El sábado 24 de abril, en Kiev, con representantes provenientes de distintas regiones del país, se fundó la Liga Socialista de Ucrania, sección de la Liga Internacional Socialista. Culmina así un trabajo de varios meses, donde se debatieron documentos teóricos, programáticos y de orientación política y comienza una nueva etapa llena de desafíos y oportunidades.
Escribe: Rubén Tzanoff
Los compañeros ucranianos sentaron las bases principistas de la nueva organización. Algunos se vieron obligados a participar por Zoom por las limitaciones impuestas por la pandemia y otros por estar cursando la enfermedad, pero nadie quiso perderse un evento tan trascendental.
La apertura y bienvenida estuvo a cargo de Oleg Vernik, presidente del Sindicato Independiente Zakhyst Pratsi (Defensa del Trabajo, en ucraniano), en representación del Comité Organizador de la Liga. También se refirió a las tres vertientes generacionales de confluencia para la formación de la Liga Socialista de Ucrania (LSU) y al optimismo con el que ve el futuro de la organización. Luego se presentaron cada uno de los participantes y más tarde contaron cómo se acercaron primero al marxismo y luego al trotskismo, desde la experiencia de la caída de la URSS, en algunas de las múltiples luchas que se han desarrollado o en ámbitos académicos.
Oleg expresó especial atención y agradecimiento a los camaradas bielorrusos de la LIS, sin los cuales la creación de la LSU hubiera sido imposible. Fueron los camaradas bielorrusos quienes les señalaron a sus pares ucranianos que, en la tierra de León Trotsky, había llegado el momento de unir al movimiento sindical militante con la creación de una organización política basada en el programa de la LIS. Además, señaló que «la LSU extiende una mano de solidaridad y asistencia a todas las organizaciones y círculos marxistas que existen en Ucrania. Nuestra organización joven, en lugar de los conflictos tradicionales en el entorno marxista, propone la unificación de nuestros esfuerzos en una única lucha contra el capitalismo».
Alejandro Bodart, coordinador de la LIS, saludó al evento e intervino vía Zoom, ya que a último momento la cancelación de vuelos desde Argentina impidió su viaje a Kiev. Entre otros conceptos, Alejandro destacó la importancia estratégica del nacimiento de una organización socialista revolucionaria para el futuro de la clase obrera ucraniana y la revolución en todo el Este europeo. Desarrolló la magnitud histórica de la crisis capitalista que atravesamos, agudizada por la pandemia, y se detuvo a explicar la profundidad de los enfrentamientos interimperialistas entre el decadente EE.UU. y la ascendente China y su bloque, que alimenta conflictos como el que hoy se desarrolla entre Ucrania y Rusia. Sobre la enorme polarización social y política existente destacó que como contracara del fortalecimiento de expresiones de derecha estamos asistiendo a una rebelión de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud en casi todas las regiones del planeta, que nos atrevemos a definir como el inicio de una situación pre-revolucionaria a nivel mundial. Así, la tarea principal de los revolucionarios es aportar a superar la crisis de la dirección revolucionaria construyendo partidos y una organización internacional, tarea para la cual hoy existe un espacio muy favorable como lo demuestra la creación de la LSU y el rápido crecimiento de la LIS. Luego de explicar brevemente el proyecto de la LIS, cerró felicitando a los presentes por el éxito del evento.
Por mi parte, tuve la suerte de poder viajar desde el Estado español para participar de la reunión, en la que me referí a las trampas del campismo, las limitaciones de los reformistas y expresé con orgullo cómo se fue gestando nuestra relación política: «Hace tiempo que comenzamos a transitar un camino en común, con las reuniones que tuvimos en Minsk y la fundación de la Liga Internacional Socialista que concretamos en Barcelona.
Y hemos ido mucho más allá con las conferencias virtuales y las campañas internacionales. Levantamos la voz contra la agresión militar rusa a Ucrania. Repudiamos la represión de Lukashenko al pueblo bielorruso y la de Vladimir Putin a las movilizaciones populares rusas. Nos solidarizamos con la lucha de los mineros ucranianos por salarios, impulsada por el Sindicato Independiente. Apoyamos a los mineros bielorrusos de Soligorsk. Nos indignamos ante el saqueo empresarial puesto de manifiesto con los incendios forestales en los alrededores de Chernobyl. Y repudiamos los ataques del presidente Volodimir Zelensky y el partido ‘Siervo del Pueblo’ a los derechos laborales de la clase obrera ucraniana, entre muchas otras acciones en común solidarias con luchas en distintos continentes. Nos fuimos conociendo y fortaleciendo nuestra relación en la lucha de clases y en la práctica concreta del internacionalismo. Y así se relacionan genuinamente los revolucionarios».
El informe principal, que reproducimos íntegramente junto a esta crónica, estuvo a cargo del camarada Andrei Rumata. La joven compañera María dio el informe «Feminismo y cuestiones LGBT: la LSU en la lucha por un enfoque socialista para resolver problemas urgentes» y posteriormente tuvo lugar un intercambio de opiniones sobre la «Política juvenil: nuestras tareas y sugerencias». El camarada Sergei Rozanov presentó el proyecto de «Programa de Transición de la LSU», bases programáticas adoptadas provisoriamente y que se seguirán elaborando colectivamente hasta ser aprobadas en forma definitiva en un próximo evento. Además, se propuso para el debate el borrador de «Programa estratégico de la LSU», elaborado por Andrei Rumata, que también será discutido y enriquecido colectivamente.
El paso dado por los compañeros y compañeras en la tierra donde naciera León Trotsky es todo un símbolo de la nueva etapa que vivimos. Fue un paso valiente por varios motivos de carácter presente e histórico. Lograron superar las limitaciones y restricciones impuestas por los efectos de la pandemia, en un momento en el que Ucrania sufre las amenazas bélicas de Putin, y la zona del Donbass es el escenario de las ambiciones expansionistas del imperialismo ruso. Mientras, los imperialistas norteamericanos y de la Unión Europea también disputan por extender su zona de influencia comercial y geopolítica. La LSU da sus primeros pasos alejada de los mezquinos intereses que representan los imperialistas de ambos campos.
A nivel local, la LSU nace enfrentando el gobierno de Zelensky que está abocado a la tarea de someter al país a las garras de las potencias occidentales, a los designios económicos del FMI y a solidificar las relaciones de producción capitalistas. Mientras un puñado de privilegiados se enriquece, la clase trabajadora sufre un duro ataque a sus derechos laborales y el pueblo se empobrece.
El pueblo trabajador ucraniano sabe de grandes gestas, huelgas y movilizaciones. Y también del enfrentamiento a las expresiones oligárquicas y neonazis, que son una minoría pero están agresivamente activas, como se vio en Maidan y se refleja hoy. La LSU se presenta como oposición política a los intereses explotadores de la burguesía ucraniana, apoyando las luchas obreras e impulsando la movilización contra burgueses, oligarcas y ultraderechistas.
Cuando se hundieron los nefastos Partidos Comunistas stalinistas y se desintegró la URSS, los poderosos aprovecharon la debacle para prohibir oficialmente los símbolos y la propaganda comunista. Con sus traiciones y burocratismo, el stalinismo fue colaborador del imperialismo para frenar luchas y liquidar revoluciones; causó confusión, desmoralización y un gran retroceso en la conciencia de clase de los trabajadores en todo el mundo. Desde su integración a la Liga Internacional Socialista, la LSU nace como una expresión totalmente opuesta al stalinismo: levanta como banderas el socialismo con democracia y la solidaridad internacionalista entre los pueblos, haciendo propias las herramientas del Programa de Transición y los postulados del marxismo, el leninismo y el trotskismo.
La Conferencia fue un éxito que nos fortalece para seguir luchando con más optimismo, con más confianza en la movilización y organización de la clase trabajadora y su potencial revolucionario. Solo podíamos terminar las deliberaciones de una forma: cantando La Internacional en ucraniano, puño en alto. Esto fue muy significativo, ya que dihco himno no se canta en Ucrania desde hace muchos años debido a la «descomunización» y el temor a las represalias. Pero el miedo no es un condicionante: los camaradas ucranianos están decididos a luchar por los intereses de la clase trabajadora de su país y del mundo entero.
«Debemos restaurar el marxismo revolucionario en Ucrania»
Vivimos en un mundo capitalista donde la ley del beneficio y la ganancia reinan en la sociedad y en la cabeza de las personas. Hoy, cualquier persona cuerda que aún no haya roto con la percepción del mundo real no negará que la estratificación de la sociedad en clases, en el capitalismo moderno, continúa existiendo hasta el día de hoy. Como saben, las principales clases opuestas en la formación capitalista son: la burguesía explotadora dominante, por un lado, y la clase trabajadora oprimida, creadora de toda la riqueza material, por el otro. La lucha de estas clases dio lugar a diferentes interpretaciones teóricas, ideológicas y políticas del mundo. Pero si el objetivo de las interpretaciones burguesas era justificar sus privilegios y su explotación de todas las formas posibles, entonces la clase trabajadora encontró su deseo de liberarse de la explotación y la comprensión del mundo en una enseñanza científica: el marxismo.
La Ucrania del siglo XXI es uno de los eslabones de la cadena del capitalismo mundial y soporta todos los dolores y adversidades de la explotación burguesa, lo que significa que la clase obrera de Ucrania también necesita el marxismo.
Tradición marxista
La historia del marxismo, en primer lugar, es la historia de la lucha de la clase trabajadora contra su opresión, sus derechos pisoteados y, en última instancia, por su dominación, como garante de unas relaciones laborales justas en la sociedad. La dominación, como se supone, siempre se expresa en la política, lo que significa que el objetivo del marxismo es asegurar que el verdadero partido de los trabajadores, que expresa los intereses de la mayoría trabajadora en la sociedad, sea capaz de hacer valer estos intereses en el ámbito político y a nivel legislativo. Pero si la clase esclava exige afirmar su poder político, no es para dominar a otros, sino para destruir y abolir cualquier dominación y explotación del hombre sobre el hombre, y esto significa la eliminación de la sociedad de clases.
Por supuesto, el marxismo no está a salvo de distorsiones y perversiones, y la historia de la URSS es prueba de ello. La Unión Soviética fue una deformación monstruosa de las ideas y relaciones socialistas, así como del propio marxismo, bajo una losa totalitaria de poder burocrático. Pero al mismo tiempo, los trágicos errores del pasado demuestran y enseñan a qué conduce el aislamiento en la lucha por el socialismo. ¡La causa de la emancipación de la clase trabajadora es la suerte de los trabajadores del mundo entero! El internacionalismo es una condición fundamental e insustituible sobre la que se funda la Liga Socialista Ucraniana, como parte de la Liga Internacional Socialista y la cuarta internacional.
Otro de los objetivos más importantes del partido marxista es el establecimiento de una verdadera democracia popular, que solo puede realizarse bajo las relaciones socialistas. ¿De qué forma se expresa la democracia socialista? En primer lugar, se trata de un diálogo público, cuyos participantes son colectivos laborales, sindicatos, propietarios de los medios de producción socializados. El lema «todo el poder para los sindicatos independientes» debe ser el primer paso para la realización de la democracia de las masas trabajadoras. El diálogo democrático puede y debe expresarse en la elaboración de un plan económico nacional. Sin él, una economía planificada es un instrumento muerto ya que no puede existir sin la democracia y la discusión obrera. La democracia socialista es una economía planificada.
La tarea principal de la Liga Socialista Ucraniana (LSU) no es conquistar solo el poder político, sino ayudar a toda la clase trabajadora de Ucrania a levantarse y establecer su verdadera democracia democrática.
Tareas del momento para Ucrania
Según la Constitución de Ucrania (artículo 5), el pueblo es el principal portador de la soberanía y la única fuente de poder en el país. La LSU, a su vez, quiere enfatizar su apoyo a esta posición, ya que los trabajadores representan casi dos tercios -y tal vez más- de la población del país: ¡son sus intereses los que son relevantes para los marxistas ucranianos! Una de las tareas urgentes de la LSU es elevar la conciencia política de las masas trabajadoras hacia una misión histórica, en aras de establecer una democracia real. Para ser más específicos, vemos esta incubación en los sindicatos de trabajadores independientes, nuestro apoyo se dirigirá en esa dirección.
En este momento, con gran pesar, se está librando una guerra en Ucrania. Como partidarios del internacionalismo, los marxistas no pueden admitir esta guerra, que responde esencialmente a los intereses geopolíticos del gran capital y la oligarquía. ¡Solo la clase trabajadora de Ucrania puede lograr la independencia nacional de todos los agresores del exterior!
Por último, me gustaría llamar su atención sobre las perspectivas inmediatas de los procesos socioeco-nómicos en Ucrania, que durante mucho tiempo ha sido una semicolonia para otros países en la división capitalista internacional del trabajo. El Fondo Monetario Internacional ha exigido durante mucho tiempo a Ucrania la introducción de un mercado de tierras y el levantamiento de la prohibición de vender las tierras productivas. El mercado de la tierra se lanzará el 1º de julio de 2021. ¿Qué significa esto desde un punto de vista marxista? Esto significa que las contradicciones capitalistas crecerán, la propiedad de la tierra se centralizará en pocas manos y la mayoría de la gente perderá casi toda la propiedad productiva -y señalaré que Ucrania es un país predominantemente agrario-, cayendo así en el proletariado. La clase trabajadora crecerá y las pretensiones de una economía democráticamente planificada junto con ella.
Muchos de los políticos burgueses apelan a que la tierra ucraniana se cierre al capital extranjero hasta 2024, donde deberá aprobarse un referéndum, pero el capital extranjero ya está aquí en forma de fuerzas productivas y préstamos. ¿Alguien puede pensar que no encontrara resquicios en las nuevas leyes para su propio beneficio? ¡Absolutamente nadie! ¡El FMI luchó por el mercado de la tierra en Ucrania para privatizarla y extranjerizarla y no se detendrá en su objetivo!
La clase trabajadora de Ucrania necesita el marxismo, así como la clase trabajadora ucraniana es necesaria para los intereses internacionales de los trabajadores de todos los países, en aras de un futuro mejor para todos, donde no haya lugar para la explotación, la discriminación, el hambre y las mentiras, y reine la libertad, la igualdad y la hermandad de todos los pueblos de la Tierra.