Los gobernantes sionistas se proponen anexar el 30% de los territorios de la Cisjordania ocupada. Desde el MST y la LIS llamamos a una campaña internacional en apoyo a la lucha del pueblo palestino contra esta nueva avanzada del gendarme imperialista.
Escribe: Gustavo Giménez
El pasado 1° de julio era la fecha anunciada por los gobernantes sionistas para comenzar el plan de anexión de la llamada zona C, bajo control militar y administrativo del Estado de Israel. Territorios que abarcan toda la región este de la Cisjordania en la frontera con Jordania, el fértil y estratégico Valle del Jordán. El plan de anexión, siguiendo lo acordado con Trump en enero de este año en el llamado “Acuerdo del Siglo”, contempla pasar a soberanía israelí a los 140 asentamientos ilegales de colonos sionistas, que con una población de 400.000 habitantes (contra 3 millones de palestinos habitantes originales de la zona) y están diseminados por toda la Cisjordania. Se proyecta también reducir el control palestino a una serie de dispersos mini estados, verdaderos guetos, sin seguridad propia ni los más elementales recursos para su funcionamiento, profundizando al máximo la política de apartheid que sufre el pueblo palestino.
Distintas presiones internacionales como la oposición del aliado gobernante británico Boris Johnson, la demora de EEUU de dar luz verde definitiva al proyecto, la oposición de gobiernos árabes como es el caso de Egipto, Jordania y las monarquías del golfo Pérsico, las críticas de la UE y la ONU, sumado a las diferencias tácticas con Benny Gantz y el frente Azul y Blanco, aliados en el actual gobierno de coalición israelí, más un nuevo y grave rebrote del coronavirus, demoraron momentáneamente la fecha de aplicación de este proyecto invasor.
Estas diferencias son apenas desacuerdos tácticos de gobiernos y burguesías que tienen intereses en la región y que temen que se compliquen sus negocios. EEUU en particular pretendería que el lanzamiento del plan tenga una base de apoyo mayor. Pero estas diferencias de ninguna manera pueden crear expectativas en un largo aplazamiento. Al contrario, debemos estar preparados para que en cualquier momento se empiecen a realizar las anexiones anunciadas, por lo que es urgente una gran campaña contra las anexiones en solidaridad con la lucha del pueblo palestino.
“Un clavo final” en el ataúd de Palestina
Así titula uno de sus artículos la web árabe Al Jaazera. El “Acuerdo del Siglo” y la anexión de la Cisjordania continúan las políticas de reconocer sólo a los que profesan la religión judía como ciudadanos de Israel o de declarar a Jerusalén como la capital. Son el remate de la verdadera estrategia del enclave imperialista: desalojar a la población original palestina de sus territorios para, utilizando métodos de terrorismo de estado y genocidio propios del exterminio nazi, desplegar el Gran Israel en todo el territorio de la Palestina histórica y seguir expandiéndose en su rol de gendarme de la región. Política que es complementada con la verdadera prisión a cielo abierto en que se ha convertido la Franja de Gaza para los dos millones de palestinos que habitan ese territorio, cada vez más estrangulado por el bloqueo militar impuesto por el gobierno sionista.
La estrategia para anexionar la Cisjordania es similar a la utilizada con el territorio palestino de Galilea, según relata Marwan Bishara, analista político principal de Al Jazeera (1). En principio Galilea debía ser parte del futuro estado palestino cuando la ONU en 1947 diseñó el plan de partición de Palestina en dos estados, que diera origen al Estado de Israel en 1948. El sionismo invadió militarmente este territorio, el cual fueron ocupando con asentamientos en las mejores tierras fértiles, desplazando a la población original e impidiéndoles retornar. Crearon luego un sistema de carreteras y vinculación entre los asentamientos que rompieron la contigüidad de la población palestina, destruyendo así su unidad nacional, desplazando a la población original hacia la periferia pobre en un régimen de apartheid.
Casi calcado es el plan de anexión definitiva de la Cisjordania ocupada desde la Guerra de los Seis Días en 1967. No es casual que, según denuncia la ONG israelí Betselem, Israel haya demolido en junio el mismo número de casas que en los cinco primeros meses del año. Se trata de 30 estructuras residenciales donde vivían un centenar de palestinos, 53 de ellos menores.
La movilización y el rol de las direcciones
A principios de junio miles de israelíes se movilizaron en Tel Aviv contra las anexiones y hubo otras tantas protestas en Ramallah y los territorios ocupados. Frente a la inminencia de la anexión, la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que administra Cisjordania, planteó que abandonaba toda colaboración con el gobierno israelí y el Hamas, que dirige la franja de Gaza, amenazó que de concretarse, sería una declaración de guerra. Salieron a las calles 10.000 palestinos de la Franja de Gaza y hubo distintas protestas en Cisjordania en Ramallah, Jericó y otras ciudades, el pasado 1° de julio. El pasado 5/07 el ejercito sionista reprimió movilizaciones en varias localidades de esa región, entre ellas Tubas, Qalqilia y Naplusa.
La heroica resistencia palestina de las Intifadas, ha tenido como contrapartida el abandono de las tradicionales direcciones que, como la OLP que dirige la ANP, abandonaron su programa histórico por una “Palestina laica, democrática y no racista” sobre la base de derrotar al Estado genocida de Israel y aceptaron la política tramposa de los “dos estados” consagrada en los acuerdos de Oslo. Estos acuerdos fueron firmados por la dirección sionista con la de la OLP, con la mediación de EEUU y la bendición de la ONU, todas las potencias mundiales, las corrientes estalinistas y la mayoría de las burguesías árabes. Constituyeron una burda maniobra para desmovilizar los levantamientos palestinos, ganar tiempo y continuar desarrollando la política genocida israelí.
Las traiciones de los viejos dirigentes, que sostienen hoy una burguesía palestina, ligadas a los acuerdos con la administración estatal, dieron origen al surgimiento de fracciones más radicalizadas en la lucha contra Israel, primero el Hamas que hoy gobierna Gaza y luego ante sus inconsecuencias, la Yihad islámica. En la actualidad una gran franja de jóvenes palestinos son los que encabezan muchas de las acciones contra las fuerzas represivas, repitiendo el fenómeno de la juventud de muchos países árabes que vienen protagonizando la vanguardia de las movilizaciones que, en los momentos previos a la pandemia, sacudieron muchas naciones de Medio Oriente, contra las agresiones imperialistas y los planes de ajuste de sus gobiernos y burguesías.
Al contrario de las viejas direcciones árabes que han abandonado la causa palestina a su suerte, entre estos jóvenes la defensa de Palestina y el odio al Estado de Israel están presentes en sus acciones y su conciencia. La perspectiva de que estas luchas se descongelen, pasado los peores momentos de la pandemia, como hoy está ocurriendo en el Líbano, y que sus peleas confluyan con la de los palestinos, aterran al gendarme sionista.
Con los palestinos, contra la anexión
Desde el MST y la LIS llamamos a la más amplia unidad de acción para frenar este ataque del estado genocida. Llamamos a realizar una amplia campaña de acciones y pronunciamientos a nivel nacional y junto a nuestra organización internacional, en todos los países en los que se pueda extender la campaña de solidaridad.
Al mismo tiempo, estamos convencidos que no habrá solución para el pueblo palestino sin el desmantelamiento de ese enclave imperial genocida que es el Estado de Israel. Hace falta un nuevo estado democrático, laico y no racista, en el que puedan convivir en paz los palestinos con los pueblos que quieran habitar esos territorios.
Esta lucha por erradicar de cuajo el apartheid y reconquistar las tierras y los derechos democráticos que los palestinos reclaman está íntimamente ligada a las peleas contra la superexplotación y opresión capitalista en la región. Una pelea que va contra los intereses imperialistas y de las propias burguesías árabes, que más allá de tal o cual declaración, han abandonado la pelea por la causa palestina. Peleamos por una Palestina sin opresión racista, explotación y miseria, por una Palestina Socialista.
! Artículo titulado “Hubris: el final del juego de Israel en Palestina” publicado en Al Jazeera el 30/06/2020