Si hubo una noticia positiva entre los cierres de lista, fue el anuncio conjunto entre el FIT y el MST de haber formado un frente en todo el país. ¿Cómo se logró? ¿Qué representa? ¿Qué alcances tiene o puede tener? ¿Qué objetivos nos damos desde el MST? Sobre estas y otras cuestiones dejamos algunas reflexiones e ideas.
Cuando llegó el día de presentación de alianzas, el país vio movimientos políticos de última hora. Volteretas, cambios imprevistos, panquequeadas, abandonos y traiciones. En el seno de los partidos tradicionales primaron los anuncios por conveniencia y los cambios de último momento por cálculos poco seguros. Pura incoherencia típica de la vieja política del sistema. Habrá peronistas macristas como Pichetto junto a Macri, también peronistas unidos contra Macri como Fernández-Fernández y Massa, que con su bloque le ha votado de todo al macrismo. Y en la supuesta y debilitada lista anti-grieta de Lavagna habrá peronistas como Urtubey, otro amigo de Macri. De una punta a la otra, habrá fórmulas presidenciales que se proponen seguir con el FMI y el ajuste, aunque cada cual lo diga a su manera y de acuerdo a su público.
Frente a tanta hipocresía e inconsistencia política, la única noticia muy positiva y realmente novedosa fue el anuncio que hicimos de unidad de la izquierda en todo el país. Como una enorme cantidad de periodistas lo expresaron, fue un anuncio histórico, que contrastó con el show electoralista del resto. Logramos plasmar un anuncio unitario de la izquierda que toma el reclamo de miles y miles que lo recibieron con enorme simpatía. Desde la presentación de la alianza hasta hoy, siguen llegando saludos, felicitaciones y deseos de éxitos de trabajadores y de la juventud. Porque miles y miles valoran positivamente el esfuerzo realizado para lograr la unidad de casi toda la izquierda, hecho que contrasta con la solitaria y electoralista decisión del NMAS, que dividió por cargos de forma inexplicable, evidenciando lo errado de su proyecto.
Convicciones políticas para lograrlo
Es por demás sabido, que lograr la unidad nacional de la izquierda, conlleva mucho debate. Intercambio de acuerdos políticos y programáticos, diferentes miradas y matices en varios temas, diversas interpretaciones de realidades y relaciones de fuerza, y formas varias de lograr posibles integraciones. Sobre todo esto, trabajosamente, fuimos avanzando. Hemos logrado un acuerdo nacional positivo.
De nuestra parte, siempre dijimos que la candidatura a presidenta de Cele Fierro estaba al servicio de unir a la izquierda, y así lo hicimos, colaborando con propuestas de integración de listas. Más allá que para nosotros, no en todos los casos el acuerdo alcanzado refleja las ubicaciones y relaciones de fuerza reales. Tenemos en distintos lugares del país correctas incorporaciones, y a la vez decidimos conscientemente aceptar algunos lugares que no reflejan la real relación entre nuestros partidos, para que el acuerdo avanzara sin naufragar en el intento.
Primó en nuestra decisión la convicción política de unir a la izquierda, para fortalecer las luchas de la clase obrera, del movimiento de mujeres y de la juventud. Pusimos esta cuestión por delante y la necesidad política de conformar una gran alternativa, por encima de algunas ubicaciones particulares. Es nuestra forma de aportar hoy al frente que nace. En adelante, todo tendrá que volver a discutirse partiendo de la realidad integral de trabajo, capacidad militante e inserción social y política de cada fuerza, y no de unilaterales y equivocadas valoraciones electorales pasadas. Tendremos que avanzar hacia adelante sobre estos criterios o utilizando mecanismos democráticos que resuelvan la relación de fuerzas entre los partidos del frente.
De la unidad electoral a una alternativa integral
La unidad lograda para estas elecciones nacionales, es un paso muy importante y valorable que permitirá, en primer lugar, dar una batalla política en común durante los meses que vienen. Será una experiencia unitaria, concreta y nacional contra todas las variantes del sistema. A la vez, no queremos quedarnos solo con esto. En nuestro horizonte hay muchos y más profundos objetivos políticos a conquistar, por encima de limitados acuerdos electorales.
Hemos sido y somos críticos de las limitaciones que el FIT tiene en este terreno. Acordar hoy no significa olvidar todo lo que debe mejorarse y cambiar. Nunca vimos correcto que un acuerdo sea solo en el plano electoral y que primen todo tipo de disputas y enfrentamientos en otros ámbitos. El Plenario del Sindicalismo Combativo fue un paso positivo en este sentido, pero es mucho más lo que falta. Sobre la base de esta unidad política lograda hoy, se crean mejores condiciones para avanzar hacia una unidad más integral en la clase obrera, en la lucha feminista, disidente y de la juventud, de toda la izquierda revolucionaria. ¿Podremos lograrlo? Al menos es el objetivo que tenemos en el MST. No puede haber una pared infranqueable entre la lucha político electoral y la lucha de clases, sino que debe haber una articulación consciente y profunda para que uno y otro plano se realimenten y potencien a la izquierda de conjunto. El FIT nunca logró esto. Nuestro aporte será para ayudar a superar este importante déficit.
Un paso, una estrategia
Y el otro tema es la continuidad. Empezamos estos días una nueva experiencia, la cual esperamos sea positiva, se solidifique y siente las bases políticas para un acuerdo mayor. No creemos en alianzas electorales coyunturales, exploramos siempre que un acuerdo electoral pueda ir más allá. Claro, no depende solo de nosotros. En nuestra opinión, el frente constituido puede transformarse en un polo político a largo plazo porque tiene un acuerdo programático muy firme, condensa experiencias, cuadros y militantes a lo largo de todo el país, y bien pudiera proponerse organizar nuevas y nuevos compañeros en todos lados.
Lo peor, es tener ante esta unidad una visión cortoplacista, conservadora, defensiva, rutinaria. Se trata de entusiasmar a miles y miles, de generar acciones comunes, movimientos políticos, campañas activas, debate político e ideológico con muchos acuerdos y sin temor a las lógicas diferencias o matices. En la esencia del movimiento revolucionario está la acción directa y también el choque de ideas, que es lo único que puede dar una superación positiva. Por eso nuestra visión y perspectiva es estratégica, es a mediano y largo plazo, es contra todo el sistema y para dar vuelta todo. Es para poner un pie un gran movimiento político común de la izquierda revolucionaria. Es para ir por todo, para que gobernemos los trabajadores. No luchamos por menos que eso.
Un lugar para vos
A lo mejor vos que estás leyendo este artículo, sos una o uno de los tantos miles de trabajadores y jóvenes militantes de este frente en todo el país, con quien daremos estos meses muchas peleas en común. A lo mejor sos una o un simpatizante o votante de la izquierda, que siente como propio este paso unitario que dimos; a vos te invitamos a sumarte y que vengas y seas parte activamente de esta campaña. Te proponemos que el apoyo que le diste al frente que alcanzamos, lo transformes en actividad concreta, en dar una mano, en ser parte de esta batalla.
Vamos a varios meses de lucha política para que desde la izquierda, en unidad, hagamos sentir con fuerza nuestro proyecto, nuestras ideas, nuestras luchas comunes. Necesitamos muchas manos para llegar a más lugares y con más fuerza. Desde el MST te invitamos a que milites con nosotros por esta unidad que hemos alcanzado. El momento es ahora. Acabamos de sentar las bases de la mayor unidad de la izquierda anticapitalista y socialista en muchos años. Se parte de esta experiencia que empieza, de esta nueva etapa en la izquierda de nuestro país.
Sergio García
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