Escribe: César Latorre, ANCLA-MST
La falta de actualización salarial es una de las claves del empeoramiento de la situación de lxs trabajadorxs, aunque no la única. Los acuerdos salariales vienen a la baja con sumas fijas y porcentajes menores a la inflación. Las cláusulas gatillo no se respetan y las de revisión no se hacen o se toman como parte de la discusión salarial de 2020. Esto viene desde el año pasado, pero ahora intentan taparlo con la pandemia.
“Si no fuera por el coronavirus, estaríamos haciendo medidas de fuerza porque no hemos podido recuperar los ingresos en las paritarias”, dijo Daer, titular de la CGT y del sindicato de la Sanidad. ¡Caradura! ¿Así que recién desde hace dos semanas perdemos ingresos?
La burocracia sindical, casta parasitaria de la clase obrera, escuda su inacción en la pandemia. Pero desde que subió Macri permiten el ajuste salarial, laboral, el régimen de ART y la reforma jubilatoria. Cuando Macri estuvo contra las cuerdas, toda la burocracia lo ayudó a terminar su mandato llamando a “votar bien”. Y desde que asumió Fernández, al que consideran “su” gobierno, no movieron un pelo, aceptaron las sumas fijas, postergar las paritarias y ahora ni hacer asambleas. Entraron al Consejo Económico y Social, que acaba de sacar una batería de medidas para defender las ganancias de las patronales, como exenciones fiscales y facilidades de contratación y despido.
Mientras tanto, para los trabajadores nada. “¿Cómo pueden ser tan vendidos?”, se preguntan algunos. Es que ellos sólo juegan para sí mismos y se alían a cada gobierno para mantener sus privilegios. Hay una relación simbiótica entre el Estado y los sindicatos: uno les garantiza el modelo sindical burocrático y las prebendas, y los otros garantizan la “paz social” y subordinan a la clase trabajadora a los intereses de los capitalistas. El gobierno les garantiza la caja de las obras sociales (con nuestros aportes), y la burocracia deja correr la carestía y avala los subsidios a las empresas (con nuestros impuestos).
Esta crisis visibiliza el rol vital de lxs trabajadorxs de la salud. Aun así, nuestros salarios son de los más bajos. Ahora nos piden sacrificios, suspenden las licencias y permiten tomar personal temporario, pero nuestro salario y condiciones de trabajo son de lo peor. Incluso Larreta les pide a lxs enfermerxs que laburen como sea, pero les sigue negando el reconocimiento profesional. Y en el sector privado tenemos las cláusulas de revisión atrasadas, pero hay tanta bronca por abajo que la burocracia hace conferencias virtuales para que no se le filtre el virus de la presión de la base.
Hay que poner fin al modelo sindical burocrático y reemplazarlo por uno democrático, de lucha, independiente de todo gobierno. En esa tarea estamos. Sumate, para sacarnos a los parásitos y los virus de encima.