerrado en sí mismo no hace ninguna propuesta. Hay una tarea pendiente y espacio político a ocupar desde la izquierda. ¿Cómo hacerlo?

Un fuerte ascenso social combinado con crisis económica y política de magnitud, comienza a generar movimientos políticos sobre cómo salir de Macri. El peronismo fragmentado se debate y disputa quien encabezará una candidatura frente a Cambiemos. Su división interna es tal que no  está garantizado que pueda consensuar una, sino que haya una gran interna o dos espacios bien diferenciados; uno de centro derecha y otro con CFK ubicado hacia un discurso de centroizquierda.
En torno al peronismo comenzó a tallar parte de los movimientos sociales ligados a la Iglesia, a través de Juan Grabois,  dando un salto en la organización política de un nuevo espacio que articula cerca de CFK. Junto a él actúan algunas organizaciones populares que se suman a este armado que terminará siendo parte de una candidatura de CFK o quien ella designe y muy probable como parte de la interna del PJ.
Esta política la sufre Libres del Sur, que se dividió en dos sectores que ven una unidad opositora ligada al PJ pero en distintos andariveles; Donda y Menéndez más afines a la variante Grabois, y Tumini ligado a otros sectores del peronismo, a Stolbizer y al PS. También Patria Grande viene hace tiempo fracturada por debates como este. Y los meses que vienen al calor del debate pueden generarse nuevos realineamientos.

Con el peronismo, ¿el único camino?

Así lo cree una parte de las organizaciones populares, que aún reivindicando diversas culturas de izquierda no se plantean propuestas independientes del PJ y de CFK y terminan siempre en la variante de ir en un frente con todo el PJ o con parte del mismo. Nosotres respetamos a quienes creen en CFK, sin por eso olvidar que ella misma es parte del PJ y apoya la unidad total de ese viejo partido que es puntal central del régimen político y vienen en gran parte ayudando a Macri.
Cuestionamos esa política que lleva a tributar a favor del PJ, defensor del sistema capitalista decadente y desigual. Lógicamente, en la calle contra Macri y el FMI, tenemos que ser millones y actuar unitariamente, entre miles de compañeres peronistas y de distintas vertientes populares y de izquierda, y así lo seguiremos haciendo sin ningún sectarismo. Mientras en el plano político no apoyamos la unidad por fuera de un programa de cambios profundos, ni avalamos darle apoyo a quienes quieren que el régimen capitalista imperante siga adelante, aunque propongan hacerlo bajo otras recetas distintas al macrismo.

Sin programa de fondo no hay salida

Es lógico querer sacarse de encima a Macri y su ajuste brutal que destruye el país; es un sentimiento comprensible entre las y los trabajadores y la juventud, y seguramente encontrará más adeptos en una segunda vuelta electoral para que Macri no siga. Un proceso similar sucederá ahora en Brasil contra Bolsonaro. Comprendemos esa necesidad que en su momento habrá que debatir para resolver como expresarla positivamente.
Pero no es esa la esencia del debate actual, ni se puede ocultar que el dilema central es si hacemos una alternativa que dispute el poder político con un programa profundo de transformaciones, con cambios estructurales que liquiden el poder de grandes corporaciones financieras, extractivas y de grandes capitalistas. Y eso no puede darlo ninguna variante del PJ incluida CFK.
Macri y CFK no son lo mismo ni tienen un mismo plan en lo económico y social. Pero esa diferencia entre ellos no implica que no deba existir una propuesta superadora y realmente progresiva, que solo puede serlo si toma medidas claras como dejar de pagar la deuda externa, nacionalizar la banca y el comercio exterior, romper todo acuerdo con el FMI, terminar con los servicios públicos privados, prohibir la megaminería, el fracking y toda la incursión destructiva de grandes corporaciones. Liquidar la relación económica del Estado con la privilegiada y retrógrada Iglesia, otorgar aumentos salariales acordes a la inflación, actualizados trimestralmente y 82% móvil a los jubilados, prohibir por ley los despidos y suspensiones. Cambiar de raíz la relación obra pública/empresarios para ponerla bajo control social y también terminar con las castas judiciales de los «Bonadios» para avanzar a la elección directa por voto popular de jueces y con revocatorio. Asi mismo, instaurar la obligatoriedad que los funcionarios políticos usen lo público y ganen como una directora de escuela.
Ni estas ni otras grandes decisiones económicas, políticas y sociales tomaría un gobierno  peronista. Tenemos que salir de Macri, pero no basta con otorgar algunas mejoras sociales muy parciales, se trata también de no repetir recetas tibias y limitadas que a la larga nos llevan a nuevas frustraciones, por dejar intacta la estructura capitalista y dependiente del país.

La política equivocada del FIT

Desde la izquierda tenemos mucho por aportar. Lamentablemente hasta ahora el Frente de Izquierda no propone nada y se reduce a peleas internas por un lado y autoproclamación por otro. Teniendo el FIT la responsabilidad de hacer una gran convocatoria a toda la izquierda política y social, se niega a hacerlo. Solo piensa en términos electoralistas, en cálculos de mínima renovación parlamentaria. No en construir algo superior.
Así debilita las posiciones de la izquierda y favorece de hecho al PJ, al no ofrecer ninguna alternativa a quienes están buscando una nueva salida política, mientras sectores afines al kirchnerismo avanzan en reagrupar fuerzas. Este es el gran problema político a resolver. Y el FIT tiene una gran incomprensión política sobre cómo hacerlo, de hecho no hace nada nuevo y facilita así el reagrupamiento alrededor de diversos sectores del peronismo.
Unir a toda la izquierda.

La propuesta del MST

Venimos de un gran paro y movilizaciones donde la izquierda actuamos en común frente a Macri, las patronales y la burocracia sindical. Venimos también de haber construido listas unitarias en las elecciones de las CTA´s y también en la Conadu (H). Venimos de ganar Medicina, la facultad más grande del país, desbancado al gobierno y el mismo camino estamos transitando en otras facultades.
Un enorme paso que dimos es la coordinación del sindicalismo clasista que arrancó en el Plenario de Lanús, motorizó importantes acciones y recientemente otro gran plenario en Córdoba. Generar esta unidad en la clase obrera y sostenerlo más allá de matices y diferencias, es un logro a destacar que debemos cuidar y fortalecer.
Partiendo de estos avances creemos que hay una propuesta necesaria; construir frente al macrismo y al PJ, un tercer gran espacio político de toda la izquierda, de las organizaciones que compartimos un programa común y proponemos un modelo antiimperialista y anticapitalista independiente de todas las viejas estructuras e instituciones políticas, sindicales y de la Iglesia.
Es hora de convocarnos a reuniones, foros, intercambios y toda instancia que sirva para motorizar el camino de unidad de la izquierda política, social, sindical, feminista y estudiantil. Es tiempo que el FIT se abra y se ponga a la altura de las necesidades políticas del presente. Es momento que organizaciones, movimientos feministas, clasistas y de la juventud actuemos y nos convoquemos en torno a la construcción de esta gran unidad que hace falta. Quienes estemos de acuerdo confluyamos y demos pasos en común. No puede haber ni excusas sectarias ni justificaciones que impidan construir un gran espacio político de toda la izquierda independiente de los viejos partidos del régimen.
Desde el MST proponemos esto y convocamos dar pasos sin demora y sin imposiciones. Priorizando acuerdos y respetando las diferencias. El tiempo de unir a la izquierda es ahora. Se está a favor o se está en contra. No hay lugar para dilaciones.

Sergio García