El ajuste se viene con todo para pagar la deuda y bajar “los costos laborales”. Las patronales aprovechan para reducir personal, especialmente a activistas; quieren reducir los costos aplicando una flexibilización de hecho. Hace falta coordinar las luchas y montar un verdadero plan de lucha para imponer la prohibición de despidos y suspensiones por ley.
Este ataque, si bien tiene expresiones en el estado, esta vez tiene un centro en el sector privado y particularmente el industrial. A los despidos y suspensiones se le suma un ataque a las condiciones laborales. Por un lado, hay un ataque global que tiene que ver con la orientación política de este gobierno lacayo del FMI que presiona a la industria para bajar los costos a expensas de los trabajadores, por supuesto. El objetivo es reprimarizar al máximo la economía Argentina y bajar el “costo laboral” a valores asiáticos. Es decir, convertir a la economía Argentina (casi exclusivamente) en proveedores de materias primas para el mercado internacional e importando la mayoría de los bienes manufacturados. Las multinacionales (argentinas y extranjeras) que tienen un patrimonio importante en instalaciones, se orientan a bajarlos a tasas de explotación inhumanas para lograr mantener su tasa de ganancias.
Con este modelo económico hay un ataque global a la clase obrera y su nivel de vida. Por un lado un ataque global del gobierno y, por otro, un aprovechamiento de las empresas que actúan para acelerar el proceso de disminución de los costos laborales. Están atrasados en lograrlo. No pudo garantizarlo el gobierno a fondo y a nivel general por la resistencia de la clase trabajadora. En las jornadas de diciembre de 2017, cayó la reforma laboral como ley ómnibus. Ahora están intentando hacerlo por lugar y convenio. Con la colaboración de los dirigentes vendidos.
La situación lugar por lugar
La cantidad de conflictos demuestra, por un lado, que los planes de las empresas lugar por lugar se encuentran en la gran mayoría con una resistencia. Por otro, que la complicidad de la burocracia sindical es tremenda ya que un llamado unificado desde las centrales cambiaría completamente el panorama y tonificaría cada acción por lugar. Las empresas combinan el ataque con cierres, despidos, suspensiones y ofrecimientos de retiros voluntarios.
Sin embargo la resistencia es muy grande. Hoy hay acciones con toma de fábricas en muchas empresas como Pilkignton, Sport Tech, Siam, Interpack, Siderar Ensenada, Ingeniero San Juan, Metalúrgica Tandil, la aceitera China Cofco, entre muchas otras. Muchas otras están avanzando con las supensiones programadas como son un pequeño ejemplo Honda, Zanella, Cerámica Cañuelas, etc. Todas tienen el factor común de abandono a su propia suerte por parte de las burocracias de los gremios. En otros casos, actuando abiertamente en contra del activismo opositor o su intervención está al servicio de facilitarle el avance a las patronales avalando suspensiones y retiros voluntarios. A esta altura del partido está más que claro que nada se puede esperar de la burocracia sindical.
Prohibir despidos y suspensiones
Mienten las patronales y el gobierno cuando dicen que no hay otra que “reprogramar”, suspender y despedir. Hay que prohibir por ley los despidos y suspensiones. Y saber la verdad, con la apertura de libros contables de toda empresa que alegue crisis. Estatizando a la empresa que no cumpla y siga despidiendo o cierre, bajo control obrero. Es la primera medida para ponerle un dique a los despidos y preservar las fuentes de trabajo. Desde ya que hay que reincorporar a todos los despedidos en el sector privado y en el Estado. Pero no nos podemos quedar en la pelea defensiva por la fuente de trabajo. Hay que avanzar en reclamar, como parte de un programa de emergencia alternativo, medidas concretas para crear puestos de trabajo. Repartir las horas de trabajo entre todas las manos disponibles, bajando la jornada laboral a 6 hs sin reducción salarial. Implementando un plan de obras públicas para generar trabajo genuino.
Coordinar las luchas, construir una nueva dirección y luchar por una salida obrera para la crisis
En el marco de este ataque brutal y la complicidad de la burocracia sindical se impone la necesidad de apoyar todos los conflictos y de ir articulando y coordinando los sectores en luchas para que no queden aislados y luchando lugar por lugar. Paralelamente, es necesario fortalecer y desarrollar el proceso de nueva dirección que se está dando al calor de estas luchas. Es una tarea fundamental y que está planteada por el gran vacío de las direcciones burocráticas tradicionales que en función de su pacto de gobernabilidad con el macrismo corroen cada día más, en una escala sin precedentes, su relación con el conjunto de la clase obrera.
En ese sentido, y frente al vacío de convocatorias por parte de todas las direcciones del movimiento obrero frente a tremenda crisis, desde el Plenario del Sindicalismo Combativo venimos desarrollando un polo de coordinación. Frente a la defección de la burocracia convocamos a una marcha desde la Secretaría de Trabajo a Plaza de Mayo para el jueves 14 de febrero. Vamos por el apoyo a las luchas y por imponer un plan económico alternativo obrero y popular.
César Latorre